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Existe un texto tan satírico como lo era su autor, Ignacio B. Anzoátegui; argentino por nacimiento, católico fundamentalista por formación, y nacional socialista por adopción, en su libro titulado “Vida de Muertos Ilustres”, al que es ya imposible ubicar en otro lugar que no sea en los estantes de viejas bibliotecas polvorientas. Y eso con mucha suerte.

En el mismo se ocupaba medio en serio, pero sobre todo en solfa, de muchos de quienes para nuestra historiografía liberal eran, cuando no próceres, al menos personajes públicos notorios.

Para hacerse una idea de ello, viene al caso recordar que era suya la acotación que “Juan Bautista Alberdi dijo “gobernar es poblar y se quedó soltero”. Dos verdades irrebatibles. Aunque queda la duda de si fue por desconocimiento, o por no poder ubicar el hecho en una oración que sonaba como “redonda”, de esa manera se silenciaba el hecho que el autor de “Bases” hubiera tenido un hijo “natural” al que le había dado su apellido.

No sabemos si es necesario aclarar que en la época en que nuestro autor publicara la obra, como “natural” se consideraba al hijo nacido fuera de un matrimonio, dado que eran tiempos en los que no existía otra forma de fecundación que no fuera precisamente la de esa naturaleza.

Pero que lo que viene al caso aclarar que en esta nota, en la que hacemos referencia al ex vicepresidente de la Nación Amado Boudou, no podemos ubicar a éste en la categoría de “muerto ilustre”, teniendo para ello como primera razón el hecho que el nombrado no está muerto, sino en la cárcel, en la categoría de preso común, y de considerarlo ilustre queriendo decir con ello que es una persona archiconocida, se debería decir que lo es en un sentido nada encomiable, por lo que se hace necesario forzar la utilización de esa expresión.

Algo que no quita que deba reconocerse que siempre, hasta que se lo vio complicado judicialmente, su imagen era la de un simpático picarón, de buena apariencia y de los que no desperdiciaban ocasión para hacer lo que se conoce como “pasarla bien”. Agregando a ello que su paso por tribunales produjo a ojos vista una conversión de esa imagen suya, en otra completamente distinta, ya que en sus últimas fotografías se lo ve dando la impresión de un chico que toma la primera comunión, y que ve en el martirio su no del todo deseada, por más que asumida estoicamente, vocación.

Es que a no otra conclusión se puede llegar si nos atenemos a un mensaje de Twitter que hizo público, y que recogemos de otra fuente; mensaje emitido desde su lugar de detención, que no es otro que la cárcel de Ezeiza, donde está detenido por el caso de la ex Ciccone Calcográfica, al que no puede dejar de calificarse como un verdadero “batacazo”… fallido. A lo que se deben agregar respuestas suyas en un diálogo radial.

Es que en ese mensaje comenzó diciendo que “estoy convencido que estoy preso por todo lo bueno que hice en el gobierno y todo lo malo que no hice". Para luego aclarar que su situación actual “no es un orgullo”, añadiendo en seguida que está “fuerte y en paz”.

Y que esa fortaleza asociada con la tranquilidad de conciencia es consecuencia del hecho “pienso mucho en mis hijos y estoy explicándoles esta situación. Hacia adelante, me importa la opinión de mis compañeros y compañeras. Las detenciones tienen que ver con que pude mantenerme fiel a lo que hay que hacer y lo que no”.

A la vez en el mismo diálogo radial, luego de aludir al hecho que esta Navidad, día de visitas en Ezeiza, mantuvo un almuerzo navideño junto a su familia e hijos, señalando que es un momento muy lindo para compartir y que no atraviesen las cosas del dolor, sino de la esperanza y el amor”.

En ese mismo diálogo, destacó una circunstancia, la cual de ajustarse a los hechos, debería ser materia de una instrucción sumarial a los responsables de una prohibición que justifica sentirse víctima, cual es que “por la noche, la pasamos con todos los compañeros que están encerrados en el pabellón nuestro. El padre Paco quería venir a cenar y no se lo permitieron”.

Acerca de las excarcelaciones que se produjeron en los últimos meses, el ex vicepresidente consideró como “lamentable” porque la decisión parte por “un impulso por fuera del Poder Judicial”, en sintonía con el cambio del gobierno. “Que los jueces sean tiempistas, es decir que no existe la Justicia. Que los jueces sepan leer la política, significa que no saben leer el Código Penal… El Presidente ha sido muy claro en la cuestión de la arbitrariedad y de que hubo aberraciones en las detenciones.

Más valiente fue haber dicho que se utiliza la Justicia para perseguir, y que “hay una connivencia entre parte del sistema judicial y las agencias de espionaje que se usan para hacer operaciones".

No efectuaremos sino tan solo un comentario en relación a las declaraciones de Boudou. Que es la inferencia que de ser cierta su fortaleza y paz en el encierro, ella es consecuencia de que se considera no un “preso como consecuencia de una condena judicial”, sino un “político preso por las cosas que hizo bien durante su gestión pública y por el hecho de haberse abstenido de caer en lo malo”.

De allá que es una verdadera lástima que en el transcurso del diálogo radial no hubiera sido interrogado acerca de “las cosas que hizo bien” y que hicieron que fuera encarcelado. Porque de sus dichos surge una fuerte descalificación a la justicia, la que debe ser explicada y probada, atento a la gravedad institucional que tiene lo denunciado. Máxime cuando de esos mismos dichos no surge ni siquiera la admisión de un “desliz ético”, tal como nuestro actual presidente Fernández, ha calificado al comportamiento de políticos que han atravesado o atraviesan por situaciones parecidas.

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