investigación

La denuncia de Nahir Galarza por abuso sexual en la cárcel, archivada

La joven condenada a prisión perpetua por asesinar a su novio, Fernando Pastorizzo, había denunciado en la Fiscalía de Paraná a otra interna de su pabellón de la Unidad Penal Nº 6.

La acusada era Ludmila Soto, una expolicía condenada que hasta el año pasado era una de las mejores amigas de Nahir en prisión. Pero la relación cambió, tanto que por un tiempo llegó a pesar sobre Soto una restricción para acercarse a la joven oriunda de Gualeguaychú. Luego, la cambiaron de pabellón.

Cuando fue señalada por su examiga, Soto contraatacó: envió una carta a las autoridades de la cárcel. "¿Que abusé de ella? Es mentira. Lo dice para defenderse de lo que yo sé: Nahir tenía un plan con su padre para fugarse porque no piensa estar 35 años acá y además dijo que, si la seguía molestando, iba a ahorcar con una toalla a una de mis compañeras, Griselda (Bordeira). Temo por mi integridad física, ya que en reiteradas ocasiones, cuando aún mantenía relación de compañerismo, Galarza me mencionó la intención de atentar contra la humanidad de Bordeira. Que iba a ahorcarla con una toalla una de esas noches, y que tenía varias alternativas para terminar con la vida de Bordeira, pero temo por sobre todas las cosas que la interna se autolesione, ya que en más de una oportunidad mencionó su intención de golpearse por consejo de su padre y responsabilizar a Bordeira, ya que habían tomado conocimiento de la denuncia en su contra. Hoy, tras la medida de restricción, me genera una preocupación extrema que lo lleve a la práctica y me responsabilice. Además, cuando existía una relación de compañerismo me dijo que con su padre tenía un plan de fuga", había dicho Soto en marzo pasado, cuando denunció que se turnaban para dormir por temor a ser asesinadas por Nahir. Y que la joven "tenía estudiadas distintas maneras de matar" y se les aparecía "de noche, como si fuese un fantasma, al pie de la cama".

En la denuncia, radicada el 14 de marzo, Galarza dijo: “Una compañera me contó que cuando me bañaba, esta chica se subía a una silla para espiarme y verme desnuda, porque el baño no tenía techo. Y que a veces me miraba por una mirilla. Una vez me manoseó”.

La causa fue investigada por la Unidad Fiscal de Violencia de Género y Abuso Sexual. Al cabo de varios meses de investigación, no se obtuvieron elementos para comprobar la acusación y la misma fue archivada.

Fuente: El Día