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La disputa por quién será el candidato oficialista en Concordia terminó. Luego de varias desavenencias todo indica que finalmente, como dijo Giano la noche de las PASO, por un voto se gana, y ese voto (en realidad 12) fue para Armando Gay.

Por El Analista

Quedará en el libro de los aprendizajes la importancia de la fiscalización, no menospreciar a los adversarios y sobre todo no festejar por anticipado. Todos aprendimos que el escrutinio provisorio es justamente eso, con nulo efecto legal.

Los desafíos de Gay son muchos. Con lograr armar las piezas de su propio partido tiene asegurada la victoria, y si logra captar algún voto más puede achicar la diferencia entre Frigerio y Bahl.

Paradójicamente, en este momento Gay se transformó en una pieza fundamental en la estrategia del actual intendente de Paraná.

El sector denominado progresista, auto referenciado como de izquierda en la elección local se encuentra con un dilema electoral importante, porque las 3 opciones que se encontrarán en el cuarto oscuro representan diferentes dosis de derecha, de conservadurismo e incluso de mano dura. Mismo dilema tiene ante la elección nacional.

No es casual que el ahora candidato del PJ mostró como uno de sus principales ejes de campaña la cuestión de la seguridad, apelando a la tecnología y con un equipo de asesores conformados por ex funcionarios policiales. Además de anunciar potenciar la guardia urbana creada por el actual intendente.

Recordemos que Gay junto con Cresto se identificaron como pañuelos celestes, lo hicieron público, además de ser habitué de las misas dominicales. La polémica por lograr que Concordia sea declarada Pro Vida en pleno debate por la despenalización del aborto fue conocida.

El crestismo históricamente fue vinculado con la derecha peronista; Gay en este momento se erigió en el representante de este sector, algo inédito para un espacio que tenía como característica que siempre quien encabezaba era alguien que portaba su apellido. Quizás estamos ante una nueva fase madura del crestismo, que implique abrirse a dirigentes de su espacio pero que no sean familiares. Lo que nadie pone en duda es que el crestismo es de derecha.

Azcue por otro lado se presenta a sí mismo como ex fiscal, las fotos con Roncaglia son una constante, además del apoyo de varios funcionarios policiales, que describen al abogado como un duro, alguien que le pondrá orden al municipio, y que no dudará en enfrentes determinadas corporaciones.

También referenciado con la iglesia católica, se lo suele ver en diferentes parroquias acompañando con su acordeón, y en eventos populares y religiosos.

Ambos candidatos portan consigo una cadena con una imagen religiosa, ambos candidatos tienen muchas similitudes, siendo las diferencias imperceptibles sino fuera por los espacios políticos que representan.

Azcué quiere debatir con Gay. Mientras esperamos si ese debate sucede, hay que empezar a mirar en sus redes qué promete cada uno, y cómo piensan instrumentar esos cambios.

La izquierda peronista, o los aliados de estos, se ven en la encrucijada. Sospechan que las ofertas del sector de Azcué son meras palabras para conseguir destronar al peronismo, pero que el 11 de diciembre le pagarán con indiferencia.

Aún no vimos foto de unidad en el PJ. Dudamos que alcance con una foto, pero el peronismo siempre logró consolidarse en Concordia; quizás esta no sea la excepción.
Fuente: El Entre Ríos

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