Corrupción

Imputan a un alto funcionario policial y al dueño de una distribuidora por cohecho, tráfico de influencias y abuso de autoridad

El cohecho “pasivo” alude al funcionario corrupto que recibe una suma de dinero en forma ilegal, por fuera de los haberes que se le abonan por su trabajo. El cohecho “activo” penaliza al que le paga; es decir, al corruptor. Ambos cohechos son los delitos más graves –aunque no los únicos- atribuidos a un alto oficial de la policía de Concordia y a uno de los empresarios de mayor crecimiento en la región.

Según pudo saber El Entre Ríos, la imputación incluye la descripción de una decena de hechos presuntamente delictivos, donde además del cohecho, la calificación legal efectuada por el Ministerio Público Fiscal incluye otros delitos: abuso de autoridad, tráfico de influencias y violación de los deberes de funcionario público.

El policía imputado es Guillermo Martín Ocampo, hasta hace poco Jefe de la División Investigaciones de la Policía de Concordia. El empresario a quien se lo identifica como autor del delito de cohecho activo es Federico Claudio Barrios, de la Distribuidora de la gaseosa Manaos, ubicada sobre calle Mendiburu.

Los investigadores aseguran haber detectado pagos que Barrios efectuaba a Ocampo, por fuera del sistema legal de adicionales, mediante el cual la policía regula la contratación de sus servicios por parte de privados. Aunque no habría fechas precisas, los indicios señalan que las entregas de dinero se habrían repetido durante no menos de tres años.

Entre los diez hechos detallados en la imputación, figuran “favores” que Ocampo ordenaba realizar a sus dependientes, con el claro propósito de beneficiar a Barrios. Por caso, certificados de buena conducta para determinadas personas. También, una “verificación a domicilio” de un camión de la distribuidora Manaos.

Más grave aún sería que, según las pruebas colectadas por Fiscalía, Ocampo, a pedido de Barrios, habría ordenado a funcionarios policiales, sin que mediara justificación, identificar al conductor de un auto.

También se le imputa a Ocampo haber hecho valer su influencia sobre el área de Tránsito de Concordia, para que dicha dependencia municipal le devuelva una moto a una persona del círculo familiar de Barrios, siendo que el vehículo había sido secuestrado en un operativo de control de tránsito.

A Ocampo también se le reprocha haber presuntamente desafectado personal a su cargo que investigaba el homicidio de Raúl Alberto Molina, ocurrido en Estancia Grande, derivándolo a cumplir funciones de seguridad en la Distribuidora Manaos, sin que este último servicio fuera contratado formalmente a través del sistema de adicionales.

El empresario al que la Justicia acusa por cohecho activo y su empresa han experimentado un crecimiento notable en la capital del citrus, no sólo por sus ventas a los consumidores. También por sus vínculos con el Estado, visible a través del sponsoreo de eventos organizados por las municipalidades de la región.

Por caso, Manaos es el “sponsor oficial” del Carnaval de Concordia y acaba de serlo de la Fiesta del Río en Puerto Yeruá. La edición 2019 de la Fiesta Nacional de la Citricultura también fue sponsoreada por la gaseosa. Para el acto inaugural, bajó a Concordia el gerente general de Manaos, Orlando Canido. Y el próximo fin de semana, en la edición 2021, el logo de Manaos se volverá a lucir como el máximo auspiciante del evento.

Fuente: El Entre Ríos