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Entró en el coche del subte y rápido le fue cedido un asiento, en homenaje a su cojera o a sus canas. Miró a su alrededor después de musitar gracias, y del bolsillo interno del saco sacó el celular. Miró a sus vecinos con cierto orgullo, todos tenían uno en la mano y miraban absortos las pantallas. Para él era la primera vez y ganas le dieron de mostrarlo en todas direcciones. Recordó antaño una escena similar, en lugar de los celulares estaba la quinta o la sexta de “La Razón”, y debía hacer algún equilibrio para leer bien los titulares. Y ahora ese pequeño chiche en la mano, que bien usado, le abría un mundo.

Desde 1991 la venta de celulares creció desde 0 a un billón en el 2001. Y es probable que de pocos objetos de uso tan masivo conozcamos tan poco. El Congo, nada menos, parece estar en el corazón de los celulares, pues desde allí llegan dos metales, el tantalio y el niobium, fundamentales para su funcionamiento.

Similares en muchos aspectos, parecen haber desorientado a aquellos que los descubrieron temprano en el siglo XlX. Muy resistentes al calor y a la corrosión. Serán los “minerales de conflictos" futuros.

Ya el nombre de tantalio es un poco triste. Recuerda a Tántalo, un héroe griego quien apresado por las aguas de un lago, famélico, veía como una rama cargada con tentadoras frutas bajaba hasta estar "casi" hasta el alcance de sus manos, pero solo "casi" y volvía a apartarse y así sucesivamente, y así eternamente. Creo que todos hemos conocido esos "casi”, sino eternos, demasiados para nuestra vida breve. Y han notado ustedes como los grandes héroes de la mitología habitan ahora en constelaciones, satélites, cráteres o mares de piedra. No se han ido, o no han querido morir, un alivio, pues podemos imaginar que nombres horribles les habrían impuesto a esas maravillas. La historia de cada héroe griego puede darnos una advertencia.

En la década de 1990 ambos metales comenzaron a ser demandados a Zaire, que luego se transformó en la República Democrática del Congo, al sur y al este del enorme río de ese nombre (hay una más pequeña república de Congo en la ribera opuesta, al noroeste). Después de Argelia, esta república es el Estado más extenso de África. Fue "propiedad privada" del rey Leopoldo ll de Bélgica entre 1875 y 1908, luego el propio Estado belga lo incorporó formalmente hasta 1960, logrando entonces su independencia. Ambas administraciones fueron crueles e ineficaces, y es discutible si lo que vino después es mejor. Les quedó sí como lengua oficial el francés, el cual pese a su claridad y racionalidad, no parece haberles sido de mucha ayuda, y cuenta con cuatro lenguas indígenas también oficiales, las cuales al ser enseñadas en las escuelas les ha permitido tener una literatura (se hablan 424 lenguas a lo largo del río, y los grupos étnicos sumarían 200, en su mayoría bantúes). Es la segunda economía africana, legendariamente rica en caucho y uranio y diamantes, con un enorme robo hormiga por los Estados vecinos. Es uno de los ejemplos de "la paradoja de la abundancia”. Pese a la riqueza de bienes naturales, la población goza de una saludable miseria. Algo sabemos nosotros de todo eso. Vivimos pues inmersos en una paradoja, que como la rama de Tántalo se acerca, nos roza, y se va.

La demanda de esos inusuales metales, el tantalio y el niobium trajeron una enorme riqueza y con ella no el bienestar de la población sino el aumento de las guerras tribales. Los teléfonos celulares no produjeron estas guerras, pero sí el dinero que los financia. Los mineros que los extraen ignoran para qué se usan, saben solamente que los blancos pagan por ellos y lo utilizarán para sostener milicias. Los que usamos teléfonos celulares ignoramos el drama escondido detrás de esas codiciados aparatos. Como vemos, ignorancia de punta a punta.

Ambos metales, unidos en un conjunto que llaman coltan, son fácilmente obtenidos. Con solo una pala pueden ser recogidos del suelo, que imagino rojo, del Congo.

Lo que pueden ganar por horas con el manejo de la pala a flor de tierra, es mucho mayor que lo que podría brindarle un trabajo agrícola o pastoril. Esto produjo caída de los cultivos, aumento del hambre, e incrementó la caza de los gorilas para comerlos. Con los años, Australia apareció como un importante competidor en la obtención de esos metales, pero cuando la Unión Europea prohibió el uso de plomo y este fue reemplazado por el estaño, también el Congo es un buen proveedor.

Desde 1990 más de 5 millones de congoleños han muerto. Es la mayor pérdida de vidas después de la Segunda Guerra Mundial.

Joseph Conrad (1857-1924), quien remontó el río en barcos mercantes, afirmó que lo ocurrido en esa región era “la operación de saqueo más vil en la historia de la conciencia humana”. En esa época era el caucho y los diamantes eran las materias codiciables .No sé si fue antes o después de esto, cuando escribió "El corazón de las tinieblas”, acaso el más intenso de los relatos que la imaginación humana concibiera (JLB) y que inspiró “Apocalipsis, ahora", el film de Francis Coppola, quien agigantó la historia sin hacerla más intensa, y la llevó a Vietnam.

Esta es alguna de las historias que yacen ocultas en los celulares. ¡Que frágil y endeble es el ropaje de la civilización!

Referencia: Sam Keen."The disapparing spoon", disponible parcialmente en Internet.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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