Roberto Alemann goza de buena salud y así nos lo ha hecho saber
En la anterior edición, en nuestra columna editorial, publicamos una nota en la cual hacíamos referencia al fallecimiento de este hombre público. El mismo en forma personal se ha encargado de desmentir esa información, la prueba más cabal de nuestra torpeza, a la que indicó que a ese bochorno se agrega un error más, cual es que su vida cuenta con un año menos de lo que informábamos. En la oportunidad, una hija suya nos señaló que el agredido por un artefacto explosivo no fue su padre, sino su tío Juan, error esta vez explicable porque se incluye la fuente a que habíamos recurrido, atentado por no conocido por nosotros, dado lo cual supusimos se trataba de otro distinto, de los habituales en esa época. Omitimos en cambio la referencia a la agresión callejera que sufriera cuando transitaba sin acompañantes por las calles de un barrio céntrico porteño ya reinstalada la democracia, por no considerarlo necesario.Cabe señalar que la explicación del error en que incurrimos estuvo en el hecho de que en la edición del 9 de febrero pasado de un diario capitalino, apareció una participación del fallecimiento de quien deberíamos haber considerado un homónimo, a lo que se acompañó el hecho que quien lo hacía llevaba el mismo nombre de su hermano, Juan. Todo lo cual, si bien explica pero no justifica nuestra bochornosa torpeza incurrida, hace que pidamos disculpas a nuestros lectores, que esperamos sean aceptadas, como ya lo hizo el mismísimo Roberto Alemann. A lo que debemos agregar que todas las otras reflexiones contenidas en la misma nota editorial siguen siendo válidas.
