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La semana política se vio agitada por la publicación del libro “Sinceramente” escrito en primera persona por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Mucho se ha dicho ya hasta el momento del libro, de su contenido, de sus definiciones políticas y sus explicaciones sobre las causas de corrupción que la persiguen.
El otro Urribarri
Pero además de su proclama política, el libro de Cristina también retrata a un Sergio Urribarri que evidentemente los entrerrianos no conocíamos: casi un héroe, un revolucionario que luchó por los derechos del pueblo, por los humildes, confrontando con los poderes. Lejos del Urribarri que todos conocemos, enriquecido a partir de la función pública, millonario, amante de los autos lujosos, acostumbrado a mirar la realidad desde el aire y con “escapadas” permanentes en familia ya no a Buenos Aires, sino a Panamá.

En el retrato que dibuja el libro de Cristina Fernández de Kirchner, el exGobernador Urribarri no es nada de eso. Fue el ideólogo del polémico programa oficial “Fútbol para Todos”, acertado en la gratuidad del fútbol, del rol del Estado en la televisación del deporte más popular de la Argentina y de abrir la pantalla chica a millones de hogares para que los goles dejaran de estar “secuestrados”.

Sin embargo, también es el artífice del enorme negociado que rodeó a la operación de la creación de Fútbol Para Todos, de la mano de quien sería luego su principal operador mediático para tergiversar la realidad entrerriana, el empresario Ramiro Nieto. El mismo que mantenía un negocio millonario con los móviles de exteriores del fútbol cuando el negocio era de Clarín, pero que no tuvo pruritos en cambiarse de bando cuando los pagos millonarios comenzaron a llegar desde el kirchnerismo con la aventura que Cristina le atribuye a Sergio Urribarri.

En el pasaje del libro “Sinceramente” se puede leer que Cristina dice: “El 20 de agosto de 2009 anuncié por cadena nacional —algo que los medios hegemónicos odiaban porque perdían el monopolio de la palabra y habían convencido de ese odio a una parte de la clase media— el lanzamiento de Fútbol Para Todos (FPT). Esa idea surgió del entonces gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri. Esto es algo que nunca dije públicamente porque las represalias contra él por parte del Grupo Clarín iban a ser terribles. Un día el “Pato”, que es como le decimos a Urribarri, me vino a ver a Casa de Gobierno y me contó su idea… y me dijo: “Podemos recuperar el fútbol. ¿Querés?”. Yo le dije: “Noooo... ¿cuánto nos va a salir eso?”. Recuerdo que me respondió: “Estoy seguro que no va a salir mucha plata, ¿te interesa?”. Le dije que me encantaría. Se armó una reunión reservada en Olivos a las diez de la noche, un día de semana. Había citado a Julio Humberto Grondona y a José Luis Meiszner, el ex secretario de la Conmebol… Néstor siempre pensó que en algún momento iba a poder recomponer la relación con Clarín después de la crisis con las patronales rurales… él veía las cosas de ese modo y entonces no estaba nada de acuerdo con Fútbol Para Todos. Esa fue una auténtica decisión mía. Lo cual no deja de ser una paradoja, el hincha fanático del fútbol era él, a mí no me gusta... “, reza el libro.

Ese “otro” Urribarri, confrontando con las corporaciones mediáticas, dista bastante del gobernante entrerriano que, para evitar las críticas y ocultar negociados, directamente optó por comprar los principales medios de Entre Ríos, a través del mismo empresario Ramiro Nieto que lo dotaba de la infraestructura para las transmisiones de los partidos de Fútbol Para Todos.
Un hombre de consulta
Pero también hay otra mención al exgobernador entrerriano que esta semana se mostró provocativo besando el libro de Cristina en una foto que hizo circular por la prensa entrerriana (que todavía controla en gran medida). Ese “otro” Urribarri que los entrerrianos desconocemos aparece como un hombre influyente en las altas esferas del poder, con capacidad de poner y sacar funcionarios de alto rango.

Así lo relata Cristina Fernández cuando señala la antesala de la designación de Miguel Galuccio al frente de YPF. En el libro se lee “Convoqué, para conducir la YPF recuperada para la Argentina —no para Cristina—, a Miguel Galuccio, un ingeniero experto en petróleo y que ya había trabajado en la empresa, bajo la conducción de Estenssoro. Sobre él me había hablado el gobernador de Entre Ríos, el “Pato” Urribarri, cuando se enteró lo que íbamos a hacer y me había traído su currículum, que me resultó impecable..”.
Pato, somos pocos y nos conocemos
Este Urribarri, hombre de consulta de un Presidente de la Nación, dista bastante del “bandido” que todos conocemos en tierras entrerrianas, alimentando con contratos “truchos” la caja negra de la política, otorgando sobresueldos al Superior tribunal de Justicia para comprar impunidad anticipada, alimentando los negocios familiares con dinero de todos los entrerrianos. ¿será el mismo que logró gastas 200 millones de pesos en apenas dos días para contratar a todos los empresarios amigos del poder para la Cumbrecita del Mercosur? ¿ Es el mismo Urribarri ese gran estadista que intenta dibujar el libro de Cristina Fernández que aquel que abrió las puertas de Entre Ríos a los empresarios del juego para que las ganancias privadas de las máquinas tragamonedas financiaran las campañas electorales por venir? ¿o acaso esta versión de Urribarri sigue el mismo guión que la farsa que intentó montar su Ministro de Propaganda Pedro Báez para mostrarlo (sin éxito) como un dirigente con grandes ideas y aportes para la nación? ¿es el mismo Urribarri que evita responder a la prensa tanto como a la Justicia porque no puede explicar cómo creció su patrimonio con un salario de funcionario público? He aquí los dos Urribarri: el de Cristina, que está repleto de cualidades; y el de los entrerrianos que lo conocemos demasiado.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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