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Es inminente el cierre para presentar candidatos para las próximas elecciones provinciales desdobladas. Un gasto enorme que se hizo inútil, ya que fueron concebidas para que el peronismo, que a sí mismo se tenía como “más presentable”, se despegara de Sergio y de Cristina, hasta que Bordet hizo -como en los tiempos en que los emperadores se peleaban con los papas-, “su peregrinación a Canosa”.

Es seguramente por esa circunstancia que alguno de los tantos opinólogos que consultamos considera que la elección provincial será “de arriba hacia abajo”, entendiéndose por esto que quien en una boleta aparecía como candidato a presidente, alineaba los restantes muñecos junto al suyo, a la hora que los votantes hicieran sus opciones. Se habla así de la “nacionalización de los comicios”.

Ahora, según la opinión que recogemos, las cosas sucederían a la hora de votar siguiendo un orden inverso, volviéndose central la figura del candidato a alcalde. Se daría así una “municipalización” de las elecciones generales, por la relevancia asignada a la hora de decidirse por quien le gustaría que ocupara la intendencia. Nos encontramos de esa manera con una “municipalización coyuntural” de esas elecciones, que nada tiene que ver con el tipo de “municipalización” de ese proceso, que en su momento sin éxito alguno propugnábamos.

Es que nuestro planteo partía de la idea de que la gestión del número mayor de servicios públicos de cuya prestación eficaz depende la vida cotidiana de cada vecino y su familia, pasara a ser prestada por cada municipalidad, incluyendo algunas que se mencionan como ejemplo, todas las vinculadas con la salud y la educación primaria. Una manera de planear las cosas que partía de una postura doctrinaria -que no era ni de izquierda ni de derecha-, sino de la ventaja que para la “construcción de ciudadanía” la mayor cercanía entre el pueblo y el gobernante provocaba por la descentralización administrativa.

Resulta así esta la mejor forma de dejar planteada una estrategia, ya que teniendo cada municipalidad un número muy grande de servicios a su cargo, el vecino no iba a hacerlo a tontas y a locas al momento de votar, porque se trataba de votar “en defensa propia”. Y no se hace necesario que entremos a ejemplificar lo que a nivel municipal significa votar a tontas y a locas, porque estamos llenos de ejemplos de lo que ello significa. Y ya que está, vinimos a poner claro sobre oscuro respecto a cómo se manejan las cuentas y vamos a insistir en lo que consideramos el punto de vista correcto en lo que hace al carácter honorario del desempeño de las concejalías, ya que entre tantas corruptelas se ha naturalizado la del cobro de dietas por parte de los ediles.

Se trataría entonces de abrir dos opciones, cuáles serían la del ejercicio remunerado para aquellos que ejerzan por tiempo completo, algo que implicaría la inhabilitación para el ejercicio de toda otra actividad remunerada, inhabilitación que no se aplicaría en el caso de que la opción fuera la de ejercerla de manera honoraria.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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