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En parte por razones de vecindad, pero sobre todo explicable por nuestro oficio, no hemos sino podido dejar de seguir con atención -y, debemos confesarlo, con un poco de desagrado y pena- “los cruces” a que ha dado lugar, un conflicto que emergió en Villa Elisa y que tiene por eje al hospital local.

Intentando graficarlo, debemos señalar, primero, a los protagonistas. A quienes vemos buscando “esquivarle el bulto”, a la posibilidad de que se los tenga por enfrentados, cuales son la directora del nosocomio y su asociación cooperadora, o por lo menos a sus presidenta, secretaria y tesorera, ya que ellas son las que firman una nota a la que enseguida nos referiremos.

En el medio, como grupo silencioso, el personal de la administración del hospital, integrado por dos hermanas y una sobrinita. El motivo aparente o por lo menos principal del entredicho: “desprolijidades” denunciadas por la cooperadora, en relación a la administración, las que en realidad en la forma que aparecen descriptas, pueden llegar a dar motivo para una investigación penal.

El origen de los hechos: parecen venir de lejos, por lo menos desde antes de que fuera puesta en funciones la actual directora, aunque no sabemos si al tiempo en que esas “desprolijidades” se hicieron presentes, y por sobreañadido patentes, la cooperadora estaba ya integrada por los actuales miembros.

La causa del revuelo: el haberse, inexplicablemente, filtrado el contenido de una nota dirigida por la cooperadora al gobernador de la provincia, dando cuenta de las circunstancias antedichas y proponiendo medidas reparadoras, y en la que se menciona -ignoramos si por el hecho fue en la materia consultado previamente, o porque el mismo intentaba revalorizar su condición de mensajero- a quien se le solicitó ser portador de la misiva.

En tanto, lo que resulta más curioso, es tanto el buen concepto con que en esa localidad cuentan tanto la directora actual del hospital, como los integrantes de la cooperadora. De la primera se dice que es una “digna hija de su padre”, médico como ella, y que su manera de actuar explica que una escuela local lleve su nombre. En cuanto a los integrantes de la cooperadora, se los señala como exhibiendo idénticas dotes, a la vez que se destaca su invalorable labor, por su persistencia y mejor resultado todavía, en construir desde cero un moderno vacunatorio y transformar al viejo edificio del hospital en un hogar de ancianos que despierta orgullo en la comunidad local, al mismo tiempo que es un confortable y amigable lugar de residencia para los que ingresan en él, con ese objeto.

De allí, lo incomprensible de lo sucedido y sobre todo la dificultad de calificar y encuadrar de una forma correcta el suceso, de manera que la seriedad de la situación venga acompañada de la imprescindible prudencia con la que deben ser planteadas este tipo de cuestiones.

La conclusión a la que llegamos, fue el resultado de un repaso hasta fatigoso de palabras, hasta que encontramos el término que consideramos totalmente apropiado para describirla. Se trata de una palabra que no es de extrañar que no sea fácil de ubicar, ya que el comportamiento al que con ella se alude, está peligrosamente cada vez menos presente en un mundo como el nuestro, el que aparece empeñado en deshacerse de lo que fuera conocido como “las buenas maneras”. La palabra a la que nos referimos es “comedimiento”, y lo que consideramos que lo que aquí se ha hecho presente es, paradojalmente, su ausencia. Ya que el diccionario define como comedimiento a “la contención y moderación en la forma de hablar o de comportarse”.

Nada que haga al fondo de las cosas, pero que tiene que ver con la manera en que se despliega la convivencia. Solo nos queda destacar que, como consecuencia de nuestra conversión en un portal digital, y su exitosa presentación que hace que el mismo reciba diariamente muchísimas miles de visitas, aún de quienes viven más allá de las fronteras provinciales, a lo que asignamos mayor importancia no es al suceso, que esperamos quede “cancelado” por el mero paso de un corto tiempo, sino rescatando lo que en él se da de una situación que pudo haber sucedido en cualquier parte, y estamos seguros que así ocurre.

Nuestra intención primordial es la de que, en atención a la presencia de situaciones similares, consideramos que a nadie le viene mal el que se señale la importancia del “comedimiento” en nuestros comportamientos.
Fuente: El Entre Ríos

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