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Estamos a menos de dos semanas de la primera ronda de la elección presidencial, que será al mejor de tres rounds. Y la agenda electoral se centra en blanco o negro: Macri o Cristina. Y no mucho más.

Mientras tanto, además de los problemas palpables del presente que afrontan los argentinos, no parece haber un debate sobre los grandes temas que afrontan los países en este primer cuarto del siglo XXI. Uno de esos temas es la desocupación asociada al cambio tecnológico. Para mucha gente el impacto de las nuevas tecnologías en su puesto de trabajo es un tema que asusta. Y está bien que estén preocupados.
Los desafíos en el mundo laboral
La tecnología llegó para quedarse. Y de la mano de Internet, el almacenamiento y procesamiento de datos, la automatización y la inteligencia artificial, miles de empleos desaparecen año a año en aquellos rubros donde prima el trabajo poco calificado.

¿No es evidente que un robot mecánico va a generar mejor rendimiento en una línea de producción masiva que las decenas de empleados que hoy cumplen tareas manuales? El robot no se enferma, no se lastima, no se cansa.

Pero esto no es novedad. Hace más de una década que este tipo de empleos tienen las horas contadas. Lo novedoso es que la inteligencia artificial empieza a reemplazar trabajo intelectual. Y eso sí que dispara otro tipo de alertas.

El tema sobre el futuro del trabajo y la tecnología fue abordado hace pocos días en el marco de un interesante debate radial con Eduardo Levy Yeyati, actual Decano de la Escuela de Gobierno en Universidad Di Tella. Para el autor del libro “Después del trabajo, el empleo argentino en la cuarta revolución industrial”, “Los robots existen hace mucho: el reemplazo del trabajo en las líneas de producción es algo del pasado. Cuando uno ve que decrece la participación de la industria en el empleo, es por estas cuestiones”. Sin embargo, de acuerdo con el investigador, la sustitución de empleo de la que se está hablando ahora se debe a la inteligencia artificial. “El reemplazo de este tipo es en tareas intelectuales, no en tareas manuales que ya vienen siendo reemplazadas hace años. Se corre la frontera de reemplazo y se comienzan a reemplazar tareas que hacemos los humanos cuando pensamos”, agregó.
El periodismo de robots
Para el especialista, lo que está claro es que “algunas ocupaciones van a dejar de existir y otras van a transformarse demandando nuevas habilidades”, sentenció el autor de uno de los libros centrales que pone el tema del empleo y la tecnología bajo la lupa. En las redacciones, ya existen algoritmos que redactan noticias por ejemplo. En la Argentina los estrenó el equipo de Artear para el sitio de Todo Noticias (TN) de la mano de un equipo que coordina Gabriel Maggiotti, uno de los mentores que ha colaborado con el proyecto “Desconfío” que se desarrolla en alianza con la Universidad de Concepción del Uruguay.

Estos algoritmos que aprenden a lo largo del tiempo y mejoran su performance se suman a otros asistentes más elementales como el caso de los Chatbots, que responden consultas de usuarios de forma autónoma, reemplazando al tradicional puesto de “telefonista” o recepcionista que aún perdura en algunas grandes empresas.
Nuevas formas de empleo
Home-Office / Coworking / Trabajo remoto o las nuevas formas de trabajo autónomo ya son una realidad en la Argentina. Martín, por ejemplo, se levanta cada mañana a la hora que tiene ganas y desde su notebook desarrolla software para una gran empresa norteamericana que le paga sus horas de trabajo en dólares sin siquiera medir cuántas horas se dedica o a qué velocidad avanza. Martín debe terminar el desarrollo para fines de diciembre y ese es su único objetivo por el que cobra algo así como $140.000 mensuales.

El equipo de I-solutions trabaja generando plataformas de comercio electrónico (E-Commerce) desde un espacio compartido, conocido como espacios de coworking. No necesita oficinas propias, reúne al equipo en este espacio que dispone de todas las comodidades y servicios, pagando solamente una parte de lo que costaría alquilar sus propias oficinas. Por si fuera poco, siempre hay buena música y otros profesionales cerca a quienes consultar o integrar a los proyectos.

Mariela se especializa en UX (user experience), un nuevo campo muy demandado por las compañías que buscan satisfacer de forma cada vez más efectiva la experiencia de los usuarios en el uso de sus servicios. Trabaja para una gran compañía que tiene sede en México, pero hasta ahora no ha viajado nunca a reunirse con sus superiores. Su departamento con internet y la notebook llena de stickers alcanza para tener un empleo relacionado con su formación y muy bien remunerado.
Por dónde empezar
Con estos cambios ya en marcha, queda claro que se necesitan nuevas políticas públicas que ofrezcan oportunidades en línea con estas transformaciones. Afianzar el capital humano es algo esencial en la nueva Era, que también impacta en las carreras universitarias y una nueva demanda asociada a la vorágine tecnológica: la capacitación contínua. Singapur, por ejemplo, ofrece a todos sus habitantes becas para formarse a lo largo de toda su carrera laboral. Y es una de las potencias que más ha crecido en los últimos años.

Córdoba produjo un interesante documento sobre el futuro del empleo en el que registra que “Analizando el sector privado de la Provincia de Córdoba en los últimos 20 años, se puede observar que tanto el sector industrial como el agropecuario han perdido participación sobre el total de empleo. El porcentaje de trabajos en la industria ha disminuido un 7% entre 1996 y 2016, mientras que la caída en las actividades agrícolas, ganaderas y pesqueras ha sido del dos por ciento. De manera inversa, se consolida el empleo de la provincia en los sectores servicios y comercio, representando el primero casi el 45% del total”. En ese marco, Córdoba ya registra incrementos de empleo de tipo “Técnicos-Científicos-Profesionales dentro de las ocupaciones de Servicios que generan el 36% de los nuevos empleos. Por el contrario los operarios representan la más alta caída en puestos de trabajo. La mayor cantidad de puestos de trabajo perdidos dentro de los denominados No Calificados se da dentro del carácter Comercial, Transporte, Almacenaje y Comunicaciones”, reseña el informe.

Los grandes centros de poder, mientras tanto, van delineando el sentido de los cambios. El Foro Económico Mundial en su estudio “El futuro del trabajo: empleo, destrezas y estrategias para la cuarta Revolución Industrial” (2016), da cuenta de los cambios del mundo del trabajo:

- Cambios en las formas de organización del trabajo, que presentan modalidades de contratación flexible, a través de las Nuevas Tecnologías para la innovación en los lugares de trabajo, como trabajo remoto, espacios de coworking y teleconferencias.

- El nuevo espacio del conocimiento se sostiene desde la auto-invención de cualidades humanas, capacidades cognitivas, como así también la consolidación de su rol social y educativo con características nómadas. Hoy no es posible pensar en un individuo con permanencia en un espacio geográfico, laboral y educativo constante a lo largo de su vida (González de Requena Farré, 2010).
La educación para el futuro
Según la revista Forbes, la denominada Generación Millennial en Latinoamérica representan el 30% de la población y siguiendo una proyección de la consultora Deloitte, en 2025 representarán el 75% de la fuerza laboral a nivel mundial. HOy ya desplazados parcialmente por los Centennials cuyos hábitos son aún más digitales. Para estas generaciones, la aceptación de un empleo no depende del salario: el esquema de incentivos es más amplio e incluye expectativas, oportunidades para viajar, flexibilidad horaria y ambientes laborales no tradicionales donde los horarios fijos y las oficinas cerradas llevan las de perder.

Asociadas a estas nuevas condiciones, también se perfilan trabajos con altos niveles de habilidades cognitivas y destrezas digitales. A partir de algunas áreas como el Machine Learning, Data Mining y Estadísticas computacionales, junto al Big Data, abrem oportunidades de nuevos empleos, muchos de los cuales ya se sabe que se trata de trabajos o funciones que aún no se han creado pero tendrán lugar en el futuro cercano. Y la formación en estos campos clave de las nuevas economías parecen un desafío ineludible para las Universidades argentinas que, con unas cuantas excepciones, tampoco están enfocadas en los cambios educativos que demanda el mundo tecnológico.

Ojalá la campaña electoral se tiña de algunos de estos debates y el diseño del futuro no quede en manos de aquellos que empezaron a pensar y a trazar estrategias antes que nosotros.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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