Allí se preserva, como formación emblemática, el palmar de yatay, una especie autóctona que llega a vivir entre 200 y 400 años, que suele engalanar los cielos con sus flores amarillas y que ofrece un delicioso fruto dulce, utilizado especialmente para la elaboración de licores.
Allí se preserva, como formación emblemática, el palmar de yatay, una especie autóctona que llega a vivir entre 200 y 400 años, que suele engalanar los cielos con sus flores amarillas y que ofrece un delicioso fruto dulce, utilizado especialmente para la elaboración de licores.