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El Mecanismo, la serie sobre el caso Odebrecht
El Mecanismo, la serie sobre el caso Odebrecht
El Mecanismo, la serie sobre el caso Odebrecht
"O mecanismo", como se puede ver en Brasil, emitida con el mismo nombre apenas traducido al español en nuestro país –se la titula "El mecanismo" - y que en España hace furor como "Túnel de corrupción", es una serie estrenada por Netflix el 23 de marzo, cuyo contenido, desplegado en sucesivos episodios no es otra cosa que una versión dramatizada del caso Petrobras.

O sea la primera parte conocida de una verdadera epidemia de corrupción a nivel mundial, asociada al nombre de la multinacional brasileña Odebrecht . Es que la corrupción descubierta en la petrolera estatal en 2014, y que ha salpicado absolutamente a toda la clase política del país, de izquierda a derecha, de concejales a presidentes, tuvo en la investigación llevada a cabo en Petrobras, la punta del ovillo.

La emisión de la serie ha provocado la reacción de ex presidente Lula da Silva quien considera que la emisión de esa serie contiene distorsiones y falsedades -algo que sus productores mencionan como "licencias creativas"- que deterioran su imagen y la de la izquierda en general. Las han llegado a asimilar a la difusión de las "noticias falsas" que al parecer viene echando raíces en este mundo de la "posverdad" consideran que las licencias creativas de los guionistas perjudican su imagen y a la de la izquierda en general.

Quienes analizan la serie desde una perspectiva objetiva señalan que la misma "cuando menos, juega con la realidad". Todos los personajes y empresas tienen los nombres cambiados, pero la estructura de la red de corrupción y de las instituciones, así como quién sale damnificado o beneficiado, sigue los hechos al dedillo.

Es así como se advierte que existen diálogos que reproducen las grabaciones policiales, como es el caso de la frase de un conocido senador federal que al ver que todos sus compañeros eran detenidos se inmortalizó diciendo: "Hay que parar la sangría". Frase que en la serie se atribuye de una manera errónea –y cabe considerar que de forma deliberada- al propio Lula.

Pero no solo allí ha habido un motivo de reclamo, sino también que se le atribuye también a él haber dado la orden de cambiar la dirección de la policía por una más conveniente, imputación que fuera desestimada por el juez de la causa por haber resultado la fiscalía incapaz de probarla.

La serie televisiva de la que nos venimos ocupando sirve para hacer referencia a situaciones de público interés, a las que no siempre se les presta la atención que merecen.

La primera de ellas, es que independientemente de que se le pueda imputar a Lula haberse beneficiado de una manera directa o indirecta con el uso ilegal de fondos públicos o con el tráfico de influencias, el hecho indiscutible es que él no pudo ignorar lo que efectivamente sucedía a su alrededor a ese respecto. Máxime cuando se habían producido con anterioridad escándalos "por la distribución de sobres" entre legisladores, que llevaron a la condena y a cumplir prisión efectiva a uno de sus más estrechos colaboradores.

Y que es un agravio a la capacidad directiva de Lula y su olfato político suponer que se le pudieran escapar se dieran conductas de ese tipo. Y resulta claro que en una situación de esta naturaleza lo más, no solo correcto, sino prudente, es un renunciamiento.

A lo que debe agregarse que resulta sorprendente que luego de arribarse a una conclusión como la que acabamos de dejar sentada, y que no puede considerarse desconocida por nadie, exista un importante sector de la población – la mayor de las minorías, según las últimas encuestas- que lo sigan apoyando. Un caso que no es el único en la tierra pero que viene a mostrar que esa adhesión es consecuencia, no de la no admisión de que sino Lula, al menos su círculo íntimo está salpicado por la corrupción y esa circunstancia no es desconocida por él, sino del hecho que a pesar que sus adherentes comparten esa impresión generalizada igualmente le prestan su apoyo.

Algo que nos lleva a concluir, no preguntándonos sino afirmando, que lo último es peor que lo primero.

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