El Gobernador Rogelio Frigerio concedió una entrevista a Federico Malvasio para la web de “Página Política” y no descartó cambios de gabinete, se refirió a lo difícil que es convocar a la gestión. La relación del radicalismo y una comparación con el peronismo. El contexto nacional, el programa económico y la ratificación del acuerdo con los libertarios.
Rogelio Frigerio está en campaña, a su estilo, con gestión y con los candidatos a cuestas luego de que Juntos por Entre Ríos se funcione con La Libertad Avanza. Los ha mostrado en su agenda diaria.
La entrevista se concretó luego de que Frigerio terminase una reunión con el ministro de Hacienda, Fabián Boleas; asesores de esa área; el secretario de la Gobernación, Mauricio Colello; y Daniela Brocco, la principal pluma del área Discursos.
-Días antes de que se conozca el apoyo económico de Estados Unidos al gobierno de Javier Milei en la política se generó un clima raro a propósito de movimientos en el mercado. ¿Como economista y político, qué leías durante esas jornadas?
-Es difícil escindir la política de la economía, sobre todo en este país y en el marco de una elección, mucho menos. La economía siempre está subordinada a la política y eso va a seguir siendo así. Sobre todo en un clima electoral en donde tuviste una derrota en la provincia de Buenos Aires. Lo raro hubiese sido que no afectara los mercados. La verdad que no me sorprendí por la volatilidad de esos días. En mi trayectoria política ya pasé muchas de estas. Llama la atención el comportamiento de un sector de la política y de quienes tienen intereses personales. Yo quiero que al Presidente le vaya bien. Lo dije cuando no era aliado electoral y lo digo ahora que lo soy. Es tan grave la situación a la que se llegó por la demagogia y el populismo que hay que estar por encima de cuestiones personales.
-En una conversación informal con este medio dijo creer en este programa económico y confiar que el año que viene el crédito pondría en funcionamiento la economía. Advirtió, también, sobre la paciencia social hasta que eso suceda. ¿Qué piensa ahora?
-Yo creo que hay que consolidar la estabilidad macroeconómica y a partir de ahí fortalecer la moneda para llegar al crédito. Para eso hay que terminar con los procesos populistas. Cuando se analiza lo que sucedió en los últimos 40 años de democracia han sido cuatro o cinco años a los que se dedicaron a abordar la estabilidad macroeconómica y darle pelea a la inflación. Creo que estamos ante una alternativa a esas políticas populistas que nos llevaron a este lugar. Nos merecemos un poco más de tiempo. Yo estoy trabajando para eso, para que el gobierno nacional pueda tener más tiempo para consolidar su propuesta, que es diametralmente opuesta a las de los gobiernos populistas y demagógicos. No tengo certezas en realidad de que esto vaya a funcionar, lo que sí tengo es la certeza de que lo otro no funciona. Y a lo otro le hemos dado el 75 por ciento del tiempo desde la recuperación de la democracia. Por qué no darle algo más de tiempo a una alternativa. En lo que esté a mi alcance para que eso suceda, lo voy a dar.
-Se va creando entre los economistas, incluso de diferentes perspectivas ideológicas, un consenso sobre una devaluación post electoral. ¿Se suma a esa idea?
-Yo creo que en algún momento la Argentina debería dejar flotar el dólar. Ahora, qué consecuencias va a tener eso con el valor de nuestra moneda, está muy vinculado a la posibilidad de estabilizar la macro, tener más robustez en las reservas para dar confianza a los mercados. ¿Por qué liberar el tipo de cambio va a generar una depreciación de nuestra moneda? No sé de dónde surge eso. Depende de un pacto de confianza. Si tenemos dólar para pagar la deuda, para las importaciones, equilibrio de las cuentas públicas y recuperamos el crédito ¿por qué eso va afectar el tipo de cambio o devenir en una devaluación?.
-El plan de retenciones, que usted saludó, a los pocos días entró en una polémica cuando se conoció que unas pocas cerealeras se habían quedado con todos los cupos, lo que generó enojo de productores. ¿Qué opina?
-Eso dejó explícito lo perversas que son las retenciones. Si alguien todavía defiende las retenciones, como el kirchnerismo, creo que después de lo que pasó está claro que es un impuesto que hay que eliminar. Gradualmente, seguramente.
-¿Pero su aplicación en este caso, fue una impericia del Gobierno que terminó favoreciendo a las grandes cerealeras?
-Lo que hubo fue una crisis de confianza en el Gobierno para conseguir dólares. El que no entiende qué pasó esa semana no entiende la película. No se puede analizar esa medida si no contextualizamos lo que hablábamos al principio y la crisis de gobernabilidad que algunos quisieron provocar. Me dio bronca que el esfuerzo de los productores se los llevaran unos pocos exportadores, pero se enmarca en un contexto.
-Si estuviese en la Cámara de Diputados qué vetos hubiese defendido o votado en contra?
-Creo que es indispensable que el gobierno nacional tenga un presupuesto y que sea ese el debate y no cuestiones espasmódicas de ir definiendo prioridades en las que nadie puede estar en desacuerdo. Quién puede estar en desacuerdo con que los jubilados cobren mejor, que se atienda mejor a quienes padecen una discapacidad o el presupuesto universitario. Es muy fácil para la política definir prioridades y levantar las manos. El problema es la deuda de la política con la sociedad, porque si todas son prioridades dejan de serlo. Lo que hay que hacer en un presupuesto y definir las prioridades sin demagogias.
-Tras la derrota en provincia de Buenos Aires, hubo un encuentro del estrenado ministro del Interior, Lisandro Catalán, con gobernadores. Usted fue de la partida. ¿Qué se acordó?
-Estamos trabajando para resolver algunos problemas que venimos arrastrando. No me voy a poner a debatir sobre los recursos discrecionales del Gobierno. Prefiero concentrarme en los derechos de los entrerrianos. Hay dos aspectos fundamentales. Uno de ellos es el de la Caja de Jubilaciones, donde nosotros tenemos un déficit enorme y la Anses tiene la responsabilidad de financiar parte de ese déficit. Por eso fuimos, extrañamente, los primeros en presentarnos en la Corte Suprema de Justicia. Y lo otro es la discriminación que sufrimos en la tarifa eléctrica que se le paga a Salto Grande por los excedentes.
-¿Obra pública? Se lo ha escuchado defenderla, no así al Presidente.
-Más que defensor de la obra pública lo soy de la infraestructura como condición necesaria para el desarrollo. Algunas cosas las puede financiar el sector público y otras el sector privado. Hay, por supuesto, cuestiones indelegables del Estado. Estamos transitando un año muy difícil, como el 2024, en el que tuvimos que ordenar deudas millonarias con contratistas del Estado y obras paradas. Lo pudimos resolver y estamos emprendiendo inversiones a pesar de que estamos en el momento más difícil de la historia en materia de recaudación. De todas maneras, ya se ven intervenciones en las rutas, en las escuelas, hospitales y centros de salud.
-¿La alianza que cerró con La Libertad Avanza es circunstancial, de un contexto político, o se la imagina en el 2027?
-No tengo la bola de cristal. Es una elección nacional y lo más responsable que pudimos hacer es no dividir el voto en un electorado que comparte el norte más allá de los matices y diferencias. El norte es a partir de mantener una macroeconomía estable para generar políticas de desarrollo que favorezca al sector privado. Yo coincido con ese norte y creo que la alianza es lo más inteligente para consolidar un camino y no volver nunca más con la demagogia y el populismo.
-Si se repasa sus posiciones y relaciones políticas cualquier entendido lo hubiese ubicado en el bloque de gobernadores de Provincias Unidas. ¿O no es así?
-Los acuerdos electorales son de a dos. Tienen que estar ambas partes de acuerdo. En los casos que has mencionado no se ha dado, porque La Libertad Avanza no terminó de acordar condiciones para ir de manera conjunta en la contienda electoral. Nosotros, acá, nos pusimos de acuerdo y entendimos que este momento histórico merecía no interponer intereses personales y partidarios en pos de asegurarnos trabajar para que el pasado no vuelva a gobernar el país y la provincia. Voy a trabajar para que ese pasado no vuelva.
-Un sector del radicalismo ha quedado enojado por la alianza. ¿Ha tenido contacto?
-El radicalismo tuvo sus instancias de decisión y hubo una mayoría. También tuvo una interna y eligió sus candidatos democráticamente, cosa que no ocurrió en el peronismo, que devino en el impedimento para que se puedan presentar otros candidatos teniéndolo que hacer por afuera. Pero volviendo al radicalismo, no necesariamente tienen que estar todos de acuerdo, para eso están las internas.
-El repudio a la corrupción ha sido una parte importante de la narrativa en Juntos por Entre Ríos y en La Libertad Avanza. Hay dos casos de presunta corrupción con Libra y los audios que involucran a Karina Milei. ¿Cómo se lleva con eso?
-Estamos acostumbrados a que durante las campañas haya denuncias, lo que hace difícil analizar los hechos. Siempre digo que son, en todo caso, temas de la Justicia. Lo he dicho con casos en nuestra provincia. No es bueno que la política opine de estas cuestiones.
-¿Cómo estás viendo la campaña?
-Es una campaña difícil en un contexto complicado, donde muchos entrerrianos no creo que estén esperando escuchar lo que los políticos quieren decir. Algunos están haciendo campaña hace seis meses. Espero que en los últimos días haya cierta permeabilidad para que la gente pueda escuchar el mensaje. Es importante que vaya a votar. La sociedad está muy crítica de la política. Hay una gran grieta. Es muy difícil exigirle participación, pero ojalá que participe y no tire por la borda este cambio.
-¿Resultados?
-Ando por la calle todo el día y veo que la gente tiene una enorme paciencia y un compromiso para que la Argentina cambie y en consecuencia, una mayoría no quiere saber nada con volver atrás y darle la posibilidad a que el kirchnerismo vuelva a gobernar.
-Luego de las elecciones de medio término, los gobiernos suelen hacer cambios de gabinete a modo de relanzamiento de gestión. En su caso, tiene dos funcionarios en lugares expectantes de la lista. ¿Incorporaría a dirigentes libertarios?
-Nadie tiene asegurado su puesto. Siempre estamos analizando la gestión y bajo observación. No es fácil la función pública. Acá posiblemente se gane menos y luego volver al sector privado cuesta. Pero además pasar por acá hace que la judicialización de la política lo tenga a uno a merced de esas cuestiones. No es muy seductora la convocatoria.
Fuente: Página Política.