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Greta Thunberg, la joven sueca de 16 años que se hizo conocida por su lucha contra el cambio climático al generar una protesta masiva de estudiantes manifestada en no asistir a clase los viernes, hoy emprende un viaje a Nueva York en un velero ecológico para asistir a la Cumbre Climática. La abanderada del clima emprende una serie de viajes alrededor del mundo para llevar su mensaje, ¿lo logrará?

“La gente debe unirse para presionar a los poderosos”, declaró la joven. Mientras algunos la nominan para el premio Nobel de la Paz y todos los foros referentes del clima la invitan a que participe de sus encuentros con su mensaje, otros creen que su visión es demasiado extremista e irrealizable.

Es que se plantean muchas medidas que no serían fáciles de aceptar por miles de personas, y ni hablar de gobiernos, empresas, líderes. No viajar en avión, porque contamina con Co2 el aire, es una de ellas. ¿Se imaginan si dejáramos los aviones en tierra y volviéramos a movernos sólo en medio de transporte como barcos ecológicos, trenes y colectivos?

Seguramente el mundo ya no sería como lo conocemos hoy, no estaría conectados a la misma velocidad con la que hoy llegamos de Argentina a Estados unidos, Europa o Asia. Eso sí, quizás el planeta estaría mejor.

El velero ecológico de 18 metros de eslora que llevará a la joven a través del Atlántico es de Pierre Casiraghi, hijo de la Princesa Carolina de Mónaco, quien la acompañara en el trayecto junto al patrón alemán Boris Hermann y el cineasta Svante Thunberg, padre Greta.

La embarcación se encuentra equipada con paneles solares y turbinas submarinas. A su vez, la tripulación viajara como si estuvieran en un campamento de montaña, con bolsas de dormir incluidas, y con comida vegana liofilizada como alimento. No dispondrán de cocina, sólo un hornillo de gas para calentar agua (el único consumidor de energía fósil). Ni tampoco de baño, sino que usarán una cubeta de plástico como inodoro.

El desafío no es para cualquiera, como seguramente tampoco lo sea el desafío de tomar las medidas para frenar el cambio climático. Sin embargo, no deja de ser admirable el coraje y el ímpetu de esta joven por esta lucha. ¿Logrará contagiar a miles? ¿Hará cambiar el rumbo? Todavía es prematuro saberlo. Pero si es claro que impacto está generando y su voz está sembrando semillas.

Sigamos de cerca a Greta, es mucho lo que sus viajes por el mundo (se estima que viaje de Estados Unidos hasta Chile para asistir a más cumbres climáticas) nos enseñarán. Y es muchísimo lo que tenemos que aprender de ella. Quizás no vayamos a tal extremo, pero puede que algunos hábitos sustentables empecemos a adquirir. Buen viaje por el Atlántico, Greta!
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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