Ambiente

La “incubadora” de plantas nativas entrerrianas. Raíces, el vivero de Villa Elisa creado por una mujer apasionada

El vivero Raíces surgió de la pasión de Celina Gómez, Técnica en floricultura y jardinería, por la flora nativa de Entre Ríos. Al principio comenzó con la identificación de las especies, para lo cual recorrió los lugares más recónditos, los diferentes ambientes, recolectando hojas, frutos, plantas, cuenta la periodista Inés Clusellas, en nota publicada por la Revista Jardín.

Así fue identificando y sumando conocimiento, ya que hace más de 20 años la bibliografía era escasa. Empezó a cultivarlos primero, observando su comportamiento ex situ, y a medida que conseguía semillas, a reproducirlos. “La pasión me llevó a producir cada vez más cantidad y variedad y de a poco comencé a vender a personas que les interesaban los árboles nativos”, cuenta Celina.

En el vivero, que ocupa cerca de media hectárea, tiene aproximadamente 130 especies diferentes en producción, entre árboles, arbustos, enredaderas y algunas herbáceas. “Todo lo que se vende en el vivero es producido por nosotros; diría que es un vivero artesanal. Hasta hace poco tiempo trabajaba sola; ahora dos días por semana me ayudan dos chicos de la familia, Agustín y Nicolás, quienes también comparten la misma pasión”.

El cultivo de las plantas nativas fue aprendiéndolo tras prueba y error, deduciendo de acuerdo con los conocimientos de las plantas exóticas y observando su comportamiento in situ. Produce la mayoría por medio de semillas que, según la especie, requieren de diferentes tratamientos –mecánicos, químicos, con agua– para romper la latencia. También produce algunas especies por medio de estacas, y actualmente está incorporando una pequeña cama caliente para probar el comportamiento de otras.

Todo este trabajo de investigación queda registrado para que sea de utilidad en el futuro: época y lugar de recolección, época de siembra, tratamiento de las semillas o estacas, tiempo de germinación, porcentaje de germinación, sustrato utilizado.

Además de dedicarse a la flora entrerriana, también cuenta con algunas especies de otras provincias, pero siempre nativas. Todos sus ejemplares están plantados en un parque de 5.000 m² creado por el arquitecto Eduardo Cooke, quien buscó imitar diversos ambientes propios de la región (espinal, monte, selva, pastizal, lagunas y pedregal, entre otros), en los que se agrupan las especies propias de cada uno.

Este parque es el lugar de recolección del 80% de semillas y estacas para la producción. “Además de la venta, asesoramos, porque no hay mucho conocimiento en el tema y es común que nos pregunten las condiciones necesarias para cada especie, cómo pueden asociarlas, para formación de cercos, sombra o para lograr un jardín atractivo para aves y mariposas”.

El trabajo con este tipo de plantas trae aparejado la maravillosa creación de vida, aves, insectos, plantas epífitas, líquenes. Todo se combina a la perfección y surge de la misma naturaleza con sólo crear un pequeño jardín con plantas autóctonas.

Estos jardines están en constante evolución. Para el que sabe observar, a lo largo del año disfrutará de los cambios fenológicos de las plantas y de los ciclos de los diferentes animales que lo habitan. Todo es vida, transformación, crecimiento y asombro.

? Cuando comienza a florecer la Dolichandra cynanchoides (sacha huasca o sachaguasca) aparece inmediatamente el picaflor de barbijo.

? Los pétalos del Myrrhinium atropurpureum (palo de fierro) son carnosos y muy apreciados por las aves como el celestino, el naranjero, calandria y el pepitero de collar.

? Los frutos de Senna pendula y Senna corymbosa son muy apetecibles para celestinos y naranjeros.

? Las flores del arbusto Mimosa pilulifera atraen pequeños insectos de los que se alimentan piojitos y tacuaritas azules.

? Los frutos de las mirtáceas (eugenias, murtas, guayabos) atraen toda clase de aves frugívoras.

? Los Myrsine laetevirens (canelones) fructifican en invierno, cuando hay poca disponibilidad de alimento para las aves, y es una forma de atraerlas en época invernal.

Fuente: Revista Jardín - La Nación