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El domingo se celebraron elecciones municipales en Venezuela. Una vez más el ganador no fue el partido gobernante sino la abstención: el 70% del electorado no fue a votar. Parecería que el interés por la democracia se ha perdido, ¿será que ya están cansados?

En mayo, en los comicios presidenciales, un 54% de la población tampoco se presentó. ¿Podrá ser que el descreimiento respecto de este derecho que es la base de la democracia es tal que ni siquiera merece de la presencia de los ciudadanos? Al no haber oposición, ¿para qué presentarse? Eso puede que estén pensando aquellos hombres y mujeres caribeños que no fueron el domingo a las urnas.

Es entonces que el partido gobernante, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), resulta electo con el 90% de los votos pero de una base que parecería difícil considerar como representativa. El resultado no es llamativo ya que los dos líderes principales de la oposición no se presentan en los comicios por considerar que no están dadas las condiciones para hacerlo.

Así, las dos fuerzas opositoras principales, Voluntad Popular y Primero Justicia, que son lideradas por Leopoldo López y Henrique Capriles, dijeron ausente y con ellos la elección pareció perder su sentido.

El hecho de que no estén dadas las condiciones para que se realice un comicio electoral no hace más que alarmar sobre la calidad democrática actual en Venezuela. Quizás Maduro hubiese sido igualmente electo en mayo y ahora en las elecciones municipales, pero al no haber una campaña real, unas elecciones con diferentes fuerzas, se genera la duda. Se hace imposible saber si la mayoría de la sociedad lo elige o no.

Está claro que un bastión lo sigue defendiendo, a pesar de la creciente inseguridad, la galopante hiperinflación y la crisis económica que castiga al país. Y ese grupo lo vota aun cuando pudiera presentarse un fuerte frente opositor. No obstante, no sabemos qué opina ese 70% que no fue a votar.

Es importante que estas fuerzas se enfrenten democráticamente. Que haya campaña. Que haya debate político. Que el elegido sea aquel que realmente la mayoría quiere que este en funciones.

Puede parecer para muchos una anécdota estas elecciones municipales. Sin embargo, por los próximos tres años, no habrá comicios. Por los siguientes 1095 días no habrá opción de elegir. Así lo manifestó el segundo del chavismo, Diosdado Cabello: "El panorama electoral queda despejado. No tenemos más elecciones hasta dentro de tres años".

No se trata solo de la posibilidad de elegir, sino también de que existan organismos capaces de controlar al partido gobernante. De eso se trata la división de poderes, de un sistema de controles para evitar que se abuse del poder. Pero eso no es desde 2017 una posibilidad en Venezuela ya que la Asamblea Nacional fue despojada de facto de sus poderes. Tampoco el Poder Judicial actúa desde hace años como contralor sino que responde al ejecutivo.

Parecería que la palabra democracia se ha ido de esta nación. Ojalá la puedan recuperar pronto. Ojalá puedan salir rápido de esta situación antes de que la desesperanza arruine el futuro de aquellos que todavía habitan y creen en el porvenir de estas tierras.

Por todos ellos, y por sus familiares que han huido y los miran desde afuera soñando algún día con volver, ojalá que no pase más tiempo.
Fuente: El Entre Ríos

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