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Finalmente, y luego de sustanciosos debates, la ley de despenalización del aborto tuvo media sanción. En el haber, quedaron la multiplicidad de voces, la posibilidad del aprendizaje y la experiencia inigualable de la opinión en democracia. En el debe, se inscriben con una antigüedad que avergüenza la urgente necesidad de una educación sexual integral y la ampliación de los derechos como la adhesión de todas las provincias al protocolo, tal como lo fijó la Corte en su fallo.

Se suman a la columna del haber el espacio ganado por las mujeres y los hombres. A las primeras, por haber levantado las banderas de sus convicciones y a los segundos, para todos los casos que entendieron con corrección, que el debate tenía como protagonistas a sus pares, aún siendo ellos una parte importante en la cuestión.

La media sanción a la ley de despenalización del aborto tuvo como epicentro la Cámara de Diputados. Escenario que, atravesado por las mezquindades de la política y las bondades de la representación plural, no quedó ajeno a ciertas picardías de la especulación partidaria y personal. La ceñida votación mostró lo espinoso del tema y que, aún con fe y convicción religiosa, obligó a revisar las creencias más férreas, incluso las agnósticas.

Lucidos discursos, opacas intervenciones se mezclaron en un recinto que le quedó chico a la calle, donde muchos, de uno y otro lado, le pusieron el cuerpo al frío como un contraste natural al tiempo que el Estado le fue indolente a un tema tan caro para tantos, porque es una falacia pensar que el aborto es una cuestión que atraviesa sólo a la mujer, aún siendo ella la que tiene potestad sobre su cuerpo.

Aunque los medios de comunicación centraron su expectativa en el recinto, fue la calle la que puso la nota distintiva, el color y la pasión en una y en otra dirección, pero de una forma tal que sintetizó la trascendental importancia del tema que atravesó generaciones y sexos, y al que todos, en apoyo o en contra, le pusieron simbólicamente el cuerpo al esperar por horas un desenlace que aún sigue abierto.

La media sanción a la ley de despenalización requiere ahora un paso más en el Congreso. Le tocará ahora al Senado el debate en comisiones y el repaso de los cambios que introdujo la Cámara baja para concluir luego en una votación que demandará, por la característica del Senado que tiene menos integrantes, menos horas que la maratónica sesión de esta semana.

Por estos días y hasta que ello ocurra, habrá nuevamente polémica en la calle y es bienvenido que ello suceda con este tema y con todos los que tocan a la gente que esta vez ha demostrado que a la política le pone el cuerpo y la calle, ingredientes indispensables para que vuelva a ser la herramienta transformadora de la que todos hablan.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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