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Un reciente estudio de los investigadores argentinos Pablo Bockwosky, Eugenia Mitchelstein y Facundo Suenzo revela quiénes son los usuarios que aún eligen el diario impreso para mantenerse informado. La investigación muestra una serie de datos realmente interesantes para revisar los últimos años de un medio que parece estar en vías de extinción pero se resiste a desaparecer.
En busca del lector
En los últimos años, múltiples redacciones han decidido discontinuar sus ediciones impresas y mantener la actividad periodística a través de sitios digitales. Es que el proceso de impresión se volvió costoso, la distribución siguió siendo un desafío logístico importante y la respuesta de los usuarios de noticias fue mutando con el tiempo hacia la gratuidad de los medios digitales.

Luego de más de dos décadas de este proceso constante que desde hace tiempo vaticina la desaparición de los diarios impresos, un grupo de investigadores argentinos se enfocó en ese grupo de usuarios que mantienen el hábito de comprar un diario en papel. ¿Quiénes son? ¿Cuántos años tienen? ¿Pertenecen a algún sector social en especial? ¿Por qué eligen el diario impreso? Aquí, unas cuantas respuestas.
¿Quiénes leen el diario impreso?
Esta semana se difundieron los principales resultados de un artículo que recoge muchas respuestas sobre quiénes son los que aún eligen un diario impreso para mantenerse informado. Los investigadores argentinos Pablo Bockwosky, Eugenia Mitchelstein y Facundo Suenzo develan quiénes son los usuarios que aún eligen este soporte para mantenerse informado. El paper que acaban de publicar concluye que “el consumo de periódicos impresos parece ser dominio exclusivo de las audiencias mayores, más adineradas, en su mayoría masculinas”. Un tweet de Eugenia Mitchestein remarca que quienes compran los diarios impresos en Argentina son principalmente “varones, de clase alta, de más edad”.

Estos resultados se basan en una encuesta de consumo de noticias, tecnología y entretenimiento sobre 700 casos en el área del Gran Buenos Aires, y 158 entrevistas semiestructuradas realizadas en la Ciudad de Buenos Aires y otras localidades de Argentina.
Patriarcado y noticias
El artículo de los investigadores argentinos se titula “Crónica de una muerte anunciada: la promulgación del patriarcado y la clase en los lectores de periódicos impresos”. Y los resultados les permiten afirmar que estos procesos que atraviesan a toda la sociedad también se hacen presentes en el consumo de noticias. Los hallazgos revelaron que “son los varones, padres de familia, que suelen decidir qué diario se compra, si se compra alguno, y que las mujeres no siempre están de acuerdo con esa elección o no tienen tiempo para leerlo”. Una cita de Segato que se incluye en el estudio parece resumir la tipología de los lectores de diarios en papel: "el sujeto natural de esa esfera pública (...) será, por marca de origen y genealogía: 1) masculino; 2) hijo de la captura colonial y, por lo tanto, a) blanco o blanqueado; b) propietario; c) letrado; y d) pater-familias". En esta línea, el estudio confirma que “los diarios suelen cubrir de manera episódica temas de violencia de género y salud sexual y reproductiva, e incluyen significativamente más varones como fuentes y como autores: tal vez eso explique en parte cómo se compone su público”, señalan los investigadores.
Pagar por noticias ¿una barrera?
En los adelantos de este estudio, los investigadores advierten que, “en algunos casos, el precio del diario en papel actúa como barrera para su lectura”. Si bien el tema necesita ser desarrollado, la advertencia abre un gran interrogante en relación al camino que están tomando muchos medios de comunicación en la actualidad, y especialmente los medios que supieron basar su poder y economía en los diarios impresos. Hoy, muchos de esos medios están generando los denominados “Paywall” o muros de pago, donde hay una pequeña dosis de noticias digitales gratuitas y luego hay que pagar para seguir leyendo.

El tema desafía los principios mismos de las democracias, donde el acceso a la información se vuelve un insumo clave para participar en la esfera de los debates públicos. En la búsqueda de reconvertir sus modelos de negocio, tal vez estamos avanzando a nuevas formas de jerarquización que tendrá información de calidad para quienes puedan pagarla y apenas unas pocas informaciones para los que no puedan hacerlo.
¿Y el asado, y los huevos?
Ante la consulta asociada con los rituales que acompañan el placer de leer el diario impreso y el olor de la tinta sobre el papel que también manifiestan muchos de sus defensores, Facundo Suenzo adelantó en un tweet que “Estamos trabajando en un manuscrito que aborda los rituales no mediáticos del diario en papel”.

Muchos dirán que el ritual de recoger el diario debajo de la puerta, sentarse con el mate a la mañana temprano y sumergirse en el mundo de las noticias no se compara con leer en una pantalla cada vez más pequeña que no sirve para prender el fuego del asado, limpiar los vidrios ni envolver los huevos en el almacén del barrio. Pero los medios impresos saben que el abismo está a la vuelta de la esquina así como la transformación de los principios de quienes hoy representan al lector típico de los diarios en papel.

** La investigación está publicada bajo el título “Crónica de una muerte anunciada: la promulgación del patriarcado y la clase en los lectores de periódicos impresos” de Eugenia Mitchelstein, Pablo J Boczkowski, Facundo Suenzo. Publicado por primera vez el 26 de enero de 2021 Artículo de investigación https://doi.org/10.1177/1464884920987683
Fuente: El Entre Ríos

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