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Museo de San José, un ejemplo a imitar
Museo de San José, un ejemplo a imitar
Museo de San José, un ejemplo a imitar
Es habitual en la actualidad ver a los especialistas en la cuestión, de rebote en los medios de comunicación, y como consecuencia de ello en infinidad de integrantes del pueblo llano, ocuparse de un fenómeno al que se alude como la tímida aparición de “brotes verdes”, aludiendo de esa forma a la presencia de señales tenues de una reactivación de nuestra alicaída economía.

Aventurándonos a aplicar esa denominación, a un estado de cosas que se comienza a percibir en forma creciente en nuestra comarca y referida al ámbito de la realidad que se podría decir que se encuentran en el otro extremo, deberíamos destacar complacidos la verdadera floración de autores locales esforzados primero en escribir, para después editar con un esfuerzo económico personal no menor, libros que hacen a temas vinculados a nuestra historia lugareña. Algo que nos vuelve esperanzados de que con tantos aportes, que constituyen una suerte de piezas dispares y a la vez desparejas de un rompecabezas, se llegue un día a construir un cuadro lo más acabado posible de nuestro pasado, ese tiempo pretérito que no deja de crecer. No quisiéramos ser injustos en la mención de nombres propios, ya que somos conscientes de que cada omisión es una injusticia que para colmo de males lastima, por lo que al respecto nos resta tratar de lograr que se haga presente una merecida valoración colectiva de un esfuerzo del que son partícipes historiadores académicamente formados, junto a otros aventureros inquietos, a los que precisamente por aquella falencia suponemos que cabe asignarle doble mérito.

A la vez, las consideraciones precedentes nos llevan a pensar en varias cosas diferentes que con ella se vinculan. Para empezar, que sin dejar de ocuparse de la vida de vecinos muertos notorios y a la reconstrucción de acontecimientos a los que cabe por diversas razones motivo de un tratamiento especial, encontrar quienes se ocupen –porque ello suponemos que es materia de la labor de un equipo, más que de un actor individual- de abordar la historia de la comarca como si se tratara de un sujeto colectivo.

Un esfuerzo que consideramos doblemente valioso, si tenemos en cuenta que una creciente movilidad de personas y familias – es incesante la circulación entre los que se ve partir y los que se observa llegar- provoca un debilitamiento progresivo en el recuerdo que debería estar siempre presente de nuestras raíces. Algo que conlleva la necesidad de que nuestras comunidades todas – y en especial sus museos y las área municipales de cultura de las distintas municipalidades de la región- consideren como una obligación suya- la de preservar las “memorias vivas” de nuestros vecinos mayores, mediante entrevistas documentadas valiéndose de la utilización de la tecnología actualmente disponible, de manera de impedir que nuestro pasado se vaya deshilachando a medida que el transcurso del tiempo las torne casi imposible.

Una labor en la que sería bueno –si es que ya no lo están haciendo- que los otros museos de la comarca sigan la senda que les ha marcado el Museo de José, una institución que es el orgullo de todos. Una inquietud que inclusive nos debería llevar a ocuparnos de nuestro vecinos muertos, de manera que como una prueba del respeto que nos merecen cuidemos de sus sepulcros en el caso que nadie con anterioridad se haya ocupado de ellos, o no quede ya nadie que se ocupe de hacerlo.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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