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Las estimaciones electorales de la provincia están sujetas a un análisis cuantitativo simple que asigna a algunos departamentos como Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, Paraná y Concordia la fuerza de un talismán; ya que de sus resultados electorales depende, claramente, toda una elección.

El último comicio mostró que "siempre no es eternamente" ya que en algunos departamentos donde el triunfo del peronismo fue históricamente un clásico, hubo un duro revés que rompió con cierta tradición justicialista de dar por sentada la voluntad ajena.

Este fin de semana, uno de estos departamentos sintetizará la expresión del peronismo que ha logrado definirse a sí mismo más por oposición al kirchnerismo que per se.

De igual modo, no es un detalle menor que la búsqueda de una identidad contraria a la que han pertenecido en la última década, tenga su génesis en Entre Ríos, donde un ex gobernador dilapidó los fondos públicos para ser ungido por Cristina Kirchner como su sucesor y donde el gobernador Gustavo Bordet ha demostrado que el diálogo con la Nación no es otra cosa que la responsabilidad de la gestión, marginada de las diferencias ideológicas.

El senador Guillermo Guastavino y su par Sigrid Kuntah serán los anfitriones hoy de un encuentro que promete ser el disparador de una caravana de reuniones fundacionales que apuntan, claramente al 2019.

Hasta entonces, el peronismo repetirá la liturgia tantas veces como sea necesario y sumará a la decisión de los senadores a los diputados nacionales que evalúan por estos días replicar la agenda con el mismo fin: Reactivar el peronismo pero separado del kirchnerismo que, a decir del senador Pichetto, tiene una visión que "atrasa".

"No es un acto político, no es un acto en un gimnasio, sino que tiene que ver con reflexionar, con conversar con los compañeros y los sectores económicos, y con tratar de construir una forma nueva, una estética distintas que se contrapone a otras visiones o miradas que tiene hoy el peronismo y que atrasan y no son convenientes para tener competitividad en el futuro electoral del país", dijo el senador nacional sobre el encuentro que es, en síntesis, un lanzamiento hacia 2019.

El gobernador Gustavo Bordet es la figura que imprimirá legitimidad al acto aunque estará supeditada a que el mandatario concluya en tiempo y forma su actividad con el presiente Mauricio Macri, en Misiones.

Bordet, invitado a la cumbre, ha guardado un discreto silencio sobre su participación en el evento, que promete ser el punto de partida de una campaña electoral sin fecha cierta.

De esas definiciones ya no entenderá esta cumbre, sino otros debates como, por ejemplo, los que se propicien en la Legislatura a partir de la reforma política que empuja el gobierno provincial y que promete imitar a la que tiene hoy en práctica Santa Fe, que termina, de plano, con el efecto arrastre.

La reforma política en ciernes atraviesa días fundacionales para un peronismo que tiene las mismas caras y los mismos nombres como la misma certeza de que el tiempo de la mutación es ahora y no mañana, cuando las señales hayan expirado del mismo modo que esta chance electoral.

La cumbre fundacional del nuevo peronismo se da en un momento histórico. No sólo porque redescubre una nueva lógica de la conversación política de los últimos tiempos, sino porque además, la vocación de sobrevida es el aliento unívoco de los días que corren.

El gobernador Bordet no tiene tropa propia. En cambio, arrastra tras de sí el residual del peronismo de todos los últimos años que trata de acomodarse a los nuevos tiempos, con los dientes apretados y cierta lógica incomodidad de las nuevas reglas.

Falta ver si la diáspora o la suma en las filas se logra al margen de los tiempos electorales, porque si va de la mano del largo plazo, la cumbre y la reforma serán sólo signos, a pesar de que tengan los mismo nombres, de un nuevo tiempo del peronismo en la provincia.
Fuente: El Entre Ríos

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