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Finalmente, el gobernador Gustavo Bordet reunió a todo el arco político para ofrecer un resumen de la gestión y delinear el futuro inmediato de su mandato: Una reforma judicial, política y una discusión de paritarias “con los chicos en las aulas” fueron algunos de los anuncios más significativos del discurso que también abarcó el femicidio y el narcomenudeo, como grandes deudas a saldar.

Atentos lo siguieron los ex gobernadores Mario Moine, Jorge Busti y Sergio Urribarri, una trilogía que se heredó en esa línea de tiempo y que sabe que le dejó a Bordet más deudas que haberes. Sobre todo en la última década y también la experiencia de que el parricidio político existe en el peronismo de Entre Ríos.

El repaso del mandatario fue claro: Mostró los grandes lineamientos que tendrá su segunda etapa de gobierno orientada al desarrollo y a la infraestructura pero con números que no terminan de cerrar aunque promete encorsetarlos con el paso del tiempo.

Sobre las reformas políticas y judicial, no hubo demasiados detalles. Sin embargo, la heterogeneidad de las Cámaras será el marco para que los cambios sean a fondo pero también para que el oficialismo sea en el recinto la garantía de que los avances sean tan amplios como profundos y no se queden en un parche del momento.

De todos modos, la batería de anuncios fue el golpe final para un vistazo que puso blanco sobre negro qué y cómo heredó Bordet la provincia de manos de Urribarri. Garantizar el agua potable, caminos, puertos y una inversión en energía como el saneamiento de la Caja de Jubilaciones son metas que apuntan más a curar el pasado.

La construcción de las defensas sur y norte en Concordia y Concepción del Uruguay son obras emblemas del trabajo articulado entre Nación y provincia pero sobre todo el botón de muestra de que hay cosas que se pudieron hacer, pero que nunca se hicieron a pesar de que en esos años el “yuyito” de la soja le dejaba al gobierno nacional márgenes hoy inexistentes.

A un costado de eso, Urribarri, imperturbable seguía el repaso de los objetivos, que no son otra cosa que las grandes deudas del peronismo, y algunas menciones, no hicieron otra cosa que enfrentarlo a lo que quedó sin saldar de su sueño, del que ahora explica detalles ante la Justicia.

Para Urribarri, éstas no fueron las únicas horas aciagas de la semana. Antes debió sortear su elección para continuar en la presidencia de la Cámara de Diputados donde convive con un bloque que sutilmente dejó de llamarse “Frente para la Victoria” para pasar a ser, desde ahora, “Somos Entre Ríos”, y que ahora es una amalgama, como lo fue el frente que lideró Bordet, que sumó algo del bustismo y de la renovación lo que le da una suma final de veinte votos sobre treinta y cuatro, pero la certeza de que ninguno de ellos, es de su riñón.

La zozobra de Urribarri comenzó con la elevación a juicio de la causa en la que se lo investiga por el pago a su cuñado Juan Pablo Aguilera de una publicidad con fondos del Estado. Las lentas acciones de la Justicia no son las que le quitan el sueño al soñador, sino las que de ella se desprenden como la posibilidad de que su desafuero sea un debate tan áspero que lo desgaste, no al punto de quedar sin protección ya que cuenta con los votos necesarios como para garantizar sus fueros.

Al margen de eso, esta semana, en la que estuvo a punto de perder algunos votos para la presidencia, Urribarri sintió, casi por primera vez, el sabor amargo del destierro. El tiempo que promete Bordet en sus discursos, es el futuro que para Urribarri es cada vez más incierto.

Esta semana no pudo ser peor. Imploró los votos para arañar la unanimidad en la Cámara y sostenerse en un cargo que le garantiza un escudo, pero no lo suficientemente grande como para tapar las cosas que no hizo o esconder aquellas que hizo mal.

Hacia adelante, quedará que la oposición bregue porque las promesas se cumplan y que el oficialismo sea un actor generoso a la hora de trazar los proyectos y serio, a la hora de concretarlos porque de los enunciados de hoy no depende sólo la gestión de Bordet, sino buena parte de la suerte del peronismo que inauguró este jueves el segundo tramo de los dos años que le quedan de gobierno.
Fuente: El Entre Ríos

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