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Uruguay ya volvió a clases
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Se habla y se seguirá hablando por mucho tiempo de cuáles fueron los países que mejor sortearon el desafío de la pandemia. Lo cierto es que ya son varios los que lograron salir de la trampa de los contagios. La dificultad estuvo siempre en mediar entre los efectos económicos (que infieren en la salud), los efectos del virus en si mismo y las libertades individuales.

Algunos días atrás, los estados de la Unión Europea acordaron reabrir las fronteras exteriores a determinados países a partir de este miércoles 1° de julio. Se trata de 18 países que, de alguna manera u otra, están controlando de manera eficiente la curva de contagios. Entre ellos se encuentran Uruguay y Nueva Zelanda.

¿Qué tienen en común estos dos países? Actuaron con mesura, aprovecharon la cuarentena para testear lo más rápido que se pudiese, y fueron abriendo las actividades a medida que bajaba la curva de contagios.

Lo de Nueva Zelanda es excepcional. El mismo día que en Argentina se declaraba la cuarentena total, allí se cerraban las fronteras para los no-residentes. Algunos días después, introducían un sistema de alerta de 4 niveles. El gobierno decretó que se encontraban en el segundo nivel, lo que obligaba a tener distanciamiento físico, a evitar salidas no esenciales de la casa y a desplegar centros de detección que actuasen inmediatamente. A renglón seguido, en apenas un par de días, llegaron la tercera y cuarta fases, que implicaban trabajar a distancia, cerrar escuelas y espacios públicos. Las salidas permitidas eran similares a las de nuestro país: comprar víveres y medicamentos, ir al médico y hacer actividad física (o caminar) en soledad cerca de la propia casa.

Hasta aquí, casi nada muy diferente a la Argentina. Como decía la Primera Ministra de ese país, Jacinda Ardern, había que anticiparse y actuar cuando había pocos casos. Algo similar a lo que propuso el presidente argentino el 19 de marzo. La clave estuvo en que el 1° de abril comenzaron los testeos múltiples, priorizando, lógicamente, a gente con síntomas respiratorios. Los resultados del rastreo fueron exitosos: desde el 5 de mayo, los números son casi insignificantes; hubo incluso varias jornadas sin nuevos casos. Hoy, casi todo funciona con total normalidad en la isla oceánica. Incluso los eventos deportivos. Además, de a poco se está tratando de reponer los viajes internacionales con países que tengan pocos casos, principalmente Australia.

Uruguay es otro de los casos exitosos. Luis Lacalle Pou prefirió no establecer un confinamiento estricto, más allá de que exigió el cierre de escuelas, fronteras y posibles focos de contagio. La astucia estuvo en detectar los casos tempranamente y en testear de manera aleatoria desde mediados de abril, sobre todo en los barrios populares, y en repartir barbijos para toda la población de manera gratuita. Hoy Uruguay tiene muy pocos casos, mientras se permite gradualmente la vuelta de diferentes actividades.

¿Hay diferencias entre Uruguay y Nueva Zelanda? Claro, las restricciones fueron más duras en uno que en el otro, pero ambos aprovecharon la baja circulación de personas para testear y rastrear. Otro dato no menor es que en ninguno de los dos casos se restringió la actividad física o las caminatas en algún momento. Con el tiempo se comprobó que esta era una medida fundamental para la salud de los ciudadanos.

Sin duda son dos países pequeños, tanto en población como en territorio, lo que facilita el control. Pero siguieron el manual de la pandemia, teniendo en cuenta ejemplos como Israel o Corea del Sur, y salieron a buscar el virus para aislarlo.

¿Argentina? Con el diario del lunes, es fácil hacer críticas. El punto es que fueron muchos los expertos y los ejemplos que indicaban la necesidad de rastrear a los portadores del virus cuando los casos eran pocos y cuando la cuarentena era extrema. Aun así, varios miembros de las autoridades subestimaron la importancia de los testeos y de aplanar la curva a partir de ello.

El tiempo demostró que la cuarentena no era solo para preparar el sistema sanitario, sino para detectar los casos aunque fuesen pocos ¿Se dieron cuenta de ello nuestras autoridades? Si, entre 80 y 100 días más tarde, mientras la curva sigue en aumento, con una economía cada vez más frágil y un descontento generalizado en la población, que a pesar de los enormes esfuerzos que se le pidieron, sigue esperando resultados y la posibilidad de volver a vivir como corresponde.

Hoy en día son muchos los países que le están ganando al virus. Algunos con mayor éxito o menos costos que otros. Las conexiones internaciones están comenzando a volver y pareciera que se premia a los países que tuvieron un accionar más astuto y determinante que la media, como es el caso de Uruguay o Nueva Zelanda. A los argentinos, en cambio, nos toca seguir esperando.
Fuente: El Entre Ríos

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