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En un reciente ejemplar de “Nature briefing” (22/05/2018), se resume un importante trabajo realizado en el “Ron Milo Weizmann Instituto de Ciencias de Israel” donde se evaluó, según las técnicas más modernas, el tamaño de la biomasa (llamando así a la suma de todos los seres vivos), que la constituye, sus cambios y la relación con las actividades del hombre.

“La humanidad se revela simultáneamente como insignificante y totalmente dominante en el plan de la vida sobre la tierra”. Es una de sus conclusiones más paradójicas y horribles.

Se sabe que siendo los hombres solo el 0,015% de los seres vivos, han aniquilado el 83% de los animales salvajes y el 50% de todas las plantas. Y de los animales vivos que quedan, una gran proporción están en criaderos de ganado vacuno, porcino o lanar, destinados a la alimentación (y cuya emisión de gases contribuye no poco al efecto invernadero).

Si consideramos para todos los seres humanos un peso igual a 1, tenemos:

-Seres humanos...............................................1
-Virus...............................................................3
-Gusanos..........................................................3
-Peces.............................................................12
-Insectos, arañas, crustáceos........................17
-Hongos.......................................................200
-Bacterias...................................................1200
-Plantas......................................................7500

La vida en los océanos guarda solo el 1% de biomasa, y la mayoría tiene su base en cercanías de la tierra y un pedazo grande -1/8- son bacterias subterráneas.

De toda la vida sobre la tierra, 82% son vegetales, 13% bacterias, 5% todo lo demás (incluyendo aquí el 0,01% de seres humanos).

Si vemos la biomasa dentro de los mamíferos, el 60% corresponde a ganados, 36% a seres humanos y 4% a animales salvajes. Las aves de corral son el 70% de todas las aves.

La destrucción del “hábitat” silvestre es la 6° extinción masiva de vida que ocurrió en 4 billones de años y la única provocada por el hombre. La mitad de todos los animales murieron en los últimos 50 años. Para algunos esto condice con una nueva era geológica: “Antropocéntrica”, un marcador sugestivo de este cambio serían los huesos de pollo, diseminados en todo el globo.

La historia parece triste y nos deja con una profunda sensación de culpa ante tanta pérdida irreparable. Recordemos siempre la destrucción masiva que causó el hombre muchas veces contra sí mismo, ayer no más, a lo largo de la historia humana, en nombre de diferencias religiosas, políticas y raciales...

En algún momento, el príncipe Hamlet dijo: “¡qué herramienta es el hombre!” (acto ll, escena ll) y parece que no se engañó.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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