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Los aires separatistas de Mendoza
Los aires separatistas de Mendoza
Los aires separatistas de Mendoza
Frente a un incalificable amago de secesión

Comienzo por entresacar y utilizar algunos textos periodísticos acerca de un sobre actuado y a la vez incalificable intento de MendoExit; calificado así, como muestra que no tenemos nada que envidiar a los ingleses con su Brexit.

Por Rocinante

Así lo hago en referencia a la declaración del diputado nacional, ex gobernador mendocino y actual presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical Alfredo Cornejo, quien dijo que la provincia cuyana tiene todo para vivir como un país independiente. Añadiendo que Mendoza tiene condiciones para empezar a transitar un proceso de autonomía respecto del resto del país. Luego de lo cual continuó diciendo que la verdad es que no me gusta separarnos de la nación, pero ellos están obligando a Mendoza a autoafirmarse en sus propios valores e identidades. Y concluyó explicando que a pesar de tener todo para vivir como un país independiente hoy necesita de la Argentina y la Argentina lo perjudica en la calificación de riesgo, en el acceso de crédito internacional, para traer inversiones, etc. Estamos lejos de tener autonomía con nuestra actual estructura productiva. Estamos lejos, pero hay que empezar a pensarlo seriamente.

Continué el repaso de hojas de diario, con otro recorte cuyo contenido resulta más explicativo, en el que se señala que Mendoza movió con fuerza el avispero político en los últimos días, con dos temas claves que hicieron despertar sueños independentistas: el reparto discrecional de fondos por parte de la Casa Rosada y el sorpresivo revés a "la obra del siglo" cuál es la Represa de Portezuelo del Viento.

Pero mayor preocupación que las declaraciones de Adolfo Cornejo son las conclusiones de una encuesta encaminada a conocer la opinión de los propios mendocinos sobre el tema. Se trata de la encargada y pagada por un empresario español, radicado en esa provincia, quien según otro texto, apuesta a un cambio de raíz en el país, tomándose muy en serio la incipiente movida y teniendo en cuenta lo que ocurre en España, con Cataluña, por ejemplo. De hecho, en los próximos meses está dispuesto a consultar a cordobeses y santafesinos qué piensan de su relación con la Nación y cuáles son sus deseos más profundos.

El estudio al que nos referimos, el que resulta resumido en otro recorte que he leído, fue realizado entre el 2 y el 4 de julio por la consultora Reale Dalla Torre. Se trata de una muestra científica de 800 casos recogidos digitalmente, que replica la encuesta tradicional, a través de Facebook y Google. Así, de acuerdo con los principales datos del informe, se destaca que el 35% avala el "MendoExit": esto es, que les gustaría separarse del país y dejar de depender de los recursos que envía el Ejecutivo nacional. Por su lado, el 57,9% aseguró que "no le gustaría", mientras que el 7% no se definió por ninguna de esas posturas, aunque los especialistas creen que se inclinarán por la primera alternativa. O sea que en la práctica el 42 % por ciento de los encuestados no ven con desagrado barajar una separación de Mendoza del resto del país.

En respuesta a una consulta sobre su evaluación acerca de los resultados de la encuesta, formulada a quien la llevó a cabo, manifestó que si bien el porcentaje de quienes les gustaría separarse del país no es mayoritario, es altísimo. De hecho, es más probable que crezca la indignación y se termine equiparando, ya que las expectativas a futuro son muy malas. El clima social es muy negativo.
Rescatando un viejo e casi ignorado articulo
En un artículo aparecido el 27 de agosto de 2002, en el diario estadounidense The New York Times, escrito por el analista Larry Rohter, se ha colocado de manera abierta la cuestión. Cual es, la tratada por algunos otros analistas respecto a la posibilidad que se produjera un movimiento secesionista en la República Argentina.

En el mismo se comienza señalando que las secesiones nacionales, o los intentos que se han producido, responden normalmente a dos razones preponderantes: profundas diferencias culturales de la sociedad o por consideraciones de orden político. Así dentro del primer grupo podemos distinguir a las luchas civiles que desde los sesenta han asolado diversas zonas del continente africano, así como el relativamente reciente conflicto yugoslavo. Por otro lado, como ejemplo de una secesión basada en diferencias políticas, podemos mencionar al intento llevado a cabo por los estados del sur de los Estados Unidos en la segunda mitad del Siglo XIX. Si bien la división expresada puede lucir como simplificadora de una situación límite para un país, sirve para poder tener una aproximación a las causas primeras del hecho. En el caso que nos toca, las razones de una posible secesión en la Argentina responderían más a razones políticas que ha diferencias culturales profundas en el tejido social del país.

A la vez, se sigue diciendo en el informe, que si consideramos como posible causa de un intento secesionista en la Argentina a razones de naturaleza estrictamente políticas, estas deberían ser de una gravedad tal que afectaran de manera similar a la mayoría de la población de un sector en particular del país.

Se prosigue en el informe señalando que esas razones, motivarían que la opinión pública expresara a sus naturales representantes la disconformidad a mantener el estado de cosas y a buscar un cambio de la situación que rompiera con el ordenamiento vigente y buscara la creación de un nuevo estado que diera satisfacción a los intereses de la población.

Y se agrega que ese estado de insatisfacción podría manifestarse por medio de encuestas, opiniones de personalidades relevantes de la región, declaraciones de autoridades políticas o movilizaciones populares y hasta por acciones directas.

Claro está que según el informe, no bastan ninguna de las manifestaciones en ese sentido enumeradas precedentemente, sino que se hace necesario que se de otra condición cual es que históricamente, los intentos secesionistas han contado de manera normalmente encubierta con el apoyo de naciones que verían con interés la creación de un estado que a futuro reconociera de alguna manera el apoyo recibido en orden de conseguir la formación de un gobierno propio.

Es por ese que también resulta correcto el informe, cuando en el mismo se señala que no existen actualmente elementos para sostener que en la realidad argentina existan actores externos que estén buscando apoyar un intento como el tratado en este trabajo. Sin embargo, se advierte que el creciente estado de insatisfacción de grupos nacionales, la semi anarquía reinante en porciones importantes del territorio, sumado a la aparente inoperancia para resolver adecuadamente estas y otras circunstancias conflictivas, podrían derivar en un estado de cosas que hiciera que actores externos, (y aun internos) pudieran actuar a futuro de una manera distinta a la que actualmente desarrollan.

El solo hecho que a principios del siglo XXI haya personas en la Argentina y fuera de ella que se cuestionen acerca de la posibilidad de una secesión del país debería de por sí ser mucho más que una señal de alerta para quienes tienen la responsabilidad de conducir al país.

Es por eso que el informe advierte que cabe recordar aquí que los estados no son entidades que tienen su existencia asegurada, sino que a lo largo de los tiempos sufren diversas circunstancias que los hacen más fuertes o los debilitan, y que cuando estas últimas se evidencia como terminales para determinados grupos nacionales, el fantasma de la secesión aparece para constituirse en una verdadera amenaza para la continuidad histórica del país.

Y la transcripción que acabo de hacer, no tiene otro propósito que mostrar que los dichos del diputado Cornejo y quienes piensan de una manera parecida, es algo más que un mero disparate, como es la primera impresión que provoca. De allí que esa es la explicación de que la haya calificado al comienzo de estas líneas como indefinibles, ya se hace presente en ellas más que un disparate, y de no ser así, que un enojado arrebato.

Y debe observarse que como lo advierte ese dicho respecto a que es la liebre, la que puede aparecer y disparar desde cualquier parte, en medio de un campo, debo señalar la circunstancia que el informe extractado precedentemente, estaba referido a una fantasiosa secesión de nuestra Patagonia.
Una sombra sin cuerpo
Se da el caso que siempre se hace una comparación entre nuestra Constitución y la de los Estados Unidos de América, en cuyo molde y en un margen menor de lo que se supone se inspiró la nuestra, al menos en su versión primigenia.

Al mismo tiempo se recuerda menos, y hasta se lo ignora, que la Constitución Americana, fue precedida luego de la Declaración de la independencia, y antes de que se pensase siquiera en su sanción, por un tratado entre los Estados que así la declararon, conocido con el nombre de Artículos de la Confederación. Porque de eso mismo se trataba precisamente, ya que el instrumento jurídico que los vinculaba, venía a reflejar la existencia entre ellos de una confederación, y no de un Estado federal.

No es preciso que me detenga en señalar los rasgos diferenciales entre ambos regímenes, sino que es suficiente con indicar que, por lo que sé, fueron los estadounidenses los creadores pragmáticos del primer estado federal en la historia.

Ya que antes de que ello ocurriera y aun después, la palabra y el concepto que ella menciona era el de federación, que etimológicamente si bien significa unión, lo es de lo que en principio se considera separable; de donde la federación no es una unidad perfecta. Como lo es el estado federal, en el cual los estados provinciales que conforman el estado federal no son soberanos, sino tan solo autónomos, y que carecen del derecho de secesión, es decir de salir de la confederación, siguiendo determinadas pautas, ni el derecho de nulificación, es decir, es decir la atribución de tener como nulas todo norma, aprobada por el órgano plural conductor de la Confederación. (interpretación conceptual acerca de la naturaleza del Estado federal, la que paradojalmente quedo confirmada, no en el ámbito de los tribunales, sino en el terreno de los hechos con la victoria del Norte en la Guerra Civil, en la que fueron derrotados los estados sureños esclavistas).

A la vez la sanción de la Constitución por ese país, fue consecuencia de las dificultades de orden práctico que enfrentaba la Confederación con sus Artículos, para funcionar adecuadamente, Y viene al caso, hacer referencia a un definición que de esos Artículos hizo uno de los siete Padres Fundadores (fue Alexander Hamilton) de lo que con el tiempo y a través de un largo proceso se convirtió en una verdadera nación ( existen quienes afirman que el transito se completó durante la primera presidencia de Richard Nixon, en el pasado siglo).

Es que fue Hamilton, en un folleto de propaganda que redactó para la campaña electoral vinculada con la convocatoria de una convención, con el objeto de sancionar la Constitución americana; en una corta frase, dejó sentada la necesidad del cambio, cuando aludiendo a los Artículos de la Confederación los definió como una sombra sin cuerpo, es decir que detrás de ella no existía nada consistente.

Cabe aplicar ese diagnóstico a nuestra realidad, dándole un sentido obviamente diferente. Y que sirve, para aventar cualquier intento secesionista, como el que agita Cornejo, fundamentalmente como señal de malestar. Un intento que es, al menos por ahora no otra cosa que un indeseable imposible.

Pero el que de cualquier manera debería llevarnos a estar alerta, ya que no somos del todo conscientes de hasta qué punto nuestra Constitución más que una sombra sin cuerpo, es un cuerpo que apenas da sombra, si nos atenemos al respeto que ella nos provoca.

Algo que es más que una frase ingeniosa, porque en el transcurrir de nuestra historia, no son precisamente pocos los periodos en que hemos visto a nuestra realidad deambular por derroteros, los cuáles al ser utilizados, resulta palpable que en mayor o menor medida se ha transgredido nuestra Constitución, o la hemos lo que es peor aún, dejado de lado.

Además de destacar, algo que no es un detalle menor, que nuestra Constitución está incompleta, en la medida que hace quince años que debió convenirse, por imperativo expreso de ella, el sistema de coparticipación impositiva entre el Estado Federal y los Estados Provinciales.

Y que ella no está tan solo incompleta, sino bastardeada, por la manera en que también por imperio constitucional ha quedado desnaturalizado el Consejo de la Magistratura, órgano previsto especialmente para lograr evitar la presencia de la politiquería en la designación y control de los jueces.

De allí que asista razón al actual diputado Cornejo, cuando se lo ve quejoso de un supuesto trato discriminatorio en contra de su provincia, donde el gobierno local es de un signo político opuesto al del gobierno nacional, ya que la ausencia de un régimen equitativo en materia de coparticipación impositiva, viene a posibilitar que desde el Poder Ejecutivo Nacional se efectúe un manejo en gran medida totalmente discrecional de sus recursos; algo que llega a la arbitrariedad en la distribución de una parte de los fondos coparticipables, los que pueden así convertirse en un instrumento disciplinador de los gobiernos locales, en manifiesta agresión a su autonomía.
Fuente: El Entre Ríos

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