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La pobreza no discrimina, o sí, lo hace y de una forma certera, dejando tendales de excluidos por doquier. Uno puede analizarla desde las estadísticas, haciendo divisiones, sectorizando, con muestras que tratan de quitarle ese rostro humano a un flagelo que nos interesa, pero que nos sigue dando látigos una y otra vez.

Hambre cero pasó de ser un compromiso de compaña, a un ideal al cual buscar, y muchas de las promesas de campaña de cambiemos se fueron diluyendo con el correr de la gestión, y quizás el exceso de triunfalismo no les permite ver que las estadísticas sirven, al igual que la comunicación, pero llega un momento donde sí falta la comida en la mesa, o nos quedamos sin servicios básicos, difícilmente podamos creer que vamos por el camino correcto.

La herencia recibida desde ya que ha sido un gran argumento para ir día tras día dejando atrás todo aquello que se prometió, casi de la misma forma que lo hizo Menem, con el salariazo, ganando las elecciones con un discurso, pero luego ejerciendo el poder desde las antípodas ideológicas.

La frase: “Si les decía todo lo que iba a hacer votaban por encerrarme en el manicomio” (https://www.cronista.com/economiapolitica/Macri-Si-les-decia-todo-lo-que-iba-a-hacer-votaban-por-encerrarme-en-el-manicomio-20160629-0123.html) podría haber sido extraída del discurso del ex presidente, pero no estas surgen del actual presidente.

Pero pensemos por un instante que tienen razón en todo sobre el pasado, todo. No discutamos nada, la pregunta del millón es ¿cuándo dejará de ser una excusa?, una de las cosas que me sorprendió de cambiemos fue justamente algo inusual que traían al mundo de la política, el reconocer que se equivocaban, y saber dar marcha atrás. Pero parece que a medida que pasan los días cada vez se transforman en políticos tradicionales, donde siempre la culpa es del otro, y vemos teorías conspirativas, para nunca reconocer que algo no está bien.

Cambiemos fruto de un interesante trabajo de comunicación y de política, logró que muchos les confiarán el voto, incluso han logrado que muchos que la están pasando mal lo sigan apoyando, les den tiempo, esperanzados que las cosas van a cambiar.

Pero como toda luna de miel, tiene un final, y esto lo sabemos todos, incluso los defensores más acérrimos del pro, que cada vez están tomando más tonalidad K, en una defensa ciega de postulados que la calle va día tras día desmintiendo, y es lo grave, porque todo aquellos que se criticaba, está empezando a ser características del cambio. Un cambio hacia el pasado.

Recordemos que cambiemos venía a luchar contra la corrupción, pero Laura Alonso que era una luchadora contra el gobierno K, cada vez está más callada, en silencio, y los esfuerzos comunicacionales por tapar los negocios presuntamente incompatibles, de aquellos que vinieron a poner la vara alta en materia de transparencia son cada vez mayores. El debate sobre la despenalización del aborto es una clara muestra de ello.

El abuso de los DNU, y la embestida al Poder Judicial son algunos de los síntomas de la vieja política, que parece extremadamente contagiosa, tal vez sea tiempo de desinfectar el sillón de Rivadavia, que contagia además el centralismo, y el uso de los recursos del estado para ir doblegando a las provincias una a una.

Pero si fuera poco, donde seguro debían andar bien eran trayendo inversores, dando la confianza que el anterior gobierno perdió, y hoy nos encontramos en medio de una crisis donde los propios voluntarios de cambiemos terminan especulando con el dólar, las lebacs, y ver como se safa. Quien los culparía si son tan argentinos como nosotros.

Pero insisto, en un estado donde los de ayer (sí los que nos gobernaron y están sospechado de todo) no han sido juzgados, pero siguen con ese manto de sospecha que bien se utiliza en tiempos electorales, y además a los jueces díscolos se los van arrojando por la ventaja de tribunales, sin que nadie se sorprenda, difícilmente lluevan inversores.

Pensemos en la novela de aquel verano que lo tuvo como estrella estelar a Redrado, tal vez muchos se hayan olvidado pero el ejecutivo de entonces quiso que este (BCRA) pagase con reservas vencimientos de la deuda, sí como acaba de leer, y el entonces presidente se atrincheró en defensa de la independencia del BCRA y de las reservas, la cuestión termino no en uno, sino en dos DNU, la salida de Redrado y la independencia del banco en una linda historia para contar a los nietos.

La independencia del nuevo BCRA – mejor dicho de la nueva conducción- perdió sí es que la tuvo a la independencia, cuando lo hicieron ir ante el jefe de gabinete para cambiar las expectativas económicas para este año, y luego en medio de una puja por la inflación y el precio del dólar, más la tasa de interés, y la novela la estamos viviendo capitulo a capitulo.

Insisto pensemos por un instante que la herencia recibida es como se describe desde el oficialismo, la repregunta es ¿hasta cuándo esto servirá de excusa? Y ¿cuándo los errores sí serán imputables a la actual gestión?

Pero el título de la presente columna apunta al silencio de los excluidos, quienes la verdad no les interesa el precio del dólar, ni la tasa de interés, que poco o nada saben de los valores de las acciones en Estados Unidos, y menos aún de los precios de la soja, sí estas se venden o se acumulan en silos.

Me refiero al que hoy no puede pagar los servicios, el que no llega a fin de mes, el que está sin trabajo, y desde ya el que no tiene para comer. Sí seguramente alguna dirá es culpa del peronismo, insisto con el ejercicio mental, digamos que es así, ¿acaso no hay una pisca de culpa en el actual gobierno?. Todavía resuenan en mí las denuncias de CFK contra el campo y los grupos mediáticos, tratándolos de golpistas, y hoy es tapa en los diarios que Carrió exige a los del campo que vendan su soja, y dan a entender de actitud golpistas a miembros de la UIA, y de algunas entidades financieras. Sólo les queda al actual gobierno pelearse con La Nación y Clarín, y la historia se repite una vez más.

Sinceramente y a pesar de mis ideas y pensamiento, en lo más profundo de mi ser, deseo que le encuentren la vuelta, porque no quiero ganarle a cambiemos porque hayan destrozado el país, les quiero ganar porque tenemos una propuesta superadora. No quiero que los dirigentes que me representen en el 2019 tengan la excusa de que cambiemos les dejó todo destruido, quiero que se construya sobre los cimientos, y no perder 4 años destruyendo lo que el otro hizo.

No quiero un 2001, porque sé que los que realmente lo padecen no son parte del sistema político de elite, ni del sistema económico vip, por el contrario son la clase media y baja, y lo vuelvo a decir, son personas de carne y hueso, no variables de la macroeconomía.

Me da pena ver militante de cambiemos tapar el sol con la mano, como me da pena que militantes del peronismo hagan lo mismo, el sol está ahí, y mientras sigamos con el fundamentalismo los que pierden siguen mirándonos desde la impotencia, pero con un sentimiento muy jodido, que es la desesperanza.

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