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Por Blanca Maluf (*)

En el año 2024, miles de millones de personas en todo el mundo se enfrentarán a procesos electorales cruciales, pero lo harán bajo la sombra amenazante de la desinformación. Este año verá la concentración de al menos 40 elecciones nacionales, incluyendo las estadounidenses y las de India, entre otras. Bloomberg Economics estima que estos eventos electorales afectarán al 41% de la población global y al 42% del PBI mundial.

La multiplicidad de elecciones regionales, con más de 100 procesos electorales según algunas estimaciones, pondrá a prueba la salud democrática global. En Latinoamérica en particular, este año se llevan adelante las elecciones generales en seis países: República Dominicana, Panamá, México, Uruguay y Venezuela. En El Salvador el proceso electoral se llevó a cabo el pasado 4 de febrero.

En este marco, la desinformación se eleva como una amenaza latente en este contexto polarizado. Expertos de entidades como el Center for American Progress y Oxford Analytica advierten del alto riesgo, señalando la necesidad de que las plataformas en línea dediquen recursos para contrarrestar la desinformación durante estos eventos críticos.

La desinformación no solo distorsiona los hechos, sino que también erosiona la confianza en los procesos democráticos. La polarización política y la tendencia a los extremos, alimentadas por la desinformación, son fenómenos que se observan en distintos contextos, desde Estados Unidos hasta India.
La IA complica el panorama
Además, el escenario se complica con la entrada en juego de la Inteligencia Artificial (IA). En países como Bangladesh, la precampaña ya ha experimentado la generación de desinformación mediante IA, elevando el nivel de sofisticación de las campañas. Deepfakes y contenidos generados con IA plantean desafíos adicionales para la identificación de información falsa.

La proliferación de desinformación a través de plataformas en línea es una preocupación global, aunque los medios varían según las regiones. Mientras que en Estados Unidos se utilizan plataformas como X y Meta, en los países de habla hispana la desinformación a menudo se propaga a través de servicios de mensajería como WhatsApp.
Iniciativa y espíritu crítico
Proyecto Desconfío es una organización argentina pionera en la lucha contra la desinformación y discursos de odio, que trabaja de manera permanente en el desarrollo de proyectos y alianzas estratégicas en este sentido. Ya trabajan en iniciativas de entrenamiento a periodistas y otros actores sociales para agilizar los modos de detección temprana de desinformación en los procesos electorales de América Latina de este año.

Ante este panorama, tomarse una pausa antes de compartir contenido de redes sociales o sistemas de mensajería y revisar la fuente original de la información es un gran primer paso para no propagar información falsa. En un contexto donde la desinformación es parte de la nueva realidad, el desafío para las democracias globales en 2024 es garantizar la calidad de sus sistemas, resistiendo a la amenaza de la desinformación y preservando la integridad de los procesos electorales.

*La autora es Licenciada en Periodismo, especializada en Periodismo Digital y Social Media e integra el equipo de Comunicación de Proyecto Desconfío.
Fuente: El Entre Ríos

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