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“El dinero es cosa útil y preciosa, y también noble cuando se emplea bien; pero no quiero que lo consideren como el primero o el único premio que ganar. Preferiría verlas esposas de hombres pobres si fueran felices, amadas y contentas, que reinas en sus tronos sin propia estimación ni paz”, de Mujercitas, la novela considerada para adolescentes de Louisa May Alcott.

150 años atrás se publicaba uno de los libros que inspiraron a varias generaciones de chicas: Mujercitas. Hoy puede parecer anacrónica la historia de estas 4 hermanas en Estados Unidos durante la guerra de secesión, pero, por el contrario, sus frases cobran cada día más sentido. ¿Será entonces que es verdad que “lo mejor para una revolución es que no parezca una revolución”?

Louisa May Alcott no se casó nunca o si, pero no con un ser vivo sino con la literatura. Dedicada a su pasión, la escritura, Alcott logró no sólo vivir de esta profesión sino que además trajo dinero para mantener a su familia. Su vida misma para la época era algo revolucionario.

Y la historia que la hizo famosa, Mujercitas, tenía muchos tintes de revolución, varios que habrán pasado inadvertidos. Desde la forma de ver el mundo de una de sus protagonistas, Jo, quien no se interesaba por casarse y que como su creadora también era escritora, al hecho de que el libro fuera protagonizado por 4 jóvenes a cargo de su madre ante un padre ausente en la guerra:

“En el mundo hay muchísimas Beth, tímidas y tranquilas, sentadas en rincones hasta que alguien las necesita y que viven para los demás tan alegremente, que nadie se da cuenta de los sacrificios que hacen hasta que el grillo del hogar cesa de chirriar y desaparece el dulce rayo de sol, dejando atrás silencio y sombra”.

Cada hermana representa diferentes tipos de mujeres. Y cada lectora se entenderá con alguna de ellas. De hecho fue este libro el que inspiró a muchísimas personas que también se rebelaron contra los estándares sociales. Por sólo decir un caso, Simone de Beauvoir vio en Jo la mujer que quería ser: “Hubo un libro en el que creí ver reflejado mi futuro: Mujercitas de Louisa May Alcott. [...]Me identifiqué apasionadamente con Jo, la intelectual. Brusca, huesuda, Jo trepaba a los árboles para leer; era más varonil y más osada que yo, pero yo compartía su horror por la costura y el cuidado de la casa, su amor por los libros. Escribía, para imitarla mejor compuse dos o tres cuentos".

Hoy sigue pasando lo mismo, aunque creamos que se trate de un libro anticuado. Muchas de sus lecciones siguen siendo vitales para nuestra realidad actual. Tanto para hombres como para mujeres, esta historia tiene mucho para enseñarnos: “Todos llevamos cargas, tenemos un camino por recorrer y nuestro anhelo de hacer el bien y alcanzar la felicidad nos guía para superar los contratiempos y los errores que nos separan de la paz”.

A 150 años de su publicación, Mujercitas sigue vivo en todos nosotros. Dedicarle una lectura más no nos hará ningún daño. Por el contrario, es mucho lo que podremos descubrir de ella.
Fuente: El Entre Ríos

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