Colón

Y un día... “el Dani” volvió a picar la americana en La Armonía: pasado, presente y futuro de un basquetbolista

Casi 30 años después de marcharse con el bolso lleno de ilusiones hacia Cañada de Gómez, Daniel Farabello volvió a un parqué que lejos está de aquel piso en el que supo desplegar sus primeros atributos en el mundo del básquet.

Convocado por “Lolo”, su hermano, y la Asociación Colonense de Básquetbol, dictó un campus de tecnificación orientado a las selecciones intermedias -masculina y femenina- en La Armonía y Atlético Villa Elisa.

El exbase de la selección argentina y de importantes clubes nacionales y europeos se quedó unos días en su Colón natal y se hizo una escapada hasta Radio 12 FM 89.1 – www.radiodoce.com, la emisora de El Entre Ríos en la ciudad, para brindar una imperdible entrevista en la que habló de todo.

-¿Cuál es el balance del Campus de Tecnificación?

-Muy positivo, porque tuvo una convocatoria excelente. Los chicos de U13, 15 y 17 cumplieron con los tres turnos y apenas faltó uno por una lesión.

-Lamentablemente, la falta de universidades en el departamento atentan contra la parte final de la formación de juveniles…

-Todas las ciudades chicas tienen la misma problemática. Me pasa también en Cañada, donde tengo apenas 4 jugadores con edad de U19 y es difícil armar el equipo. De todas formas, uno trata de inculcarles el estudio y si pueden seguir compitiendo, mejor. Sólo llegan unos pocos a jugar profesionalmente y lo principal es estar preparados para la vida. El calendario de las categorías principales tampoco ayuda, se juega cualquier día de la semana, eso también atenta con la chance de poder jugar y estudiar al mismo tiempo.

-Hoy estás al frente de la U18 Masculina de la Selección Argentina, ¿cómo marcha el proceso?

-Tengo un plantel con el que vengo trabajando hace cuatro años, sin embargo a esta edad los chicos tienen muchos altibajos en pocos meses. Hay que inculcarles el esfuerzo y estar preparados para la oportunidad. A veces los clubes sólo apuestan al equipo de Primera y descuidan las formativas. Además, la tecnología tampoco ayuda porque hoy los chicos tienen a mano lo que a nosotros nos costaba mucho más tiempo, por ejemplo ir a la biblioteca, buscar, resumir.

-Cambiaron los tiempos, ¿a ustedes les costó mucho llegar y se tuvieron que hacer de golpe?

-Tanto yo como mi hermano y también Paolo Quinteros salimos de La Armonía. Hay que soñar con llegar, no es fácil, pero siempre le dimos para adelante. En mi caso fui a Sport Club a los 18 años y porque el club se quedó sin dinero me tocó debutar en la Liga Nacional junto al resto de los chicos que fuimos reclutados. Quizás ahí me ayudó la suerte, pero tuve la oportunidad y no la desaproveché.

-¿Cuál fue el mejor momento de tu carrera?

-No tengo un punto en el que sienta que fue mi mejor momento, aunque el paso por Europa te cambia definitivamente. Creo que esa fue la clave que tuvo la Generación Dorada porque en el momento que los chicos fueron a jugar allá, estaban los mejores de Europa y había menos cupos para extranjeros, por lo tanto también llegaban las figuras. Entonces competían todo el año contra los mejores, en Liga y en Copas.

-¿Qué pensás de la Selección Mayor?

-No te deja de sorprender, es increíble que haya llegado a la final del Mundial. A diferencia de otras selecciones del país, los chicos de básquet siempre te dan la sensación de que algo puede pasar, gane o pierda. Inclusive sabiendo de antemano que puede perder, ye ilusionás igual. Con Facundo Campazzo me pasa lo mismo que con Manu Ginóbili, lo veo y pienso que no tiene techo, hoy está dominando Europa como quiere.

-Fuiste parte de los inicios de la Generación Dorada y hoy sos entrenador, ¿qué sacás de los técnicos que tuviste?

-Tuve a Vecchio, Magnano, Lamas y Hernández y trato de sacar un poco de cada uno. Igual ahora es distinto, cambiaron los tiempos. Es más difícil llegarle al jugador. Es más complicado que los chicos entiendan. Por ejemplo, lo mismo que hice en este Campus en Colón lo hago con la Selección U18 de Argentina. Hay que hacer mucho fundamento, es lo que te va a defender dentro de la cancha, es la base de todo. Sé que es aburrido, a todos les gusta agarrar la pelota y tirar al aro. En mi caso, cuando fui reclutado y llegué a Sport Club, “Oveja” Hernández era el técnico de inferiores y nos la pasábamos haciendo fundamento, sólo tirábamos al aro en los partidos. Lamentablemente somos exitistas, creemos que el que juega bien es el que mete 28 puntos. Pero el que entiende los conceptos es el que va a marcar la diferencia.

-¿Tenés en mente volver a dirigir mayores?

-Tengo el bolso listo. Estuve cuatro años en Sport Club hasta que la dirigencia decidió concluir el ciclo con los mayores a mitad del torneo pasado. Había agarrado el equipo en la B de la Liga, ascendimos y salimos campeón después de 17 años. Después jugamos tres finales de Liga Provincial, ganando la última y subiendo al Federal. Ahora estoy en inferiores, pero a la espera que salga algo para dirigir, tuve ofertas, pero no me convencieron.

-Mientras tanto, seguís en Sport Club Cañadense.

-Soy coordinador de todo el básquet formativo, de varones y mujeres, de escuelita hasta U19 y también dirijo U13 y U15. Estoy todos los días en el club, porque los fines de semana hay partidos sábado y domingo.

-¿Cómo se dio la llegada de Francisco al básquet universitario de Estados Unidos?

-Lo único que siempre le exigimos con la madre es que estudie. Ni yo ni mi hermano terminamos el secundario en su momento, pero tuvimos suerte de no lesionarnos y poder hacer una carrera en el básquet. Hoy es difícil conseguir un buen trabajo si no tenés estudios. A Francisco lo dirigí en Sport Club y ya a los 15 años promediaba 38’ en la Liga Provincial. Me costó mucho decidir dónde lo mandaba a jugar y proyectarse, hasta que un amigo de Rosario que es scouting de Dallas buscó un par de colegios donde podía continuar su carrera. Después surgió la posibilidad de ir a uno de Australia, donde la NBA tiene una academia, y enseguida decidió viajar. Si bien a las dos semanas le surgieron las dudas de quedarse por el tema del inglés, se sobrepuso y terminó dando el discurso de fin de año en el colegio. Esa fue una vidriera importante para que el año pasado pudiera tener lugar en la NCAA (la Universidad más importante de Estados Unidos) vistiendo la casaca del Texas Christian Universit.

-¿Cómo es su día a día?
-A la mañana estudian y a la tarde entrenan. Los deportistas de la universidad los domingos tienen una clase de apoyo de 6 a 8, estén donde estén, porque si juegan de visitantes los profesores viajan con ellos. Tienen avión privado, van y vuelven al mismo día, porque el lunes temprano tienen clase. Está en un lugar increíble. Siempre tuvo la decisión de ser jugador de básquet y soñó con ir a una universidad.

Fuente: El Entre Ríos y Radio 12