Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Me contaron que hubo un tiempo que hubo lecheros. Se trataba el suyo de un oficio que era mezcla de tambero y distribuidor de leche.

Porque primero ordeñaban la vaca en su campo. Luego colada o no (se dan aquí discrepancias) volcaban la leche en grandes tarros y se dirigían al pueblo más cercano en su carro.

Visitaban casa por casa en su zona de recorrido, e invariablemente, al encontrarse con “la patrona”, volcaban la leche del tarro a un jarro que servía para medir su cantidad, jarro que a su vez echaban en el recipiente con que ella había salido a su encuentro.

Un trabajo, según también me contaron, que tenía varios detalles pintorescos. Uno que había algún lechero que “bautizaba” la leche con agua, algo que no sé si es cierto y de serlo era una práctica general. Otra, que se me ha dicho que invariablemente los lecheros, antes de visitar la primera casa de su recorrido y luego de su finalización, se “entonaban” y volvían a hacerlo en algún boliche del que eran parroquianos lo que, repito, también sin darlo por cierto ni equivocado. Otra más, que ese “entonamiento” doble, era la causa que volvieran a su casa con la voz aguardentosa y la lengua un poco trabada, que les hacía difícil el hablar. Distinto a lo que ocurría al iniciar su recorrido, donde al llegar a cada casa eran a la vez amables, joviales y charlatanes.

Los lecheros usaban carros, pero no eran lo que se conoce como carreros, ya que estos se manejaban en otra clase de carros, y se encargaban de llevar otra carga.

Y una de sus características era que hablaban en un lenguaje muy peculiar, lleno de malas palabras, improperios, juramentos y blasfemias que se conocía precisamente con el nombre de “lenguaje de carreros”.

Todo esto viene al caso, al menos así me parece, porque días pasados una diputada nacional que supo ser embajadora y ministra, trató de “canalla” a un juez. No pueden quedar dudas que su paso por la diplomacia y por los ministerios le sirvieron de poco para volverse circunspecta.

El cuidado de las formas o el estilo, que le dicen. Y que en este caso todo lleva a parecer que no se respetó. La duda que me queda es si “canalla” es o no una palabreja utilizada por los carreros. Ya que de ser así diríamos que estamos en la presencia de una mujer “con vocación de carrero”, al menos en lo que al lenguaje que emplea se refiere.

La cuestión es no contagiarse. Sobre todo teniendo en cuenta tanta palabra grosera suelta y los extremos a que su empleo frecuente nos puede llevar…
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

Enviá tu comentario