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Una definición que seguramente se haga esperar

El mismo día que Cristina Kirchner anunció que sería candidata a vice presidenta acompañando en el ticket de Unidad Ciudadana a Alberto Fernández, Gustavo Bordet se explayó al respecto por las redes sociales. Con palabras medidas y haciendo gala de su conocido equilibrio saludó la buena nueva diciendo: "Desde #EntreRíos siempre impulsamos el consenso que posibilite la unidad para la construcción de una alternativa que devuelva la esperanza a los argentinos. El anuncio de @alferdez y @CFKArgentina es un paso muy importante para lograrlo. Seguimos hablando con todos los sectores".

Mientras claramente celebró la noticia, por otro lado quedó corto de manifestar abiertamente su apoyo por la formula. Tal vez pensando en las elecciones a gobernador del próximo 9 de junio, y sabiendo que cualquier pronunciamiento explicito podría irritar a algunos de los grupos que en Entre Ríos trabajan unificadamente detrás de su candidatura, Bordet dejó en el aire -por lo menos hasta esa fecha- una definición clara y concisa sobre sus intenciones al respecto.

Lo hizo posiblemente pensando que para ese entonces habrá mucha más información disponible respecto de cuál será el armado final de Alternativa Federal y de cuantos gobernadores más se habrán plegado a la formula cristinista.

"En un tweet el mismo día en que se anunció la formula Fernández – Fernández, Bordet celebró la noticia pero quedó corto de dar un apoyo explícito"

Hay razones, y buenas razones, para pensar que Bordet podría tomar el rumbo de la Alianza Federal. Tanto nuestro actual gobernador como Omar Perotti en Santa Fe, candidato a gobernador peronista en esa provincia y cuya candidatura ha sido financiada en buena parte por Schiaretti, suelen actuar en bloque junto al gobernador de Córdoba. Además de una clara empatía, también parece unirlos cierta afinidad ideológica, todos ellos políticos moderados, dialoguistas y muy enemigos de los extremos. Esta alternativa intermedia, entre el kirchnerismo y Cambiemos, parece ofrecer también un panorama de mayor estabilidad y tranquilidad si finalmente llegara acceder al gobierno, sabedor Bordet que la fórmula Fernández - Fernández vendría de la mano de una mucho mayor volatilidad económico-financiera. Gobernar sin plata y con un interlocutor inflexible, difícil , y poco acomodaticio a cargo de la administración nacional bien podría presagiar un camino bien azaroso. Además, antes del final de su mandato también debería comenzar a repagar algunas amortizaciones del bono de 500 millones de dólares emitido por Entre Ríos durante su actual gestión, circunstancia que definitivamente se le podría hacer muy cuesta arriba a la provincia con la persona equivocada en la Casa Rosada.

Por otro lado, también hay ciertas razones atendibles que podrían hacer que se vuelque en la otra dirección. Que varios otros gobernadores hayan elegido tomar el camino de Cristina, apostando tal vez a que todo el peronismo terminara alineándose detrás de ella, podría hacer fácil su decisión y allanarle un camino en el que no se sentiría tan solo. También jugarían un rol en una decisión de este tipo el hecho de que una parte mayoritaria de la tropa en Entre Ríos parecería más inclinada a apoyar una candidatura de Cristina Kirchner que la de un peronista federal. Y es un secreto a voces que Bordet, en una reunión que tuvo con Alberto Fernández en Febrero, se haría comprometido a apoyar a los candidatos kirchneristas en la provincia, decisión que haría más fácil ahora el sumarse a la fórmula de los Fernández. Una mayor influencia de Urribarri, sindicado como posible Ministro en un eventual gabinete kirchnerista, podría también ser de ayuda para que se incline la balanza en esa dirección.

"Bordet es un tiempista y eso hará que tengamos que esperar hasta por lo menos el 9 de junio para ver como mueve sus fichas"

En definitiva, considerando el estilo y las maneras del gobernador debería esperarse que en su decisión prime sobre todo el pragmatismo. Lo más probable es que se tome todo el tiempo posible para decidir en qué dirección terminar moviendo, y después, cuando ya no le quede más margen para la indefinición, termine decidiendo no por cuestiones ideológicas sino en función de lo que en ese momento parezcan dictar sus necesidades y conveniencias ante la coyuntura y en función de las encuestas. Incluso, tampoco sería descabellado pensar que esa decisión no la tome nunca si es que puede evitarlo. Bordet es ante todo un tiempista, y guste o no, ese parece ser el atributo que le permitió llegar tan lejos en el camino de la política. Negar esto, sería no conocerlo.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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