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Estamos finalizando el año 2021, es la última columna de este período, como sociedad hemos transitado diversos escenarios y circunstancias tanto a nivel global como local que nos han impactado a todos sin excepción.

En las últimas columnas había decidido no referirme a la gestión política porque entendía que en un proceso eleccionario no era prudente ni correspondía hacer referencia a ese ámbito. Como este proceso ya finalizó, me permitiré nuevamente plantear que liderar y/o conducir debe ser asumida y exigida como una profesión y como en toda profesión se requiere de determinadas condiciones mínimas para su ejercicio.

El primer principio de cualquier tipo de profesión y de liderazgo es la orientación a RESULTADOS, para nuestro caso, Argentina, tomaré solo 3 como ejemplos.

Fallecidos por Covid: 116.874

Índice de Pobreza: 40.6 %

Inflación Interanual: 50.2%

Habitantes: 45.380.000

Demás está decir que estos indicadores definen la calidad del liderazgo, lamentablemente no solo del gobierno actual sino y mucho más grave aún, de un proceso de más de 50 años. Los países que han transformado y mejorado la calidad de vida de sus habitantes han definido reglas mínimas de gestión y de políticas de mediano y largo plazo que permiten planificar por sobre las ideologías de turno.

La improvisación y el oportunismo a través del tiempo es la decadencia para la mayoría de los ciudadanos; sin un plan de EDUCACION FORMAL no hay futuro ni en Argentina ni en ningún otro lugar de la tierra.
La CORRUPCIÓN o la JUSTIFICACIÓN de la misma solo favorece a unos pocos en detrimento de la mayoría. Una sociedad que no se cuestione la CORRUPCIÓN es una sociedad que no tiene porvenir. Un Poder Judicial que se alinee al poder de turno no es JUSTICIA.

La carga impositiva sin valor agregado al sector privado es la mejor prueba de la incapacidad e inutilidad de nuestros gobernantes; la opción de pescar en la pecera o de cazar en el zoológico define sin excusas esa incapacidad. No es factible un país donde el Estado no deja de crecer en gastos y en cantidad de empleados. Una estructura burocrática que impide cualquier iniciativa para generar inversiones y empleo genuino.

Con la carga impositiva y las restricciones burocráticas estamos logrando que la industria del CONOCIMIENTO emigre a distintos países del hemisferio. Uno de los recursos más escasos y de mayor impacto en cualquier economía es alentado a irse del país. Triste y doloroso ejemplo.

Muchos de los nombramientos de funcionarios públicos se originan en la relación familiar y no por las capacidades para desempeñar las responsabilidades asumidas; se crean áreas con títulos inentendibles para que sean ocupados por esos familiares.

Este fenómeno se da en todas las dependencias del estado; incluso en nuestra región en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande abundan los ejemplos. Esas decisiones determinan el perfil de quienes conducen y también de quienes aceptan. Lamentablemente, ni la oposición, ni los sindicatos, ni la comunidad en su conjunto lo asumen y censuran como otro factor que acelera nuestra decadencia.

Otro principio determinante del Liderazgo como profesión es la CONFIANZA MUTUA. El espectáculo brindado en estos últimos días en el tratamiento del presupuesto 2022 es el mejor ejemplo de la violación de este principio. El nivel de discusión y relación entre los integrantes del Parlamento es una extraordinaria demostración de la calidad y capacidad de quienes nos conducen. Deplorable.

Por último, quiero mencionar el principio de CONCENTRACIÓN EN LO ESENCIAL. No es solo llegar a un acuerdo con el FMI ni discutir si debemos mudar la Capital Federal. Es definir y consensuar objetivos de mediano y largo plazo que se focalicen en temas esenciales como la Reducción de la Pobreza, la Generación de Empleo Genuino, la Seguridad Física y Jurídica, la Educación Básica y la Formación Profesional.

Como argentino que amo mi país, deseo que el 2022 sea un año que nos permita iniciar un proceso de cambio que considere los intereses de cada uno de los ciudadanos con prioridad en los más desposeídos. Con acciones que favorezcan la inserción social y no la dependencia de planes que solo alimentan la pobreza y como consecuencia la decadencia.

Les deseo una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.
Fuente: El Entre Ríos

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