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La Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación publicó estos días los datos completos de la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), que se realizó en conjunto con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y cuyos datos preliminares fueron informados en abril.

La encuesta se efectuó en hogares de localidades urbanas de 5.000 habitantes y más de todo el país y es una muestra representativa a nivel nacional y provincial, que incluye a la población de 18 años y más.

El informe completo de la 4° ENFR analizó la respuesta de más de 29.000 individuos de todo el país y arroja información sobre los factores de riesgo de las Enfermedades No Transmisibles (ENT) tales como: consumo de tabaco, exposición al humo de tabaco ajeno, consumo de alcohol, alimentación inadecuada, actividad física insuficiente, presión arterial elevada, glucemia elevada o diabetes y sobrepeso y obesidad.

La encuesta arrojó que los factores de riesgo como consumo de tabaco, alcohol, mala alimentación así como el exceso de peso y la prevalencia combinada de hipertensión arterial, son más prevalentes en poblaciones de menor nivel socioeconómico y en los varones. En cambio, las prácticas preventivas como la toma de la presión arterial, la medición de glucemia o colesterol o aquellas prácticas preventivas de cánceres prevalentes –que van en aumento–, resultan más frecuentes en mujeres y en personas de mayores ingresos.
El 46,6 por ciento de los encuestados es hipertenso
La prevalencia combinada de hipertensión arterial, diabetes y colesterol elevado está entre los nuevos datos aportados por la 4ª ENFR. Por ejemplo, el indicador de prevalencia combinada de hipertensión, conjuga a aquellas personas que declararon ser hipertensas y toman medicación para la presión, y a aquellas que tuvieron la presión alta (140/90 mmHg o más) en la fase de las mediciones objetivas en el hogar en el momento de la encuesta. La prevalencia combinada de hipertensión arterial fue de 46,6%, mientras que por autorreporte solo un 34,7% declaró ser hipertensa.

Si bien la edad es la principal condición asociada al desarrollo de HTA, factores de riesgo como el sobrepeso/obesidad, el tabaquismo y fundamentalmente el elevado consumo de sodio en la dieta, incrementan la probabilidad de desarrollarla y plantean el desafío de combatirlos mediante políticas públicas que regulen entornos y favorezcan hábitos saludables. De esta manera se podría prevenir o retrasar el desarrollo de HTA, mejorando además su control en aquellos individuos que ya la padecen.

En la 4° edición de la ENFR el 84,3% de la población de 18 años y más refirió haberse medido la presión arterial (PA) en los últimos dos años, porcentaje que se mantuvo estable en relación con lo observado en 2013.

El indicador fue mayor en las mujeres (86,7% vs. 81,7% en varones), presentó un marcado aumento con la edad (95,8% 65 y más – 73,0% 18 a 24 años) y fue mayor entre aquellos con nivel educativo más alto respecto del grupo con primaria completa y secundaria incompleta (87,0% vs 80,1% respectivamente).

La prevalencia de PA elevada por autorreporte (entre quienes se la midieron alguna vez) aumentó con la edad, resultando 4 veces mayor en el grupo de 65 años y más con respecto al de 18 – 24 años (61,8% vs. 14,8% respectivamente). Así mismo, resultó 2 veces mayor en el grupo de menor nivel de instrucción con respecto al mayor, y fue más frecuente entre aquellos con obra social o prepaga.
Otras formas de consumir tabaco
Entre la 3° y 4° edición de la encuesta, se observó un descenso de casi tres puntos porcentuales en la prevalencia de consumo de cigarrillos en adultos.

Las diferencias sociales en el consumo se mantuvieron, siendo la población en mayor situación de vulnerabilidad la que mayor prevalencia presentó.

Sin embargo, a pesar de la reducción del consumo, es necesario resaltar que la prevalencia de tabaquismo y la morbimortalidad atribuible continúan siendo una de las más elevadas de la región y que hay consumos de nuevos productos de tabaco que, tanto a nivel global como en Argentina, se encuentran creciendo. Por esta razón, se decidió incorporar a la nueva edición de la ENFR la evaluación y análisis de otros productos de tabaco.

El cigarrillo electrónico fue uno de ellos, y alcanzó una prevalencia de 1,1% en la población general adulta y en el 3,5% de los fumadores actuales adultos. Si bien el consumo de cigarrillos electrónicos es relativamente bajo en los adultos, el consumo en adolescentes de 13 a 15 años llega al 7,1% según la Encuesta Mundial de Tabaco en Jóvenes 2018. Esto resulta alarmante ya que se trata de un producto ilegal en Argentina, que fue prohibido por la ANMAT en 2011 a través de la Disposición 3226.

Con relación al consumo de tabaco para armar, es preocupante la elevada prevalencia registrada en esta encuesta, especialmente entre los jóvenes adultos. Cuando se aplica una política fiscal hacia los productos de tabaco, como sucedió en Argentina desde 2016 en adelante, parte del consumo se desplaza hacia las marcas más baratas o ultra-baratas y hacia aquellos productos de tabaco alternativos más económicos con menor carga fiscal, como es el tabaco para armar.

Los indicadores de exposición al humo de tabaco ajeno también evidenciaron ciertos cambios respecto de la edición anterior. En el hogar, el indicador de exposición continúa su proceso de descenso significativo, que pasó de 33,9% a 25% entre 2009 y 2018 lo que representa un descenso de 26%. En la ENFR 2018 la exposición en el hogar resultó más frecuente en los grupos jóvenes y en las personas en situación de mayor vulnerabilidad (menor nivel educativo, con cobertura de salud sólo pública y en el 1° quintil de ingresos). En los lugares de trabajo también continuó descendiendo la exposición al humo de tabaco (34,0% ENFR 2009; 21,8% ENFR 2018), lo que representa un descenso relativo del 36% de la exposición. No obstante, 1 de cada 5 personas aún trabajan expuestas al humo de tabaco.

El indicador de exposición al humo de tabaco en bares y restaurantes se mantuvo estable en la ENFR 2018 respecto de la edición anterior, luego de que hubiera una importante reducción del 50% entre las dos ediciones previas (2009-2013).

Desde la Secretaría de Salud consideran que para resolver la problemática de exposición a la publicidad es crítico cerrar los vacíos legales de la Ley 26.687 y sancionar una ley nacional de prohibición completa de toda forma de publicidad, promoción y patrocinio, incluyendo la exhibición de productos, e incluyendo la prohibición del marketing directo, conforme establecen los estándares internacionales. Es de destacar que algunas provincias ya han avanzado con estándares más protectores que la ley nacional. Por primera vez en esta edición de la ENFR pudo analizarse la tendencia del indicador de incentivo de las advertencias sanitarias para dejar de fumar (entre fumadores actuales de cigarrillos), ya que el mismo fue incorporado en la edición de 2013. En este sentido, pudo evidenciarse que el impacto de las advertencias disminuyó relativamente un 21% en los últimos 5 años (54,5% ENFR 2013; 43,1% ENFR 2018). La encuesta se desarrolló en 2018 a 3 años de entrada en vigencia de las advertencias sanitarias anteriores, implementadas en 2015, lo cual muestra un desgaste del efecto disuasivo y la necesidad de actualización frecuente de las advertencias, así como también la implementación de imágenes cuya eficacia sea testeada con anterioridad a su implementación. Del mismo modo, pone de manifiesto la pertinencia de avanzar hacia el empaquetado genérico, que representa el estándar más alto para informar adecuadamente a los consumidores a cerca del daño a la salud que ocasionan estos productos.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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