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Energy Observer, barco a hidrógeno
Energy Observer, barco a hidrógeno
Energy Observer, barco a hidrógeno
Algunos habrá que conocen “el cuento de la buena pipa”, y los que no lo conocen haría bien en hacerlo y sobre todo en encontrarle su gracia.

En cambio son pocos, por decir que existe alguno, los que no conozcan un aviso publicado multitud de veces, en el que se ve la imagen de una botella de whisky acompañada con la pregunta si quien la observa la ve medio vacía o medio llena.

Se trata de una pregunta tramposa, ya que lo único que con su respuesta se puede establecer, es el talante de quien la responde. Ya que al optimista se le ocurrirá pensar lo que le queda todavía para disfrutar, mientras que al pesimista se lo escuchará lamentarse de lo poco que resta en el fondo y como “se le fue de rápido” el contenido de la botella.

Trasladando la estructura de la anécdota a otra dimensión, nos encontramos que ante todos los graves problemas que enfrenta el mundo, y dentro de él todas las sociedades, incluyendo la nuestra, observamos la presencia de reacciones parecidas, nada más que adquieren una magnitud acorde con la gravedad de los dilemas que se debe buscar la manera de superar.

Así no es de extrañar que en este caso, por una parte se hagan presentes en muchos, histéricas posturas apocalípticas, que incluso llegan a estar convencidos de un más o menos próximo final de “los tiempos”, por culpas merecidas como descendientes de quienes poblaron en su momento a Sodoma y Gomorra.

Y como contrapartida se encuentran los optimistas a ultranza, dando cuenta de esa manera de lo que se conoce habitualmente como un “optimismo a prueba de todo”, del cual nace la convicción de que de alguna manera se saldrá del atolladero que se hace presente.

La verdadera respuesta a las sucesivas preguntas resulta en definitiva la misma. En el primer caso que lo que se observa es una “botella a medio llenar”, o sea llena hasta la mitad de ella. Y en el caso de los problemas de mayor envergadura, de lo que se trata es de verlos tal cual son y encararlos con la serenidad y sapiencia debida. Al fin y al cabo cabría advertir que los seres humanos hemos llegado hasta aquí recorriendo un largo trayecto temporal, en el cual siendo responsables de crímenes y todo de tipo de atrocidades, hemos salido adelante, aunque hubiésemos quedado, como resultado de nuestros comportamientos impropios, convertidos en verdaderas piltrafas.

Un caso que sirve para ilustrar esta postura, la tenemos en lo que en las últimas décadas ha ocurrido respecto a la manera de atender a la demanda energética. Al respecto algún memorioso de los que quedan, deberán recordar la inquietud molesta que provocaba el hecho que en una fecha que se fijaba casi con exactitud, y que no era precisamente lejana medida en décadas, el petróleo se iba a agotar, sin que se supiera como reemplazarlo con otra fuente, de una manera completa.

De allí en más se dio el uso de la energía nuclear con ese destino “pacífico”, al planeta se lo vio siendo sembrado de represas con sus turbinas, se hicieron presentes una infinidad de fuentes de energías renovables, todavía en desarrollo, y el automóvil que funciona consumiendo electricidad está a la vuelta de la esquina.

Ahora nos encontramos con otra novedad, que es realmente positiva, entre tantas noticias que encienden temores. Es que en una conferencia llevada a cabo hace de esto pocos días, organizada por las Naciones Unidas se ha señalado al hidrógeno (H2), como la solución para combatir el cambio climático y recortar las crecientes emisiones de anhídrido carbónico, principal responsable de ese “algo” que ya es más que una amenaza, dado que se viene convirtiendo en una realidad con la que debemos manejarnos y sufrir de una manera creciente.

De esa reunión participaba Victorien Erussard, capitán francés e impulsor de la construcción del primer barco que se propulsa con hidrógeno que él mismo genera gracias al agua del mar, al sol y al viento, quien ha contado su experiencia durante el principio de una vuelta al mundo a bordo de su creación, el Energy Observer.

Y de acuerdo a los vaticinios optimistas que se escucharon en la aludida conferencia. Es que además de señalarse que en Amberes (Bélgica) se está creando la primera “hidrogeneradora” [estación de repostaje de hidrógeno]".

Los más entusiastas están convencidos que “de aquí a 10 años el hidrógeno limpio sustituirá a todos los combustibles contaminantes".

Un vaticinio que se enfrenta con la realidad actual, en la que, según cifras de fuentes autorizadas, tan solo un 17,5% de la energía que se usa es renovable, por debajo del objetivo fijado del 20% en 2020.

Se debe tener en cuenta que circunscribiéndonos a las metas fijadas a para Europa, cubrir ese 82,5% restante no es tarea fácil. El hidrógeno es todavía más caro que el diesel (2,5 euros más en 100 kilómetros) porque no se produce suficiente.

Se aclara que en la actualidad es un producto de lujo que no puede competir con la industria actual, pero “si los ricos empiezan a utilizarlo y se empieza a comercializar, el precio bajará”, explicó uno de los asistentes a la conferencia.

Se reconoce sensatamente que la producción de hidrógeno, en comparación con la de tecnología de las energías fósiles, no está madura. Pero, se afirma que los avances son considerables. Es así como por ejemplo se alude al caso del “coche Hyundai Nexo” que funciona con hidrógeno ha pasado a costar 65.000 euros cuando hace pocos años costaba 400.000 euros”.

En tanto, en la conferencia se reconoce que otro de los dilemas que giran alrededor del hidrógeno, aparte de su coste, es su peligrosidad. En caso de fuga, el elemento químico entraría en contacto con oxígeno y se inflamaría. Aunque ya se considera que los depósitos de ese gas ya existentes, cuentan con controles seguros.

Por otra parte, esa convicción se afirma mirando a Alemania, que según todas las fuentes ya “está en carrera” y cuenta con 59 hidrogeneradoras.

Para concluir, por nuestra parte vemos una “botella casi vacía” aunque llenándose a una velocidad que es todavía una incógnita que estamos convencidos que en algún momento veremos cumplida. Pero por ahora, de lo que se trata es de seguir apostando con fuerza a las energías renovables.

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