<b>"El 16 de noviembre de 1986 mataron a Andrea Danne, en San José, Entre Ríos. Hace 30 años. Su femicidio sigue impune"</b>. Ese texto, breve, lo publicó este miércoles 16 de noviembre la escritora entrerriana Selva Almada.
Una puñalada en el corazón mató a Andrea Danne mientras dormía en su cama, el 16 de noviembre de 1986, en San José (Entre Ríos). Tenía 19 años, estaba de novia y estudiaba el profesorado de Psicología.
Selva Almada construye su libro "Chicas muertas" a partir de la historia del femicidio de Andrea Danne. Ocurrió en San José, a 20 kilómetros de Villa Elisa, donde nació la escritora, en el departamento Colón.
Alguna vez dijo respecto de ese caso: "yo era adolescente en ese momento y me impactó muchísimo; <b>conmovió a toda la región</b> por las características", recordó y agregó que "no sólo porque era una chica muy joven, sino <b>porque la mataron en su casa, mientras ella dormía y los padres también dormían en la habitación de al lado</b>".
"Tenía muchos ingredientes extraños; fue un caso del que se habló durante años y todavía la gente se acuerda", afirmó y reflexionó: "yo pensaba que adentro de tu casa estaba todo bien, que el peligro siempre estaba afuera. <b>El hecho de que haya sido en su propia casa, con los padres al lado, fue tremendo</b>".
Dijo, luego, sobre el libro que escribió a partir de esa triste historia es que "cuando empecé a escribirlo, se lo comenté a dos amigas que tengo de la adolescencia y ellas me contaron que les había pasado lo mismo: que antes de irse a dormir revisaban debajo de la cama, adentro del ropero, porque el peligro podía estar en la habitación."
Precisamente, "Chicas muertas" arranca con ese primer hecho, o la primera noticia de ese hecho. Selva está en su casa de Villa Elisa, su padre prepara un asado y la radio de LT26 Nuevo Mundo suena de fondo. De repente, el recuerdo se hace intenso: anuncian la noticia del asesinato de una adolescente, ahí nomás, a 20 kilómetros de su casa.
El caso de Andrea Danne, hasta hoy, permanece impune. En el final del libro que recoge la historia de ese femicidio, y los de María Luisa Quevedo, Sarita Mundín, escribe: "ahora tengo cuarenta años y, a diferencia de ellas y de miles de mujeres asesinadas en nuestro país desde entonces, sigo viva. Sólo una cuestión de suerte".
Fuente: Entre Ríos Ahora