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No se ponga tan contento. No es en Argentina. Ni está cerca. Se trata de Finlandia, uno de los países líderes en educación que, otra vez, lo hizo de nuevo. En esta ocasión, la formación de chicos en la detección y el uso de herramientas para combatir la desinformación arranca desde el Jardín de Infantes.

La iniciativa va en línea con los avances que impulsa en Argentina el equipo de Proyecto Desconfío y la Cumbre Global sobre Desinformación, que este año dedicará un capítulo completo a promover estrategias para llevar el tema de la desinformación a las aulas.
Preocuparse por la desinformación
El tema impacta en todos los ámbitos. La política se queja de las expresiones falsas de sus adversarios a ambos lados de la grieta; Lali Espósito tiene que salir a desmentir falsedades sobre una supuesta mansión; la hija de Reutemann se angustia porque en las redes anunciaron la muerte de su padre antes que ocurriera; y así sigue la lista de forma infinita.

El fenómeno de la desinformación se ha incrementado exponencialmente. El escenario ha impactado con fuerza en el periodismo, debilitando la confianza en los medios y con un actor central en la distribución de esos contenidos: las redes sociales. El rol de las plataformas digitales en la viralización de contenidos ha generado un crecimiento significativo de la cantidad y velocidad a la que circulan contenidos falsos, engañosos o información fuera de contexto.

Y poner freno a este fenómeno, ya no depende sólo de especialistas en verificación de contenidos, sino que requiere un abordaje integral que refuerce las habilidades de los usuarios para identificar piezas de desinformación.
Un modelo para imitar
Sabedores del creciente impacto de la desinformación, los países nórdicos siguen liderando la agenda de cambios y transformaciones. Esta semana se conocieron las medidas que comenzó a implementar Finlandia, que llevó el tema a la educación básica y enseña a los pequeños cómo analizar fuentes de información. Las acciones comienzan desde edades muy tempranas, al punto que el tema ya integra parte de los contenidos que se enseñan en los Jardines de Infante.

En este 2021 Finlandia volvió a encabezar el índice anual europeo del Open Society Institute, que mide la resistencia a la información errónea y la desinformación con que cuenta cada país. Otra vez, los finlandeses fueron quienes obtuvieron los mejores resultados en este ranking, seguidos por Dinamarca, Estonia, Suecia e Irlanda. Es decir, tres de los cinco primeros puestos están ocupados por países del Consejo Nórdico.
¿Qué se enseña en las Escuelas?
La clave de la batalla contra la desinformación y las fuentes de noticias poco confiables está centrada en lo que se llama “Alfabetización mediática”. Este campo del conocimiento conocido como Media Literacy comienza, en estos países nórdicos, a edades muy tempranas.

Lejos de tratarse de un contenido “nuevo”, antes que el mundo comenzara a hablar de desinformación Finlandia ya lo había incluido como tema en la currícula escolar. Desde el año 2014 el gobierno finlandés incorporó la alfabetización mediática en el plan de estudios, y enseña a los chicos a leer las fuentes informativas de manera crítica desde los 5 o 6 años de edad.

Un reciente reporte que repasa las acciones que se implementan en el sistema educativo finlandés da cuenta que en las aulas los docentes alientan a los chicos a evaluar y verificar los sitios web, piden a los estudiantes que busquen noticias dudosas y rastreen sus fuentes, así como usan casos de información falsa para demostrar a los alumnos lo fácil que puede resultar manipular las estadísticas.
¿Cómo enseñar sobre desinformación?
En un mundo donde la desconfianza en la información que circula aumenta cada año, es indispensable fortalecer las habilidades de los usuarios digitales desde edades tempranas si se quiere poner freno a las campañas de desinformación. En esa línea trabaja desde hace dos años el equipo argentino de Proyecto Desconfío, liderado en el área educativa por la investigadora y docente universitaria Soledad Arreguez. La periodista se ha especializado en desinformación y desde hace dos años entrena a periodistas de Latinoamérica en el combate a las denominadas “fake news”.

Pero también tiene claro que “es muy importante desarrollar estrategias para tener una mirada crítica frente a la información que consumimos”. Y para ello el ámbito educativo es una pieza central para entrenar a los usuarios digitales. “Estamos convencidos que la educación debe asumir un rol central en este tema y formar en habilidades y herramientas digitales a los usuarios de las próximas generaciones. Es la única esperanza para que la desinformación no gane la batalla”, sentencia Soledad.

Con ese objetivo se iniciaron algunas acciones conjuntas con FLACSO, con Universidades y con expertos en educación que están observando con atención este fenómeno. En ese marco, este año se va a desarrollar la primera Cumbre Global sobre Desinformación con eje en América Latina que dedicará un capítulo completo al rol de la educación en la lucha contra la desinformación. Esto será el 1 y 2 de octubre en un evento online y gratuito que muy pronto abrirá sus inscripciones a través de www.cumbredesinformacion.com

Por eso es relevante seguir la huella que dejan países como Finlandia. Allí, las habilidades digitales para interactuar con información confiable se enseñan en todas las disciplinas. En el arte, los chicos ven cómo pueden alterarse digitalmente las imágenes; en la historia se analizan las campañas de propaganda; y en la ciencia se pone a prueba la desinformación de las vacunas.

Y en esta batalla no hay tiempo que perder.

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