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El desastre climático que estamos viviendo por estas horas y que afecta a buena parte de nuestra provincia, a Corrientes, y parcialmente a Santa Fe - sobre todo en el norte-, Córdoba, Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Misiones y algo de Buenos Aires, nos lleva a muchos de nosotros a preguntarnos si la esperada recuperación agrícola para este 2019, con una cosecha estimada en unos 120 millones de toneladas, es todavía una posibilidad cierta o si por el contrario ha entrado ya en la categoría de posibilidad remota. Un interrogante mayúsculo considerando que el esperado rebote de la economía se sustenta en buena parte en lo que pueda suceder con el campo.

Uno de los que respondió por estos días esa pregunta fue la firma Adecoagro, una de las empresas agrícolas más importante de la Argentina, también con actividad en Brasil, la que en una reunión con inversores internacionales confirmó las buenas previsiones. Después de hacer alusión a un malísimo 2018, con la peor sequía en 25 años, y con una producción de soja 35% más bajo que los promedios históricos, la compañía se encargó de despejar dudas respecto de la campaña 2018/2019. Es cierto que pasamos de La Niña a El Niño sin escalas y que como resultado de las grandes lluvias de las últimas semanas hay agua en exceso en extensas superficies. Pero la empresa confirmó que las áreas afectadas están muy concentradas y que aun cuando las pérdidas en esas zonas sean muy grandes, la producción en el resto más que compensará por esas pérdidas.

"A pesar del desastre climático de estas semanas, la gran cosecha de 120 millones de toneladas parece estar a salvo"

A pesar del exceso de agua, que puede implicar que se pierdan sembradíos en algunos casos y no se planten en otros, la cosecha esperada se estima en niveles superiores al promedio de los últimos 7 años. Finalmente, una buena noticia. Según uno de los más recientes estudios del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, y en números redondos, las cosechas de soja, maíz y trigo alcanzarían unos 60 mm, 40 mm y 20 mm de toneladas respectivamente. Respecto de la actividad ganadera, son muchas las imágenes difundidas por estos días de grandes números de cabezas de ganado nadando en ríos de agua, se espera que las malas condiciones climáticas de estas semanas la afecten solo muy marginalmente.

El cambio climático ha llegado para quedarse y lamentablemente lo que hasta hace muy poco fue una excepción parce ser ahora una nueva normalidad. Los desastres naturales serán cada vez más cosa de todos los días con impactos muchas veces devastadores. Concentrados en cómo estos repercuten en los centros urbanos, donde por lo general los más afectados son los más desposeídos, nadie en los ámbitos oficiales parece enfocarse en demasía respecto de cómo puede impactar al sistema productivo agrícola ganadero. Si se habla de cosechas y cabezas de ganado perdidas, de infraestructura - como caminos- seriamente afectada, pero muy pocas veces suele asociarse a estos sucesos con personas de carne y hueso.

"Mientras los grandes productores pueden apostar a la diversificación por zonas, los pequeños y medianos productores van a suerte y verdad con un único pedazo de tierra"

En el caso de nuestro país, empresas como Adecoagro pueden apelar a la solución de la diversificación, esto es distribuyendo su portafolio de propiedades en distintas zonas, en muchos casos alejadas unas de otras, pero no sucede lo mismo con productores medianos y pequeños concentrados en un solo pedazo de tierra. A todas luces es evidente que cualquier fenómeno natural adverso, de proporciones promete dejarlos inexorablemente fuera de carrera. Ante el aumento de la probabilidad de ocurrencia de escenarios como ese, se vuelve urgente la búsqueda de soluciones alternativas que aseguren su supervivencia, clave tanto por su aporte al producto agregado como también a la conformación positiva e integradora del tejido social.

Es un alivio entonces que a pesar de la mala meteorología de estas últimas semanas la cosecha prometa ser récord, pero esta circunstancia no debería hacernos olvidar ni por un minuto que -si como se espera- estos fenómenos se vuelven moneda corriente, la supervivencia de los pequeños y medianos productores está seriamente amenazada.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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