Mala praxis

Habló una mujer que se atendió con Ojeda: Necesitó morfina para paliar el dolor por una herida que no cerraba

Se llama Cristina Delgado y no está dispuesta a callar. No puede entender por qué Daniel Ojeda, el médico concordiense que está preso por la muerte de una paciente uruguaya, durante tantos años contó con la protección de lo que no duda en llamar "impunidad".

"Yo me pregunto todos los días, ¿por qué tanta impunidad? ¿Por qué decimos 'la clínica' cuando no era una clínica? ¿Por qué esa impunidad que él tuvo tanto tiempo?", dijo ni bien comenzó un extenso diálogo con Matías Hojman, conductor de La Quinta Pata, por Oíd Mortales Radio.

"Fui paciente de Ojeda. En su momento me fui a 'sacar' una cesárea y él me hace una 'lipo'. Yo tenía muy pocos kilos, por lo que no entendimos nunca qué fue lo que hizo. De ahí en más, esa herida, al no tener piel, jamás se cerró", recordó Cristina, quien agradeció la intervención de dos médicos que tiempo después le hicieron un injerto, gracias al cual pudo sobrevivir.

Con la misma determinación con la habla ahora, Cristina Delgado decidió en aquel entonces denunciar a Ojeda en los tribunales. "Lo mío hace 9 años que está en el juzgado. Jamás tuve respuesta. Es la primera vez y le agradezco el fiscal porque ahora nos están escuchando. Lo lamentable es que tuvo que haber una muerte. Acá hay muchas personas responsables, porque dicen que tenía una clínica clandestina pero ni siquiera es una clínica. Esto es un consultorio donde él operaba", aclaró.

Delgado comenzó a reunirse con otras mujeres que, al igual que ella, fueron víctimas de Ojeda y se atrevieron a denunciarlo ante la Justicia. "Nosotras pedimos que por favor no lo quieran tratar ahora como una persona psiquiátrica. ¡La primera denuncia es desde hace 12 años!", rememoró.

"La primera vez que nos reunimos las mujeres víctimas de Ojeda fue de terror, ver las heridas, ver personas amputadas. Hay fotos en el Facebook - otras no se quieren sacarse fotos y se entiende su negativa- de personas mutiladas. No es que tienen una herida chiquitita. En mi caso, estuve un mes y medio con azúcar. Me entraban dos tazas de azúcar y con eso estaba tres horas, hasta que me pudieron hacer el injerto. Los dolores, impresionantes".

Cristina Delgado también aprovechó para responder a los prejuicios de quienes cuestionan a las pacientes por haber decidido recurrir a cirugías estéticas: "Hay gente que por ahí dice 'bueno, pero se fueron a hacer una cirugía plástica'. Sí, nos fuimos a hacer una cirugía plástica pero no para que nos maten. Y mucho menos, para que, cuando algo sale mal, nos abandonen y para que este señor después salga a decir 'no, porque estas toman, porque fuman, consumen', encima de todo lo que nos había pasado".

Impunidad: "Andaba por la calle felizmente, con todas las denuncias a cuesta"
"Él es un personaje -reflexionó- del cual como sociedad nos tenemos que hacer cargo, porque él andaba en la calle felizmente, con todas las denuncias y con todo lo que hacía. Yo lo lamento porque la madre es una excelente persona, pero bueno, ya es un hombre grande y sabía lo que estaba haciendo".

Una y otra vez, la mujer hizo uso de la palabra "impunidad" para explicar por qué debió pasar tanto tiempo y llegarse a una muerte para que Ojeda vaya preso. Enseguida aprovechó para ponderar la actuación del fiscal Martín Núñez. "Es una maravilla, es una persona que nos escucha. Por lo menos, alguien nos escuchó. Cuando yo hice mi denuncia, fui a fiscalía, me llamaron 3 veces, el doctor Alegre me sacó fotos. Las tres veces exactamente lo mismo. Hasta luego y nunca más".

- Después que hicieras esa denuncia contra Ojeda, ¿tuviste la oportunidad de encontrarlo y decirle algo?

- Cuando yo hablo por teléfono con él, me dijo '¿cómo arreglamos esto?'. Primero me desconoció en la carta documento. Después me dijo 'hacé lo que quieras y, si me vas a hacer algo, a mí me conviene, que me choques, que me hagas algo, porque vos tenés auto, tenés casa, y yo no tengo nada a nombre mío'.

- ¿Muy premeditado todo?

- Cada una de sus cosas las premeditaba.

- ¿No crees que sea cierto que haya querido quitarse la vida?

- Yo no la creo, pero tampoco estuve en ese momento. Para mí es una estrategia que están haciendo, igual que eso de que estaría depresivo y por eso quieren pasarlo a otra cárcel.

- ¿Cuántas mujeres se están reuniendo, que se atendieron con Ojeda?

- Nueve personas.

- ¿Vos también habías ido por una lipoaspiración?

- Yo tengo 54 años. Cuando tuve a mi hija a los 17, en ese momento hacían las cesáreas para arriba, no como ahora. Yo fui a sacarme esa cesárea. Cuando salgo, me dice 'tenías una flacidez y te hice una lipo'. Pero yo era muy delgada. No iba a cerrar nunca.

- Eso fue hace nueve años. ¿Te hacía firmar un papel, algo?

- Todo. Tengo fotos, el recibo de lo que pagué. Sí. Tengo el abogado, el Doctor Sigot. Podés hablar bien con él. La denuncia se presentó en tiempo y forma, dependiendo de cuando yo me pude levantar. Igual seguía con herida abierta, aunque con azúcar, hasta que puede ir a hacer las cosas.

- ¿Cuándo buscaste a otros médicos para que te atendieran por las consecuencias de lo que hizo Ojeda, no te rechazaron?

- Yo me fui al Masvernat. Yo con esto no tengo nada que ver pero tampoco te puedo dejar morir, fueron las palabras del médico que me atendió. Ahí él tuvo que abrir todo lo que Ojeda había cortado y ahí empezó a curarme.

- ¿Y corría peligro tu vida?

- Pero por supuesto. Trataban de hacer el injerto lo más pronto posible porque yo tenía la herida abierta y podía infectarse. El azúcar es para que no se infecte.
"Acá tienen que pagar todos, incluso la señora de Ojeda"
Durante la entrevista en vivo por Oíd Mortales Radio, llegó el mensaje de un oyente que felicitaba a Cristina Delgado por su testimonio y pedía que se hiciera justicia, que vayan presos, que paguen aquellos jueces y abogados que lo defendieron. "Eso sería la verdadera justicia. Todos los que lo apañaban tienen que ir presos por complicidad" decía. La mujer no dudó a apoyar la moción:

- Estoy totalmente de acuerdo. Acá tienen que pagar todos, incluso la señora de él, que en todo momento estuvo y nunca fue citada. Era la que estaba ahí, la que te atendía, la que cobraba. Estaba.

- Le preguntamos al fiscal Núñez si es que la esposa de Ojeda, Carina Bradanini, había sido citada y nos respondió que por ahora no, que sigue la investigación y no se descarta que pueda haber otro imputado en la causa.

- Él cobraba con Ahora 12, Visa. ¿Cómo hacía figurar eso? ¿Como prestamista? ¿Como que vendía ropa?

- ¿Podías pagar en cuotas la operación?

- Sí, totalmente. Te ofrecía Ahora 12, como que vayas a comprar un par de zapatillas. No en mi caso pero sí a otra chica. Te cobraba con tarjeta de crédito. Lo que no entiendo es cómo se manejaba con la AFIP. Porque si tengo un negocio, si estoy vendiendo, yo tengo que justificar. No nos queda claro. Tampoco podemos ir ya al fiscal a decirle todas estas cosas porque el señor nos atendió maravillosamente, una por una, nos explica. Es algo rarísimo, que no cierra. Hay un montón de cosas, por qué lo apañaban, cuando todas estábamos en riesgo.

-¿Sentís que ahora sí se hará justicia?

- Estoy esperanzada. Fue tan impune siempre él, pero tengo la esperanza. Acá está el fiscal, después está el juez. Habrá que ver qué determina después el juez. Hay un montón de cosas para investigar. Vuelvo a preguntar: ¿Cómo cobraba? Escuché que alguien de Paraná decía que era muy difícil identificar que Ojeda estaba haciendo lo que hacía. Mentira. No nos mientan. Todo el mundo sabía lo que estaba haciendo. Tenemos que sacarnos la careta. Lo que pasa es que fabricó un personaje de glamour y todo lo demás que está todo bien, a mí no me importa mientras no ande matando gente, no andes mutilando gente. La vida privada de él no me importa.

- ¿Qué sensación tenés vos después de nueve años de lo vivido? No sé si recordar te hace bien o mal. Cuando te juntaste con otras pacientes de Ojeda, ¿cuál es el sentimiento?

- De terror. La chica de Canal 9 te lo puede decir. Fueron llantos, llantos y más llantos. Es una cosa rarísima lo que voy a decir, pero sentís una alegría por un lado pero la tristeza porque hay una muerte. ¿Se entiende? Una alegría porque lo ves preso, pero hay una muerte acá y nosotros también estuvimos a punto de morir. Mi hijo me abrazaba y me decía 'mami, pensar que estuviste en ese lugar y no te moriste'. Son sensaciones terribles. Hay gente que no tiene dinero para hacerse la cirugía reparadora. Yo me la pude hacer después en Buenos Aires, pero la sensación fue horrible. A lo último me tenían que poner morfina para parar el dolor. Y después de todo eso, ni siquiera hubo un careo. Lo mínimo que pedía yo era un careo. Cuando manda una carta documento diciendo que no me conoce, ¡¿cómo no me va a conocer si yo fui toda la escuela con él?! No sé si por la amistad que teníamos no me hubiese dicho 'me equivoqué, disculpame'. Encima salió a difamarme, no sólo a mí, a las chicas. Hoy leía que una de ellas está mal porque la gente la acusa, que para qué fue, por qué se quería hacer una estética. Pero, ¿qué tiene de malo hacerse una estética? Y esta chica ni siquiera se fue a hacer una estética sino que tenía unos nódulos. A mí no me afecta pero hay chicas a las que sí les afecta, que no juzguen tan tribialmente. Si lo hubiesen juzgado a él, no habría habido una muerte. Ese es el tema. Acá el tema es la muerte. Nosotros a los dolores los pasamos. Hay chicas muy jovencitas que si vos vieras las fotos... y esas fotos están en el juzgado...

Fuente: Oíd Mortales Radio