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Un millón y medio de personas pueden volver a caer en la pobreza según cálculos preliminares de la Universidad Católica Argentina como consecuencia de la suba de inflación y la devaluación. La pobreza sigue siendo una gran deuda pendiente en un país donde hay 13 millones de pobres y 2 millones de indigentes.

Un 32,9% de la población está dentro de la pobreza según publica esta Institución. "Este país parece tener un patrón de pobreza estructural que incluso en los mejores momentos económicos no baja del 25%", explicó Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA. La pobreza estructural es aquella que más allá de que haya bonanza económica no se reduce.

La situación es compleja y es de largo antaño. Mientras aquellos que pueden acceder a financiación logran sortear algunos de los efectos de la inflación con medidas como el pago en cuotas; descuentos de bancos en la compra de alimentos como cadenas de supermercados; o al unirse a clubes de afinidad (de diarios, supermercados, etc.), los más vulnerables no suelen poder hacerlo porque no tienen acceso a ellos. Ni tampoco pueden muchas veces aprovechar las promociones de pague 3 lleve 4 porque viven con lo justo para hacer la compra mínima de la semana. Lo que es más muchas veces no pueden ir a grandes supermercados o mayoristas por encontrarse en zonas abnegadas donde los comercios no disponen de estas promociones.

Es entonces que cada día se hacen más importantes los proyectos como la devolución del IVA en los alimentos básicos al igual que las tarifas sociales (ya vigentes) para este sector de la población que no dispone de los ingresos suficientes para sustentar sus necesidades básicas.

A su vez son pocas las posibilidades de las que disponen estos sectores para salir de su situación actual ya que un 30% de la población recibe planes sociales para poder sustentarse. Y cada vez más son más estas medidas paliativas. Así lo explicó Salvia en una entrevista con el diario La Nación: “Está claro que en los últimos 10 años, la cobertura de programas sociales viene creciendo (…) En cuanto a la infancia, según los números del Observatorio, solo el 19,4% de los niños hasta 17 años no reciben cobertura de AUH u otras transferencias no contributivas. Sin embargo, a pesar de todos estos esfuerzos, la pobreza está estancada en niveles del 25 al 30% y la indigencia, en el 5%. Sin los programas sociales, la indigencia sería del 10% de la población, es decir, la padecería uno de cada 10 argentinos".

¿Hacia dónde se puede ir entonces? ¿Cómo salimos de este círculo actual donde no hay posibilidades de auto sustentarse para un porcentaje importante de la población que necesita de la ayuda estatal para satisfacer algunas de las necesidades básicas?

Si miramos hacia el futuro el pronóstico es igual de sombrío. Con 8 millones de chicos en situación de pobreza, la perspectiva de un futuro mejor se vuelve aún más imposible. Estos chicos son el futuro de nuestro país y por tanto es indispensable y urgente que se le brinden las oportunidades suficientes para que el día de mañana puedan no vivir en estas condiciones. Ahora, si sus necesidades esenciales como alimento no son satisfechas es difícil que puedan salir adelante.

Es la eterna deuda social. No se la puede sortear solamente con ayuda social de los ciudadanos a través de Organizaciones No Gubernamentales. Pero nosotros, como ciudadanos de este país, deberíamos exigir a los dirigentes soluciones de fondo para estas personas.

Resolver la pobreza no es algo que sucede de la noche a la mañana, no es magia ni fácil. Y tampoco es algo de un gobierno solo, sino de todos los partidos políticos y de toda la sociedad. No solo aquellos que están padeciendo esta situación lo necesitan, sino todos nosotros. Sí, todos, porque como sociedad mientras haya una sola persona sufriendo no podremos estar bien.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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