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Dejan Venezuela en embarcaciones
Dejan Venezuela en embarcaciones
Dejan Venezuela en embarcaciones
El miércoles pasado se conoció que se hundió una embarcación con veinticinco personas que partió del puerto de Güiria (noereste de Venezuela) rumbo a Trinidad y Tobago. Veintiuno de los integrantes se encuentran desaparecidos. Un naufragio más en la crisis humanitaria mundial de flujo de personas que escapan de su país de origen.

Migraciones han existido durante toda la historia de la humanidad. Algunas forzadas, otras voluntarias. Todas tienen en ellas como esencia la necesidad de escapar de su país de origen por algún motivo (persecución política, religiosa, falta de oportunidades laborales, desastres naturales y guerras, entre muchos más). Según a qué motivo responda será distinto el término con el que se referirá a estas personas que dejan sus hogares de origen.

Los inmigrantes son, -según Acnur (Agencia de la ONU para los Refugiados)- “personas que han salido de su país en busca de oportunidades laborales. En ocasiones, provienen de países en pobreza extrema y pueden llegar a jugarse la vida para entrar en un país con el fin de trabajar”. En cambio, los refugiados son “personas que huyen de conflictos armados, violencia o persecución y se ven por ello obligadas a cruzar la frontera de su país para buscar seguridad”.

No obstante, más allá de cómo los clasifiquemos, la realidad es que en todas partes del mundo ha habido estos grandes movimientos de personas que tiene que irse de su hogar, de su nación de origen y no por elección propia sino como una necesidad de supervivencia.

Desde los refugiados que escapan de África hacia Europa en precarias embarcaciones y terminan naufragando en el mar, pasando por los ya casi tres millones y medio de venezolanos que se han ido de su país desde el 2015, a los miles de latinoamericanos que están intentando ingresar a Estados Unidos a través de México. Todos ellos comparten historias de sufrimiento y están constantemente al borde de la muerte.

Es entonces que nos preguntamos: ¿qué rol nos compete a todos nosotros en esta crisis? Debemos empezar por diferenciar el rol del Estado del nuestro como ciudadanos.

Desde una perspectiva internacional, se crearon organismos internacionales para atender el tema como ACNUR (que justamente se encarga de proteger a los refugiados). Ahora, cada estado internamente decide que política tomar respecto a estas personas. Algunos abren sus puertas mientras que otros la cierran, generándose intensos debates sobre qué es lo correcto.

Mientras tanto, las muertes como causa del éxodo del país de origen se siguen sucediendo y la crisis parecería agravarse más que resolverse.

Entonces, ¿qué deberíamos los ciudadanos hacer? Lo que está claro es que debemos empezar por el trato hacia estas personas: no discriminar ni tenerles miedo son dos actitudes esenciales que todos debemos adoptar y que lamentablemente muchas veces no se dan.

“Cada persona carga con una mochila”. El migrante carga con una muy pesada, una que ni siquiera imaginamos. Incluirlos, ayudarlos y respetarlos es una obligación mínima de todos.

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