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María Paula Fernández
María Paula Fernández
María Paula Fernández
La inesperada situación de aislamiento, romper con nuestra rutina, convivir las 24 horas con nuestra familia o nuestra soledad. La pandemia del coronavirus y la cuarentena que nos toca atravesar en consecuencia, requieren además del tratamiento médico, el asesoramiento de profesionales de la psicología. Entrevistamos a María Paula Fernández, Lic. en Psicología (M.P. 786).

-Muchos de nosotros alguna vez hemos pensado qué bueno sería estar más en casa, quizá trabajar desde ahí, tener más tiempo para esas cosas que siempre postergamos y para estar en familia. Sin embargo, no sé si es porque lo hemos idealizado, pero ahora que llegó la oportunidad no nos está resultando tan sencillo.

-Justamente es una idealización, y cuando esta cuarentena nos da el tiempo de organización propio, ya no tenemos a quien echarle la culpa de lo que postergamos con excusas. Es el tiempo de organizar nuestros propios recursos y descubrir nuestras capacidades para disfrutar de esas cosas que siempre dejamos para después.

Los tiempos del trabajo o escolares nos organizan y nos dan un hábito. Es importante en este momento que construyamos esa rutina, sobre todo en los chicos, para que no generen situaciones de malestar o ansiedad en qué puede llegar a pasar. Pensemos que esta situación es transitoria, no es para siempre, pero es como si nos subiéramos a un barco en aquellas épocas en que había que cruzar el océano y no se sabía cuándo se llegaba.

-En la línea de lo que estás diciendo, creo que una de las cosas que nos hace más difícil transitar estos días es procesar la razón por la cual nos estamos quedando en casa y explicárselo a los chicos ¿Cómo nos sugerís que nos manejemos con la información, que además en esta época nos llega por tantas vías?

-Es importante priorizar qué cantidad de información manejamos, para bajar los niveles de ansiedad, eligiendo aquella que sea certera. Por eso en los medios se intenta manejar información oficial, para no bombardear a la población con datos no del todo convalidados. Hay que elegir una vía confiable y no estar pendientes solo de este tema.

Respecto a los chicos, si bien está naturalizado tener la televisión como compañía diaria, es necesario generar otro espacio o atractivo, para que no estén todo el día centrados en el tema del coronavirus. En las redes aparecen cosas socialmente amigables con la infancia, como Títeres Cuesta Arriba, de San José, donde a través de los títeres se puede disfrutar de la narración de cuestos, como para que los chicos estén centrados en algo más recreativo.

-Un tema aparte son los adolescentes ¿Cómo nos ayudás con ellos?

-Si bien suelen transgredir toda regla, también son responsables si uno los acompaña en el diálogo y en pensar en conjunto que el bienestar de ellos también tiene que ver con el cuidado de la comunidad, porque en esto no nos salvamos solos.

Creo que es una oportunidad para darles el poder de usar algunos datos tecnológicos que ellos manejan cotidianamente y que hoy nos pueden ayudar en la recreación, así como nosotros podemos intercambiarles juegos de mesa o de azar. Puede ser una buena posibilidad para generar un intercambio entre las generaciones.

Los adolescentes tienen un manejo de la comunicación virtual mucho más fluido, y pueden ser protagonistas de videoconferencias con parientes o personas aisladas y que mediante la tecnología sienten el cariño de sus familiares.

-Hablemos de los adultos ¿Cómo hacemos para organizar una rutina saludable?

-Una de las cosas importantes, porque nos genera mucha ansiedad, es tratar de no estar centrados solo en la comida. Darnos el tiempo para ciertos aprendizajes que siempre postergamos, hacer actividad física con las rutinas que hay en internet. También se puede proponer actividades manuales o artísticas, que demandan un tiempo de creación y es alentador cuando ya está la pieza lograda, como pintura, tejido, reciclado.

No nos tenemos que olvidar que los adultos más en riesgo en cuanto a su salud mental, son aquellos que están solos. Es necesario de alguna manera, a través de un llamado, hacerles saber que estamos atentos a lo que les está pasando y que pueden contar con nosotros para sobrellevar la soledad.

El Colegio de Psicólogos de Entre Ríos está armando una red de profesionales que otorguemos tiempo a la comunicación con quienes lo necesiten, para contenerlos en esta situación por la que estamos pasando.

En el adulto también es importante conservar la capacidad de cuidado, por ejemplo con las plantas o las mascotas. Los mantiene ocupados y es parte de su rutina.

-Imagino que este tiempo es propicio para que se agudicen o salgan a la luz algunas cosas que ya venían con nosotros, como la depresión, conductas adictivas, violencia familiar. ¿Cómo hacer para no quedarnos encerrados en estas dificultades? No es que pretendamos solucionar en este tiempo de cuarentena lo que arrastramos durante años y requieren un tratamiento profundo, pero sí quizá es una buena oportunidad para empezar a reconvertirlas y sacarles provecho.

-Respecto a la violencia, si bien no están los servicios presenciales, sí están los de guardia; el 144 sigue funcionando. Como decís, es un tiempo propicio para afianzar conductas que se vienen dando y el aislamiento hace que se expongan a situaciones de mayor riesgo.

En cuanto a las adicciones, quizá sea una oportunidad para dialogar con la persona involucrada y prestar atención a conductas que generalmente por defensa tratamos de minimizar. El dialogo y la contención familiar son los mejores elementos para dar un giro a esto. Una adicción no solo es de una persona, sino que tiene que ver el contexto en el que está inmerso. Se puede seguir contando con los servicios de atención a la comunidad, pese a que hay que ser creativos porque la vía tecnológica no es algo que usemos en forma cotidiana.

También es importante no generar mayores conflictos, por ejemplos entre padre separados cuando quien se está haciendo cargo del cuidado del niño quiere prohibir el contacto con el otro, porque conlleva a situaciones de violencia, no solo para los adultos, sino para los niños que se sienten tironeados. El derecho a la salud del niño es prioridad.

-Me parece esencial resaltar esto que decís de que se conservan las guardias para atender casos de violencia o adicciones, incluso esta posibilidad que va a brindar el Colegio de Psicólogos. Quizá pueden ser facilitadores para alguien que frente a la experiencia de convivir con su dificultad las 24 horas, toma la decisión de empezar un camino de recuperación.
Te pido ahora nos ayudes a entender qué le pasa a las personas que deciden transgredir las normas sanitarias impuestas para el cuidado de todos. Nos enoja y no le encontramos el sentido.


-Ahí hay dos puntos para desarrollar. Uno, la autonomía y el crecimiento de la responsabilidad. No es algo que tengamos afianzado, sino que naturalizamos que somos hijos del rigor y necesitamos que desde afuera nos digan lo que debemos hacer, y desde ahí el desafío a las autoridades del ‘a mí no me importa nada’.

Por otro lado, esa conducta responde a una necesidad de ser visto o ponerme en un acto sobre los demás, que me habla de dos patologías: el psicópata al que no le importa nada o aquel que subjetivamente no tiene elementos para sostenerse y necesita que el otro lo contenga, y por eso se pone en evidencia.

Desde ahí la necesidad de seguir construyendo el bien común, como aquel que es responsabilidad de todos. Tanto una patología como la otra tienen que ver con la ruptura de lazos sociales.

Por supuesto la legalidad es una de las herramientas más importantes para trabajar la responsabilidad de nuestras acciones. Por eso frente a una transgresión debe haber algún tipo de sanción o reparación sobre lo hecho; no hacer como que no pasó nada y está todo permitido.

-Los médicos nos hablan de cómo prevenir el contagio del coronavirus. Desde la Psicología, ¿cuán importante es para nuestro sistema inmunológico no entrar en estado de pánico, conservar un buen estado de ánimo, no perder la esperanza?

-Es esencial guardar la calma, porque los factores que provocan el estrés debilitan el sistema inmunológico. Hay que tener la tranquilidad de saber que esto es pasajero y que tenemos herramientas para salir adelante. No entrar en la desesperación de pensar que es el fin del mundo.

Además de la alimentación equilibrada y el ejercicio, la calma y la contención afectiva hacen que tengamos mayores defensas para enfrentar esta pandemia.

También es importante que entre nosotros seamos factores de contención y no de angustia para nuestros familiares, en especial para los chicos.
Fuente: El Entre Ríos

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