arquitectura

Recrearon la magia de su infancia entrerriana en medio del paisaje de San Martín de los Andes

“Mis abuelos en Entre Ríos tenían una casa vieja con calcáreos, pisos de pinotea, baños antiguos y techos altísimos”, cuenta Josefina en una evocación con la que es fácil identificarse; algunas de esas cosas (casi todas) forman parte de un imaginario compartido. Lo singular es que ella y su marido recrearon esos entornos en su propio hogar. San Martín de los Andes fue el sitio elegido y con el arquitecto Tulio Rossini pusieron en marcha el proyecto de una construcción de estilo galés, acorde a la tradición de los colonos en la Patagonia.

Postales sureñas: la fachada de piedra y la imagen del volcán nevado (Fotos: Mariana Pardal).

Arquitectura de la nostalgia
Para asemejar los ambientes de la nueva casa a aquella infancia rural, los dueños recurrieron a los elementos de la época que fueron encontrando por todo el país y también trabajaron con artesanos de aquí y de allá a los que les mandaban referencias y medidas.

Separado de la casa, funciona el taller de Las Colifas, la marca de ropa creada por Josefina junto con dos socias. El acceso al living ya deja ver el mix de revestimientos y la ambientación con obra de artistas locales.

Las Colifas se caracteriza por sus originales prendas con cuero y géneros rústicos que llegan a todo el país. “Obviamente el laburo es rodeada de los chicos: siempre están alrededor nuestro”, comparte esta mamá de siete.

Belleza y funcionalidad, esa es la cuestión
Lejos de pensar que todo tiempo pasado fue mejor, cada decisión fue bien razonada, como las aberturas de madera en lugar de PVC o los calcáreos, que la anfitriona defiende con pragmatismo: “Si se manchan, se manchan... A mí me copa ese ambiente de campo que dan”, simplifica.

Con la impronta de un viejo patio, este ambiente con cerramiento de hierro y vidrio se puede abrir en verano para convertirse en una fresca galería. Mesa de comedor, Antigüedades Counco (San Martín de los Andes) y sillas artesanales traídas de Santiago del Estero.

Decidida a preservar el estilo patagónico, la pareja descartó las aberturas de PVC y encargó todas en pino Oregón con DVH. Combinan bien con las puertas originales y con las imitaciones hechas por un carpintero de Buenos Aires.

Esencia de campo
Todo tiene pasado en esta cocina: la isla, que vino de una chocolatería (Antigüedades Counco), conserva la placa central de mármol para moldear el chocolate en rama. De una vieja parrilla, cuelgan plantas y enlozados.

Sillas altas tipo ‘Mar del Plata’ (Puerto de Frutos). Sobre los anafes, ollas esmaltadas (Lafont).



Fuente: Revista Living / La Nación