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En la época en que eran frecuentes los gobiernos militares, cuando a los intendentes de nuestras poblaciones urbanas se los llamaba -por lo que eran- “comisionados municipales” y no “intendentes”, que es lo que no eran aunque desempeñaran de facto sus funciones, era frecuente en municipios mal administrados -ya que es eso algo que se ha dado siempre y no solo en los días que corren- escuchar en el vecindario una pulla repetida en forma socarrona, que hacía referencia a que “por fin se le ha dado a ese por emprolijar el pueblo; por lo visto está en puerta la visita del señor interventor”. Otro dicho igualmente socarrón es el que se escuchaba en épocas de elecciones, donde ante el paso de uno de ellos, era frecuente oír decir “están saludadores los doctores, señal de que hay elecciones”.

De hacerse una suerte de cóctel con ambos dichos, se podría decir en muchos de nuestros núcleos urbanos que “se los ve mucho más activos, y sobre todo más eficaces a nuestros municipales, prueba de que pronto habrá elecciones”. Esa es, al menos, la opinión de uno de nuestros lectores que nos ha escrito una carta -que le pedimos disculpas por no publicar, ya que la venimos a resumir en la presente nota- en la que viene a afirmarse que debería prohibirse el anuncio o el inicio de obras públicas en épocas electorales, porque de esa manera nos encontramos ante una manera de hacer propaganda, con el dinero de todos.

Se nos ha de permitir, hasta cierto punto al menos, discrepar con ese punto de vista. Ya que por lo general, en estos tiempos de elecciones se da el caso de que servicios que deberían prestarse siempre, y que en general se lo hace de una manera pésima, ahora se los ve funcionar con una normalidad verdaderamente edificante. Y ¿qué pasaría si esa prohibición que se reclama llegara a que los servicios municipales se los siga prestando como lo hacen habitualmente? Otra cosa es con las obras públicas. Se nos ocurre que lo que no se debe hacer es efectuar anuncios que se van a quedar en tales.

No vemos por nuestra parte obstáculos en anuncios vinculados con proyectos ya “armados” y que cuenten con los recursos con los que ser encarados, y que los deberá continuar quien lo suceda en el cargo. Y de no hacerlo, suya será la responsabilidad.

Pero de cualquier manera hay que ser muy cautos en estos anuncios y que no se transformen en verdaderas “carreras”. Que es la que parece darse entre los municipios y afines de Colón y San José. En el primer caso hubo anuncios varios del intendente Mariano Rebord, en el sentido de que el gobierno provincial se iba a encargar de lo que la municipalidad debía hacer y no hizo, cual es consolidar poco menos que todas las calles de la ciudad. Ahora, el intendente ha disminuido las expectativas, limitándolas a la pavimentación de la Avenida Quirós hasta su final en su unión con la ruta internacional 135, que une a Colón con Paysandú. Una obra utilísima en la que ya permite un acceso y salida rápida de la ciudad, sin perjuicio de destacar que la municipalidad ha trabajado mucho en consolidar su base.

En cuanto a lo de “la carrera”, es lo que de una manera juguetona imaginamos que pueden estar corriendo Rebord y el senador departamental, Pablo Canali, para ver cuál es la obra que se inicia antes: la de Boulevard Sanguinetti en Colón, o de un tramo de la ruta provincial 26 en San José.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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