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Y un día te subiste a un auto que no tenía nadie quien lo maneje. Y un día ya no tenes más auto propio sino que lo alquilas por un rato, cuando lo necesitas. Y un día no tenes bicicleta, sino que alquilas una de la calle. Y un día andas en patineta eléctrica. Ese “día” está cada vez más cerca.

Didi, el “Uber” chino, está probando el taxi sin conductor con un proyecto piloto en Shangai de vehículos autónomos lo que si anda bien expandirá a otras partes del mundo. Por ahora, la aplicación te invita a realizar un viaje sin nadie que maneje de forma gratuita. Si te animas a la experiencia, el viaje es gratuito.

¿En qué consiste este viaje sin conductor? Como cualquier otro viaje, pedís un auto por la aplicación de transporte, le das aceptar a la opción vehículo autónomo, y en pocos minutos te pasa a buscar por donde estás. Luego, te subis al auto, marcas en la pantalla a donde querés ir, y abróchate el cinturón que salimos.

Todavía no está en la calle pero quienes ya lo probaron en un circuito cerrado durante la Conferencia Mundial de Inteligencia Artificial pudieron ver como se comportaba el auto, frenando frente a peatones ficticios, respetando las señales de tránsito y se guía perfectamente por las calles del circuito.

En caso de prosperar, y convertirse en masivo a nivel mundial, el auto autónomo podría ser una solución a un gran problema: los accidentes de tránsito. Sin ir muy lejos, en Argentina, durante 2018 hubo en promedio 20 muertos por día por esta causa, que hacen un promedio mensual de 606 muertes en todo el año (podría decirse que se cayeron tres aviones por mes en el país).

Entre Ríos no encabeza el ranking de provincias con mayor cantidad de muertes, que es liderado por Buenos Aires y seguido por Santa Fe, pero tampoco se encuentra en el puesto más bajo.

En estos días, en la Ciudad de Buenos Aires se dispuso un nuevo examen para sacar el registro de conducir que busca justamente ser más estricto para tener mejores conductores en la calle. Ahora, ¿alcanza sólo con endurecer las normas?

Las normas de tránsito estrictas, con duras penas como por ejemplo en Chile donde chocar a alguien alcoholizado significa prisión directa, ayudan a mejorar la situación pero no son suficientes. Incluso en países muy avanzados en términos tanto de conductores preparados como de un parque automotor nuevo y un buen estado de las rutas y calles, los accidentes igualmente se producen. Esta es la solución que podrían traer los automóviles autónomos.

Parecería casi increíble en otra época pensar que ya no tendríamos conductores al volante, pero está cerca de llegar. Todavía hay mucho que ajustar, y es claro que más allá de la tecnología avanzada con la que cuentan estos vehículos, no dejan de estar basados en algoritmos que han aprendido sobres miles de accidentes pasados pero que aparentemente todavía no pueden prever el siniestro que todavía no ha sucedido (sobre el que nunca han aprendido).

Poco a poco nos fuimos acostumbrando a todos los cambios que nos ofrecen los avances tecnológicos. Seguramente haremos lo mismo con los autos sin conductor. Si así se reducen los accidentes de tránsito, esperemos que llegue lo antes posible. Sin darnos cuenta, sólo por ver los resultados, terminaremos quebrando esa barrera mental que cuestiona el auto sin conductor. Sin darnos cuenta, ya se está quebrando.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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