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Creo que nadie duda que la realidad de todos los días parece cada vez más irreal. Lo que vamos conociendo sobre la vida y el universo proporciona una mezcla de asombro y espanto. Que alguien acuñe una palabra para ello. Paradójicamente, hay cosas que parecen incomprensibles a pesar que podamos comprenderlas. Seguirán al menos por un tiempo pareciendo raras o incluso malévolas. Como alguien dijo: la naturaleza tiene un perverso sentido del humor.

Recordemos que somos incesantemente atravesados por neutrinos. Unas partículas más pequeñas que los átomos y sin carga eléctrica (inertes), que se mueven a la velocidad de la luz y casi sin actuar con la materia ni con nuestro cuerpo, que sufre también ese incesante "bombardeo": nada menos que 65 billones de neutrinos por cm2. de superficie atraviesan la materia (nos atraviesan) por segundo.

¿Cuál es la palabra para designar este fenómeno? Serían fruto de la explosión de una estrella, que deja un agujero negro. Siguiendo la trayectoria de un neutrino, se llegó a este pozo enorme y negro cercano al hombro izquierdo de la constelación de Orión (el cazador, cuyo cinturón son "las tres Marías" y que más de una vez habrán disfrutado mirando el cielo nocturno). La trayectoria de ese neutrino permitió descubrir la fuente de los rayos cósmicos. Conocidos desde 1922, están constituidos por núcleos atómicos y fotones, que pueden actuar sobre la materia que atraviesan, con una enorme energía. Sobre los seres vivos producirían arritmias cardíacas y hacen que la profesión de los pilotos sea de riesgo (cierto que nadie los vinculó a las huelgas). Producen tormentas y alteración de las comunicaciones radiales y eléctricas. No en balde se dijo que la era de la astrofísica de los mensajeros múltiples ha llegado, está aquí. Aunque en realidad estaba ya, solo que lo desconocíamos.

Titulares de diarios y revistas nos cuentan hoy de un huracán de materia obscura que barre nuestra constelación. Es probable que el término huracán se use en sentido figurado, podría llamarse invasión o inundación. Algo que nos llena y nos desborda. Lo notable es que sabemos sus acciones pero no lo que es en sí, esto es algo grave pues la materia obscura constituye el 76% del universo, pero al no interactuar con radiación alguna, no absorbe ni emite luz, por lo cual no podemos verla. Sabemos que está allí por el efecto que produce en objetos vecinos, cambios en la órbita de un satélite, por ejemplo. Como lo que ocurre con una tía que nunca vemos, pero adivinamos que está allí por las cosas que hace el resto de la parentela. Dios me perdone la blasfemia: comparar a la materia oscura con una tía, pero en realidad solo comparo las influencias. Descubierta en 1974, se piensa que es un miasma de partículas elementales como los quarks y glutones que conforman los átomos.

Este huracán, llamándolo de una forma que no me conforma, avanza a razón de 500 km/seg. Llegará a ser apreciable a mediados de diciembre y algunos creen que se manifestará, sobre todo, con terremotos y de los grandes. Se produciría entonces una ruptura de la simetría planetaria.

Los planetas podrían dejar de girar en el mismo plano orbitario y esto se relaciona con los sismos en nuestra pobre madre tierra. Hace 65 millones de años, una marea de materia obscura habría producido la desaparición de los dinosaurios, al cambiar la órbita de un asteroide y precipitarlo a tierra. Algunos afirman que dentro de esta marea de materia obscura hay incluso estrellas, pero yo no lo creo.

Dijimos que la materia obscura contribuye al 76% de la masa del universo, un 15% depende de la fuerza oscura. De ella depende la expansión del universo, al parecer sin freno. Lo que vemos diariamente: esta vieja tierra, las estrellas que nos son indiferentes, las galaxias que se miden en millones de años luz, y que corren como despavoridas hacia un horizonte incierto, es solo un 5% de la masa total del universo, lo que resta un 95% junta masa y fuerza, obscuras. Por algo, de chicos, muchos temían a la obscuridad. Si me ocurrió a mí, fue hace tanto tiempo, que no lo recuerdo.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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