Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Dicho de otra manera, pareciera que no dejáramos “macana sin hacer”, aun actuando con la mejor de las intenciones. Y así nos va. Y de no cambiar nuestra manera de comportarnos, es de imaginar –casi con espanto- cómo nos seguirá yendo. No es el caso de entrar en detalles de nuestra evaluación de ese estado de cosas, sino tan solo de referirnos a un caso puntual, cual es el vinculado con la notoria y garrafal falta de visión –algo que no es de ahora, sino que viene de mucho antes- en la despreocupación por atender a la existencia de plazas y espacios verdes, desparramados por todo el radio urbano de nuestras ciudades y pueblos.

Carencia que se sigue dando, ya que esa es una situación no contemplada al momento – que debiera ser materia de una planificación previa- de la ampliación, en cada caso, del radio urbano. Algo que sucede el caso de la ciudad de Buenos Aires, donde se la vive a medias, en cuanto junto al notorio empeño de aumentar los espacios públicos con objetos varios, entre los que se encuentran los de esparcimiento, se observa que a los nuevos espacios que se crean con ese objeto, se “les rabonea” un pedazo, con el objeto de venderlo, destinándolo a desarrollos urbanos privados.

Una situación frente a la cual, los legisladores capitalinos de los diversos grupos que se alinean en el orden nacional con el actual oficialismo, han formulado enfáticos reparos, y efectuado válidas objeciones. Del presente retrocedemos al pasado, para traer una vez más a la luz, el recuerdo que en la ciudad de Colón, hace de esto más de medio siglo hubo un Intendente Municipal, el cual no tuvo mejor ocurrencia que proponer destinar nada menos que la “mitad de la ´plaza mayor´ de la ciudad” en ese momento puesta en valor, -y donde actualmente se está completando ese “trámite”, como resultado de una acertada decisión, conformándose así con la remozada Plaza Artigas un todo con su vecina Plaza Washington- destinar el terreno de aquella, -repetimos-, a….. construir allí la Estación Terminal de Ómnibus de la ciudad (¡¡!!).

Comenzando por los colonenses, y siguiendo con nuestros lectores de otras localidades, ¿se imaginan el verdadero estropicio urbanístico de utilizar un lugar céntrico, con ese destino? No en balde, la actual Estación Terminal funciona en lo que era en ese entonces un “lugar periférico” de la ciudad –en las “orillas del pueblo”, cabe decir- y hoy está contemplado su traslado a otro, esta vez ubicado en esa “periferia ampliada” que se ha generado por el crecimiento urbano de Colón.

Como detalle, que no es precisamente anecdótico, debe hacerse presente el recuerdo a Jorge Durán, antiguo y reconocido vecino popular, además de valioso caudillo radical, quien entonces concejal, tomara una postura fuera decisiva, para hacer caer ese proyecto. Trasladándonos de nuevo a la actualidad, corresponde reiterar la mención de un proyecto municipal en la ciudad de San José, que anuncia la construcción de un centro de salud que funcionará como satélite del hospital de San José.

Al mismo tiempo que destacamos como una prueba de sensatez de los vecinos de esa ciudad, el hecho que, si bien el anuncio de la construcción del hospital fuera bien recibido tanto por vecinos como referentes políticos y de instituciones, en cambio generó controversia el lugar donde éste se emplazaría, cual es la plaza del barrio Loma Hermosa.

Es que, por nuestra parte, coincidimos en considerar que resulta imposible que en esa ciudad no exista un terreno disponible, que no sea adecuado para esa finalidad, como se sostendría de manera argumental en la misma Municipalidad. ¿O es que cabría decir que esa administración no cuenta con un terreno de su propiedad dónde levantar el hospital, y no quiere, o no puede, adquirir otro, que le signifique una no despreciable erogación, con ese propósito? Sobre todo cuando en San José se asiste a una expansión importante del radio urbano, dentro de la cual, atento precisamente a esa circunstancia, resulta notoria la existencia de extensas superficies de terrenos vacíos. Es más, consideramos que los vecinos e instituciones movilizados por esa situación, deberían dirigirse al área competente del gobierno nacional, dando cuenta de la situación, que llevaría a actuar como cómplices impensados de un verdadero “urbanicidio”.

No podemos dejar de admitir que nos encontramos frente a un conflicto que cabe definir como de “pago chico”; pero de cualquier manera consideramos que es importante alertar a los vecinos de otras localidades, que no es de descartar puedan resultar víctimas de errores del mismo tipo.

Enviá tu comentario