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Hay polémica por las arenas silíceas
Hay polémica por las arenas silíceas
Hay polémica por las arenas silíceas
Inolvidable, aunque no se la suele escuchar ahora con la asiduidad habitual de otros tiempos, es la marcha peronista, en uno de cuyos versos se proclamaba, como objetivo a cumplir, “combatir al capital”.

De allí que no es extraño que se pueda afirmar que han surgido en nuestro país grupos diversos que en forma indirecta y sesgada, o sea no deliberada, están haciendo no otra cosa que “combatir la producción”.

Un primer ejemplo de ello lo tenemos en una información inserta en el sitio web Análisis Digital. De su lectura se desprende que “organizaciones ambientalistas y sociales de Entre Ríos y de otras provincias argentinas dieron a conocer este lunes un documento que denuncia el avance de actividades extractivas en la región. Concretamente, señalan el proyecto de construcción de un puerto, en Diamante, para extraer arenas silíceas con destino a Vaca Muerta”. Hasta allí la información sucinta, que resulta adecuado complementar con trozos del documento en cuestión.

Es así como se señala que “las organizaciones que trabajamos en defensa de nuestro río en toda su rica extensión, nos vemos hoy en la obligación de llevar al debate público una situación que pone en contradicción el decir y el hacer de los Gobiernos, en este caso de la provincia de Entre Ríos”. A continuación se señala que “con creciente preocupación observamos el avance de las actividades extractivas en nuestra región con la imprescindible anuencia de las autoridades provinciales y municipales”. Luego de lo cual se denuncia que “hace pocos días se dio a conocer a través de los medios de comunicación un nuevo emprendimiento que hace foco en la ambición extractiva sobre el río Paraná.” Se trata del hecho que “la Empresa “Arenas Argentinas del Paraná”, como miembro de Jan De Nul Group -líder mundial en actividades de dragado- anunció su desembarco en la ciudad de Diamante, donde prevé la construcción de un puerto para extraer arenas silíceas, que luego serán tamizadas y despachadas directamente a Vaca Muerta”.

Es por eso que continúa el documento advirtiendo que “el emprendimiento esconde facetas que necesariamente deben ponerse a consideración en el debate público”. Y a ese respecto se señala como primera la del lugar de extracción. “Se trata- según se indica- del Río Paraná en el área de amortiguación del Parque Nacional Pre Delta -hoy Sitio RAMSAR- protegido especialmente en función de sus humedales,” de un incalculable valor natural ya no sólo para nuestra región, sino para todo el planeta, en virtud de una premisa incontrastable: defender el agua es defender la vida”.

Se agrega que de esa manera, no solo se entra en contradicción con la prohibición de efectuar la fractura hidráulica para la extracción de hidrocarburos establecida por ley, sino que no puede obviarse el hecho que “el destino de la arena en este caso, lo dijo la empresa, es Vaca Muerta, la principal formación geológica de Argentina, tanto de shale oil o petróleo y shale gas o gas de lutita”. Se agrega en el documento que las arenas silíceas resultan un insumo esencial para las actividades extractivas hidrocarburíferas y se han convertido en el “nuevo oro”.

Advierte que “Pieter Jan De Nul, representante del grupo belga, manifestó la importancia de los puestos de trabajo para la población de la zona. De lo que no hay referencias es de los riesgos que asume un trabajador de la especialidad. Silicosis se llama la enfermedad pulmonar irreversible producida por el contacto continuo al inhalar un polvo que contiene pequeñas partículas de un material duro que se denomina sílice –presente en altos porcentajes en este tipo de arenas”.

“Por esa razón, las organizaciones aquí firmantes exigimos respuestas a nuestras oportunas solicitudes de información y nos declaramos en estado de alerta para defender el valor más preciado que tenemos en nuestra región: la fuerza de la naturaleza y la verdad del agua”.

Mientras tanto en San Salvador, “la capital del arroz”, se ha dictado una ordenanza que prohíbe dentro de su planta urbana llevar a cabo el depósito ya sea permanente o transitorio (acotamos: ese depósito debería ser siempre transitorio, de donde la redacción de la norma resulta defectuosa, ya que no se concibe que se lo efectúe con otro propósito que su utilización) de “agroquímicos, plaguicidas y/o cualquier otro producto químico con destino agropecuario (otra acotación: ¿quiere ello decir que si el destino no es agropecuario, es admisible el depósito de substancias peligrosas, como sería el caso de raticidas o venenos para combatir hormigas en casas y jardines?) Y asimismo se prohíbe el transporte de cualquier mercadería de este tipo dentro de la planta urbana (acotamos por tercera vez: la norma sigue con su redacción defectuosa, ya que no se entiende por qué “medio” pueden circular esas substancias peligrosas sino es por medio de su transporte). En fin, nos encontramos ante una barrabasada que no se concibe, que no se pueda terminar redactando una ordenanza dando cuenta de esas confusiones. Con un agregado: que la Municipalidad de San Salvador en la norma que comentamos está dispuesta a sacrificarse poniendo en juego la salud de sus vecinos, permitiendo la circulación de vehículos cargados con ese tipo de mercaderías por la ruta 18 –la que atraviesa la planta urbana- hasta que no esté habilitada la autovía en construcción y con plazo de terminación indefinido.

Para completar ese cuadro, entre otras cosas cabe recordar la insistencia de esos mismo grupos en que no circulen por nuestras ruta camiones trasportando rollizos de eucaliptos con destino a la pastera de Fray Bentos.

Todo lo cual viene a mostrar -dicho en forma respetuosa y sin ánimo de ofender a nadie, sino tan solo de hacer un diagnóstico- que estamos asistiendo a un paroxismo de histeria colectiva.

Es que como decía el General, y algún filósofo antiguo antes que él, todo debe ser hecho a su medida y armoniosamente. Que es por otra parte lo mismo que decir que todos los extremos son malos.

De donde lo que se requiere no son prohibiciones que vayan en contra de la actividad productiva, sino de elaborar y controlar la aplicación de normas que no vuelvan a la actividad productiva depredadora del medio ambiente y de las personas en cuyo entorno se desarrollan esas actividades.

A la vez, es bueno señalar las condiciones casi infrahumanas que viven uno de cada diez de nuestros vecinos. Cabría decir uno de cada tres de nosotros, si hacemos referencia a los que lo hacen debajo de la línea de pobreza y no a la de indigencia como lo hemos hecho precedentemente, viven en condiciones que no solo ponen en riesgo su supervivencia sino también el medio ambiente. También que el problema de la basura sigue en general irresuelto con sus consecuencias contaminantes. De allí que a no dudarse se vería con agrado que esos grupos llenos de válidas e invalorables intenciones, las extiendan con su persistencia, aunque no con su innecesaria vehemencia, a este tipo de tópicos, sin descuidar obviamente los otros.

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