Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
“He aprendido que nunca eres demasiado pequeño para hacer la diferencia. Si chicos pueden alcanzar los titulares de todo el mundo por no ir al colegio, imagínense lo que podríamos hacer si realmente quisiéramos”, de Greta Thunberg, joven activista de 16 años, en su discurso en la Conferencia por el Cambio Climático COP24.

Cambio climático. Un concepto del que se habla desde hace años pero sin efectivizarse medidas reales al respecto. Para los escépticos, no es la culpa del hombre que este suceda. Para los defensores del planeta, sí. ¿Quién tiene razón? Imposible saberlo y tampoco realmente importa. Lo que sí, el clima ya no es el mismo y la temperatura de la tierra está aumentando con todo lo que ello significa. Nuestra actividad parecería favorecer estas condiciones.

Un verano atípico europeo, un ártico que acelera su deshielo. Nieve en lugares no usuales, como en la ciudad de Las Vegas, Estados Unidos. Inviernos más largos en algunas regiones, seguidos de veranos calurosos que se vuelven también más extensos. Poderosos huracanes y tormentas. La Tierra cruje mientras sus habitantes la miran perplejos.

“Ustedes dicen que aman a sus hijos más que nada en el mundo, sin embargo, le están robando su futuro frente a sus propios ojos”, con estas contundentes palabras Greta Thunberg se pronunciaba en la Conferencia por el Cambio Climático de la ONU en Copenhague el año pasado. ¿Y si tiene razón?

Thunberg se dio un cuenta un día que el clima en su país ya no era el mismo. Que había cambios que se estaban produciendo y que ella tenía que hacer algo. De hecho, fue el propósito de luchar por este cambio lo que le permitió salir de una fuerte depresión que atravesó de más chica.

Hoy, es una activista climática que lidera el movimiento mundial Fridays for future (Viernes para el futuro), que tiene base en alrededor de 300 ciudades del mundo y consiste básicamente en no atender a clases el último día de la semana escolar como forma de protesta por el cambio climático (entre otras manifestaciones).

Su manera elegida para reclamar puede para algunos no ser la correcta, ya que los jóvenes no deberían faltar a la escuela. No obstante, no parecería ser una excusa para no ir a clases sino un acto para decir en voz alta lo que les está molestando dentro de los límites de sus edades.

A muchos adultos nos pasa algo parecido. Varios nos entusiasmamos en 2015 con la firma del Acuerdo de París, que establece una serie de medidas para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), entre otros compromisos importantes y trascendentales para evitar que la temperatura del planeta continúe elevándose.

En rigor de verdad, poco se ha avanzando y ciertos cambios políticos entorpecen su efectividad. A su vez, seguramente habrá que repensar sus medidas dado que en los últimos años se han incrementado las emisiones como consecuencia del crecimiento de la economía a nivel global.

Hoy, estamos esperando una respuesta, que se tomen medidas para frenar el cambio climático que nos afecta a todos. No parecería que podamos esperar más.

Estos chicos hoy están diciendo: “es hora de hacer algo y los vamos a llevar a que lo hagan”. No están esperando a cuando a ellos les toque “ser los mayores” porque seguramente sería demasiado tarde. Entonces, han decidido serlo. ¿Será entonces que debemos escucharlos?

“(…) Y si las soluciones en este sistema son tan difíciles de encontrar, entonces deberíamos cambiar el sistema ensimismo”, así lo plantea esta joven de 16 años de Suecia. ¿No será hora de pensar de qué forma podemos subsistir sin que eso signifique elevar la temperatura del planeta?

“Hemos venido para decirles que el cambio está viniendo, les guste o no”, termina diciendo Thunberg. Ojala que así sea.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

Enviá tu comentario