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Como el verso señala, “tiene un rasgo prominente”. Frase que se usa, muchas veces sin mencionarla, como un mecanismo utilizado para motivar al desarrollo de una acción específica en un determinado lugar -que puede ser un pueblo o una ciudad- haciendo una elogiosa referencia a lo que sucede en una comarca vecina.

Es como si hiciéramos referencia a la manera en que se los ve permanentemente mantenidos a los caminos en el sector del ejido sanjosesino, mientras que desde estas páginas se hizo poco tiempo atrás referencia al reclamo referido al pésimo estado de un camino tan trillado como el que lleva a la Escuela Agrotécnica.

O que señaláramos que Villa Elisa es un ejemplo de armoniosa pulcritud, con lo que justifica que se la denomine “ciudad jardín”, procurando de ese modo que en Colón se comiencen a hacer cosas que en algún momento -que es de esperar que sea lo más rápido posible, y por supuesto aún antes de acabar con la sistematización de la denominada “cuenca Salta”- podamos ser merecedores de una designación similar, o aún superior, en el caso que pudiéramos decir que Colón es “la perla” del Uruguay.

Inclusive Ubajay, un pueblo que tiene alma de “ave fénix”, si se tiene en cuenta que resurgió de una decadencia extrema, luego de haberse formado alrededor de una estación de ferrocarril y ser el activo centro en el que convergía la entonces existente y poblada colonia judía a que abrazaba, crecimiento el de ese entonces que mostraba su pujanza en contraste con el languidecer del poblado de San Gregorio, ubicado en las cercanías del arroyo Grande (aunque hubo también una época que los habitantes de Ubajay se tenían que trasladar hasta allí para poder votar).

Una localidad que nunca parecía iba a ir por más y que hoy cuenta con un incipiente parque industrial en ejecución en un terreno tan extenso como para acabar con los conflictos que en Colón se viven por la aparente carencia de extensos terrenos que se puedan destinar a la construcción de viviendas. Pueblo Ubajay que, al parecer, se ha decidido reflotar un viejo proyecto para contar con un centro termal.

Pero esta vez, de aludir a un “rasgo prominente” al que deberíamos prestar atención, en cuanto no descuidar, son los importantes trabajos que en Concepción del Uruguay su municipalidad está llevando a cabo con el objeto de convertir en una remozada y extendida playa a la zona del Banco Pelay, con la aspiración de transformarla en el desarrollo balneario más importante de la costa del río Uruguay.

Algo que en realidad debemos aceptar sin molestarnos, un poco porque bien dicho está que el sol sale para todos, y además tener en cuenta que el crecimiento de la oferta turística regional, a todos nos beneficia. Aunque de cualquier manera ello nos debería servir para que nos sacudamos un poco. No porque sea poco lo que se ha hecho entre nosotros en la materia, sino para que advirtamos, de una vez por todas, de la necesidad de contar con un plan de desarrollo global que tenga por eje al de Colón.

Es que cuesta caro en tiempo y plata el procurar crecer en base a impromptus y dejando las cosas a medio hacer o lisa y llanamente sin hacer. Un solo repaso al respecto: ¿alguien recuerda el destino que se le iba a dar al espléndido y extenso tajamar, símil de laguna paisajística, que supo construir un vecino en la desembocadura del arroyo Artalaz? ¿O que alguna vez se pensó en instalar a la misma altura del arroyo un puente que permitiera interconectar balnearios, y que inclusive se llegaron a efectuar dificultosos trabajos en lo que sería la cabecera norte de la obra en el margen barrancoso norte de ese arroyo?
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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