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En materia de estas últimas, como en tantas otras obras que hacen a la prolijidad de una ciudad y el cuidado de sus vecinos, en el departamento Colón, Villa Elisa es la que da el ejemplo, y parece siempre ir un paso adelante que sus otras ciudades.

Aunque no siempre muchos de sus moradores sean conscientes de ello. De allí las quejas que se escuchan, y que aún las sin razón son explicables, porque vienen a confirmar el hecho que en materia de mejoras urbanas siempre queda, de una manera invariable, algo por hacer.

Es así como ha sido pionera en materia se “sendas peatonales” con aquella que “arrima” a las Termas elisenses, avanzando hacia el centro de la ciudad. Dado lo cual es destacable que en San José se haya anunciado la realización de una obra parecida que desde la autovía siguiendo el derrotero de la Avenida doctor Bastian. En lo que a la ciudad de Colón respecta es destacable que se esté insinuando otra, esta vez desde la caleta de lo que en algún momento fuera “un puerto de vedad” sobre la ribera y marchando hacia la desembocadura del Arroyo Artalaz.

En tanto, siempre en el caso de Colón, seguimos esperando la construcción de la senda peatonal que continuando el recorrido primero de la Avenida Perón, se prolongara luego al costado este de la ruta 26, dejando atrás el Artalaz y prolongándose hasta un punto impreciso más allá de él. Un reclamo recurrente nuestro, como nos suele suceder. Debiendo destacarse que el procede a la construcción de extensas vías peatonales en todas las localidades de la provincia, es una solución a la que se debe pensar en recurrir teniendo en cuenta la cantidad de sectores de toda ellas, en la que las calles no cuentan con veredas consolidadas.

Mientras tanto, la noticia acerca del acceso sur a “Concordia en obras” y la necesidad de buscar una alternativa al tránsito a la altura de la rotonda de acceso a Villa Adela, de la que ayer nos ocupáramos en este portal, ha hecho que se nos hicieran presentes dos obras en las que se hace necesario pensar.

La primera de ellas en la planta urbana de la ciudad de Colón, a la que es de urgencia el encarar, y que significa la “puesta en valor” –dicho así de manera de destacar que es necesario normalizar desagües y construir a todo lo largo de ella el correspondiente cordón cuneta a la calle Combatientes de Malvinas, , sobre todo teniendo en cuenta, es la misma la vía de acceso a la ciudad desde las localidades que se encuentran al norte del Departamento Colon.

La segunda, es que se vaya pensando en cuál es la posible alternativa para la circulación entre Colon y San Jose –a la que habría imaginar un nombre para la única área urbana que ambas ya prácticamente constituyen- ya que la vida de la actual carpeta asfáltica de la ruta 26 que las une está llegando a su fin, a lo que se ha transformado en casi o mejor que casi de manera definitiva, en la vía de circulación de tránsito con mayor intensidad en ambas localidades. Y que no se argumente que se puede encarar simultáneamente las obras viales indispensables, manteniendo en ella el tránsito expedito, ya que en ocasión de la reconstrucción de otro tramo de la misma ruta –esta vez entre los arroyos Perucho Verne y de el Doctor- hubo que cerrar la circulación vehicular en el mismo.

Mientras tanto la necesidad de encarar los trabajos aludidos con urgencia extrema, una necesidad que no es de hoy, sino que viene arrastrándose por más de una década, viene a mostrar una mala práctica en la gestión en la que incurre en forma sistemática nuestro gobierno provincial, cual es la de anunciar, y después ejecutar por lo general en forma defectuosa obras nuevas, mientras las existente por falta de mantenimiento se tornan ruinosas.

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