Tenemos dos modelos de país. Uno vigente: el unitarismo y el otro solo en la letra de la constitución nacional: el federalismo. Esta división histórica es el comienzo del "nosotros" contra "ellos", que es el mecanismo básico de todos los autoritarismos.
Por Roberto Trevesse (*)
La construcción de Cambiemos se apoyó sobre un proceso desarrollista y republicano, que intentó - muy mal - integrar lo mejor del peronismo y el radicalismo. Se suponía que iba a tener una mirada de país y de ética en la conducción de lo público. Al poco tiempo se observó un ingrediente de clase alta acomodada y elitista, que terminó prevaleciendo y que en paralelo nos explica el fracaso al no lograrse la superación de la grieta que envenena a los argentinos.
Con meridiana claridad, Ignacio Fidanza manifestó como “un fracaso" que hoy el gobierno parece reconocer, tarde y mal, con la oportunista convocatoria a un "Acuerdo Nacional", que en su mecánica de contrato de adhesión a diez puntos de perezosa vacuidad, expone tanto una visión superficial de la política como la persistencia de una formación elitista, que lleva a creer que se nació para mandar, sin importar si se tiene las cualidades para hacerlo. Con un agravante: Si el acuerdo se busca con los que piensan como uno: ¿qué clase de acuerdo trascendente es ese?
Si pasamos a nuestra Provincia donde votaremos el próximo 9 de junio, ya sabemos que el actual gobernador Gustavo Bordet será reelegido por una importante porción de los entrerrianos y que también el peronismo recuperará intendencias perdidas casi 4 años atrás. Además tendrá una legislatura que le responda en ambas cámaras a partir de diciembre de este año. Otra cuestión importante es que de aquí a noviembre tendrá tiempo de reformular y remozar o no, cambios en su gabinete y/o en otros organismos del Estado.
Concordia, C. del Uruguay y Gualeguaychú seguirán gobernadas por jefes comunales peronistas, quedando abierto el resultado en Paraná, donde la diferencia de las PASO a favor de Adán H. Bahl sobre Sergio F. Varisco, no nos permite asegurar su triunfo de antemano. Los analistas más serios sostienen que se trata de un final cerrado, más allá que hay pocos cortes de boletas, pero se especula con que disminuya ostensiblemente la enorme cantidad de votos en blanco. Sobre un padrón provincial de 1.080.108 votaron 811.153, es decir el 75,10%, pero no se puede soslayar la magnitud de los descontentos: 138.491 votos, divididos en 125.772 en blanco y 12.719 nulos.
Entre Ríos tiene que despertarse, la crisis nacional es muy grave, más de lo que nos imaginamos y ya hace tiempo que replica fuertemente en los sectores productivos y comerciales de la Provincia. No alcanza con dar a conocer comunicados institucionales, también los actores civiles como los colegios de profesionales, el Consejo Empresario, las instituciones que agrupan a las Pymes, las entidades agropecuarias, la Unión Industrial, los centros comerciales, etcétera, deberían autoconvocarse y plantear una serie de medidas conjuntas para la región y que puedan parar la sangría de despidos en los comercios, suspensiones en las fábricas por la falta de consumo y del poder adquisitivo de gran parte de la población. Esto no debe ser “sálvese quien pueda”.
Por caso, en la renovación parcial de autoridades, el presidente de la UIER, Leandro Garciandia expresó que “lo urgente y lo necesario deben ser abordados por nuestra entidad, desde la sinergia que se genera entre el sector privado y el público, sea de orden municipal, provincial y/o nacional”. Sobre ello, propuso que “este abordaje debe continuarse en un marco de respeto e institucionalidad, pero sin que ello implique callar las advertencias por las políticas que vayan en detrimento de las actividades productivas, la sustentabilidad misma de las empresas y la estabilidad de los puestos de trabajo que representan el sostén de las familias”.
A esto me refiero con que no alcanza con declaraciones, hay que presentar un proyecto de qué modelo de Provincia queremos; estamos en un momento acuciante, en donde no hay una moneda para hacer grandes obras públicas que fueron prometidas por gobiernos anteriores y los actuales, mientras nosotros miramos para el costado, dejamos pasar el tiempo y no se resuelve nada. Es como estar paralizados.
Ya nos olvidamos del puente Paraná-Santa Fe que hace dos décadas que lo necesitamos, lo mismo que las autovías Paraná-Concordia, Paraná-Colón, Gualeguay-La Paz y Cerrito-Corrientes, por dar algunos ejemplos vitales.
Ustedes lo saben, pero igual intentemos refrescar la memoria: El complejo Túnel Subfluvial Paraná-Santa Fe se inauguró el 13 de diciembre de 1969; el puente internacional Colón-Paysandú el 10 de diciembre de 1975; el puente internacional Puerto Unzué-Fray Bentos el 16 de setiembre de 1976; el Complejo ferrovial Brazo Largo-Zárate el 14 de diciembre de 1977; la Represa Central Hidroeléctrica de Salto Grande el 21 de junio de 1979 (la primera turbina); y el puente internacional Concordia-Salto el 25 de agosto de 1982.
Cómo puede ser que sin la tecnología de hoy, solo en un lapso de 12 años y 8 meses se inauguraron semejantes obras públicas. Además el 27 de marzo de 1983 fue habilitada la décimo cuarta turbina de la citada represa.
Por otro lado, seguimos sin trenes, con puertos que quedaron olvidados y otros que necesitan tener dragado los 12 meses del año.
De aquel 1982 pasaron casi 21 años hasta que un 22 de mayo de 2003 se inauguró el puente Victoria-Rosario y desde entonces hasta hoy, o sea, 16 años más, no hemos logrado concretar ninguna obra trascendente o de gran magnitud.
A esto hay que agregarle la deserción escolar en forma alarmante en los sectores más vulnerables, con serios problemas de instrucción y educación en la escuela pública, a tal punto que a partir del año que viene no se tomaría asistencia en clase, es decir los alumnos podrían faltar un número mucho mayor de días y no pierden el año de clases. Con otro agravante que a partir de sexto grado el abanderado no será más el mejor alumno, es decir el mejor promedio y será elegido quien a pesar de sus posibles limitaciones se esfuerce en aprender, se porte bien y sea buen compañero. Sí esto no es igualar para abajo, ¿Cómo se llama? ¿La ciudadanía entrerriana que opina al respecto?
Volviendo al orden nacional, debemos estar atentos porque el gobierno se muestra frágil, por lo que todos debemos defender la institucionalidad democrática que logramos recuperar el 10 de diciembre de 1983. Nos damos cuenta que casi no acierta una, no se advierte capacidad para liderar una agenda política y encima los mercados tienen a la Casa Rosada acorralada.
Los economistas de uno y otro lado fallan a cada rato con sus pronósticos. Todo mal. La recaudación en abril creció 51,3% y quedó debajo de la inflación por décimo mes consecutivo. Mientras tanto un informe de la UBA sobre la distribución del ingreso revela que en los 3 años de gobierno de Mauricio Macri, la brecha entre los que más ganan y los más desfavorecidos creció un 33 por ciento. En ese tiempo, se agregaron 1.400.000 nuevos pobres y 300.000 nuevos indigentes.
La inflación sigue muy alta y todas las predicciones de que a partir de marzo último bajaba, quedaron sepultadas.
Las tasas, la inflación y el dólar están en la estratósfera, siendo los únicos beneficiados, los que viven de la timba financiera. O sea los buitres de siempre.
Párrafo aparte para el periodismo que como tal pareciera que está en extinción, pero no lo está, sigue siendo muy importante. Lo que debería es dejar de hacer periodismo partidario, por momentos desmedido y retornar con ideas claras al periodismo político e imparcial, más allá de cualquier subjetividad. La ciudadanía ha perdido la percepción de lo necesario que es el periodismo. Considera que puede sustituirlo con Internet o Twitter. Creo que se equivocan. El material en bruto no es información: es caos y ruido. La comunicación informativa en el mundo actual está en problemas, se volvió muy compleja y por demás tendenciosa, por lo que cuesta saber a quién creerle.
Finalmente, debo expresar que más de la mitad de los argentinos creía que venía un cambio de estilo de gobierno para todos a partir de diciembre de 2015. Este deseo y esperanza se diluyó a mitad de camino. Un hombre que asumió para comenzar a reconstruir un gran país y no supo, no pudo o no quiso, antepuso sus aspiraciones personales por sobre los intereses republicanos, al dedicarse desde fines del año pasado a buscar su reelección y no solo eso, sino también a elegir su contrincante.
Aunque no lo reconozca se equivocó, pudo más su formación populista, en lugar de dedicarse a enderezar el rumbo económico y social de nuestro país. Una lástima.
Es realmente inconcebible, pero gobernar la Argentina no es un partido de fútbol.
(*)Roberto Trevesse es Lic. en Periodismo y Comunicación. Conduce: “La Otra Mirada” de lunes a viernes de 14 a 16 horas por FM de la Plaza 94.7 de Paraná; “Recuerdos de mi Ciudad” los jueves de 18 a 19 horas por FM Costa Paraná 88.1 y “El Rincón de Roberto” los domingos de 16 a 17 horas por ELONCE TV
